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«Koldo Aguirre ha sido todo como jugador, como entrenador y como embajador del Athletic. Es universal. Koldo va a ser eterno, va a ser parte esta leyenda». Aitor Elizegi recordó emocionado este lunes la figura de un rojiblanco total, de una persona que ... falleció en julio de 2019, y dejó un enorme hueco en el corazón de la familia de este club con más de 120 años de historia. De Sondika, pasó por casi todos los escalones de la entidad bilbaína y dejó un enorme recuerdo en el corazón de todos lo que le conocieron. Querido, amable y cercano, uno de los grandes mitos de este club ha recibido un sentido homenaje en la zona VIP de San Mamés, con una participación excepcional: el actual presidente, exmandatarios como José Julián Lertxundi, la persona que le devolvió a Lezama como técnico, Fernando García Macua y Ana Urquijo, y excompañeros como Dani, Javier Clemente, José Ángel Iribar, Javier Irureta, Txetxu Rojo, Carlos Ruiz, José Ramón Betzuen, Manolo Delgado Meco, que empezó con Aguirre como preparador físico, y Manu Sarabia, que debutó con él. Todos coincidieron: «Era una persona, entrañable, de una inmensa humanidad», coincidieron.
Era una mañana para recordar, para destripar anécdotas y recordar a una persona inolvidable. «Tenía muchos amigos, era muy majo, muy simpático, le gustaba cantar, comer... Era un hombre muy sociable», evocó María Jesús, su viuda, que dejó paso al resto de invitados en un tributo organizado por Radio Bilbao, de la Cadena Ser. Más allá de su técnica, de su exquisita clase futbolística, el actual máximo dirigente y sus antecesores de detuvieron en su brutal calidad fuera del césped. «Es difícil explicar cómo transmitía el Athletic cuando íbamos a jugar fuera de casa. Era una persona entrañable, cercana, con humildad y siempre transmitiendo el amor hacia un club insuperable», recordó Fernando García Macua. A su lado, Ana Urquijo, evocó una anécdota para realzar su «inmensa humanidad». «Lertxundi, que era presidente, organizó una comida en el txoko de Koldo de Sondika cuando era entrenador del Bilbao Athletic, y el equipo iba mal. Fui. Y nada más verme, con una espumadera en la mano, me preguntó '¿qué haces aquí? No puedes estar aquí'. Yo me senté con los chavales, porque me encantaba estar con ellos, pero veía mucho movimiento. Al rato, se acercó y me dijo: 'Ya puedes estar aquí. Hemos pedido un permiso especial al presidente del txoko'. A partir de ahí se formó una relación especial, entrañable».
El genio de la cocina
Aguirre cocinó aquel día, junto a Iribar y a Argoitia. «En la cocina era muy bueno. Hacía la mejor paella del mundo. Además de las virtudes humanas y las futbolísticas, las tenía en la cocina», comentó el exportero. A su lado Delgado Meco recordó su papel revolucionario como entrenador. «Era un innovador, pronto dijo que teníamos que integrar el balón en los entrenamientos», miró atrás el expreparador físico. Y Dani lanzó un par de anécdotas. «Me quería mucho. Si jugaba con España el miércoles, el domingo me dejaba en el banquillo, para que descansara, me decía. Y en Milán –se refiere a los octavos de final del año de la primera final de la UEFA– yo estaba en el banquillo y nos pitaron penalti. Nadie se atrevía a tirar. Le dije que me sacara. Y me soltó: 'Quédate ahí, que como falles nos dan de hostias a los dos'». Madariaga marcó, y el Athletic siguió su camino hasta la final de la UEFA. Con Koldo Aguirre, un señor, que ayer recibió un homenaje que tampoco se quisieron perder Ángel Garitano, 'Ondarru', padre de Gaizka, Rafa Alkorta, Joseba Etxeberria y Andoni Ayarza, entre otros.
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