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Se veía venir y al final ha acabado pasando. El acto de homenaje a Iker Muniain ha tenido varios momentos en el que el carismático jugador se emocionó. El jugador no pudo aguantar sin romperse y en varias ocasiones se le vio escapar unas lágrimas.
Los sentimientos se desbordaron cuando público y vestuario se han puesto a cantar el 'Txoria txori', el tema de Mikel Laboa convertido en himno para afición y jugadores. Y ahí estaba el navarro, entre Iñaki Williams y Berenguer, en una imagen para guardar en su álbum de recuerdos especiales.
La emoción ha seguido subiendo con el momento manteo. Sus compañeros lo han aupado por los aires mientras las casi 27.000 almas que han acudido a San Mamés aplaudían entregadas.
«Eskerrik asko. Gracias por todo. Va a ser siempre mi casa. Nunca me voy a ir. Os llevo en el corazón. Vaya donde vaya. Si aquí me necesitáis estaré aquí al día siguiente», ha proclamado ya con la voz rota.
Sus ojos brillantes denotaban que aquello se iba a desbordar de un momento a otro mientras el público coreaba incansable «Iiiiker, Iiiiker». Sus hijos le han abrazado y él se ha dejado ir mientras caminaba fuera del césped enjugándose las lágrimas. Otra jornada para no olvidar.
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