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En apenas seis minutos, el Athletic volvió a la vida gracias a la aparición de Kenan Kodro y Unai Nuñez, dos de esos futbolistas que no viven sus mejores días en la plantilla rojiblanca, casi siempre a la espera de un hueco para tener oportunidades. ... En especial uno de ellos, el que se fabricó la jugada que abrió el marcador y permitió que el aire regresara a los pulmones de un grupo al límite. Kenan Kodro, ese delantero olvidado por Garitano, que sólo había jugado 12 minutos frente al Cádiz, y que en una entrevista con este periódico reconoció que se está planteando pedir la salida en enero. «Me encantaría quedarme en el Athletic, jugar, sentirme un poco más importante, que se cuente conmigo. Y si no, que se me permita por lo menos elegir un club que me deje desarrollar mi fútbol y en el que pueda enseñar mis condiciones como jugador».
Ayer llegó lo que estaba esperando desde hace tiempo, volver a sentirse útil. Fue en el minuto 64 por los problemas físicos de un Asier Villalibre que salió malparado de sus encontronazos con Siovas. Al no estar en el banquillo el sancionado Raúl García, Garitano tiró de lista y se encontró con ese delantero que siempre ve los partidos desde el banquillo, pero que no baja los brazos.
La inactividad no provoca que se olviden los movimientos dentro del área, y así lo demostró el donostiarra cuando allá por el minuto 84, aprovechó uno de los pocos desajustes de la defensa del Huesca para controlar un balón y ser desequilibrado cuando disparaba a puerta. Penalti y expulsión de Pulido.
Quedaba por saber quién tiraría el penalti. No estaban ni Raúl García, ni Williams... Pero no hubo dudas. Kodro tomó de inmediato el balón y se colocó en el punto de penalti, mientras el colegiado se tomaba su tiempo para decretar el lanzamiento. Él ni se inmutó. Esperó, tomó carrera, y por el centro, puso al Athletic en ventaja en un partido donde estuvo demasiado tiempo atascado.
En la celebración hubo alegría y rabia a partes iguales. Porque Kenan Kodro está viviendo una situación complicada, en la que hasta ahora ha sido prácticamente invisible para su entrenador a la hora de abordar los partidos. 12 minutos en el desastre contra el Cádiz son insignificantes, y más teniendo en cuenta que uno de los grandes problemas del Athletic ha sido la falta de gol.
Pero Garitano se cerró en su apuesta por Raúl García, y solo en los últimos encuentros y teniendo en cuenta la baja forma del navarro, se abrió a cambios para dar entrada a Villalibre, un delantero centro que ha aportado movilidad y pegada al Athletic. Viendo la respuesta anoche de Kodro, cabría preguntarse si no tiene condiciones para repartirse minutos en ese puesto de vanguardia con el de Gernika...
Quedaba el gol que cerró el partido. En el descuento y de cabeza, Unai Nuñez redondeó con un tanto el buen encuentro que realizó en sustitución del sancionado Yeray. El defensa de Portugalete, al igual que Kodro, pidió en su día una solución, una salida, para poder jugar. «Mi principal condición para renovar es que me cedan a un equipo en el que sea protagonista», dijo en septiembre. Nuñez estaba cansado de su papel de tercer central, que es al que Garitano le ha relegado, siempre a la espalda de Yeray e Iñigo. En noviembre cambió de parecer y amplió su contrato, pero aunque su voluntad cambió -«firmar significa que quiero estar en el Athletic y que quiero mejorar y triunfar aquí»-, su rol en el equipo no. Sigue siendo el tercer central y su misión es aprovechar las oportunidades cuando llegan. Como hizo ayer para dar aire, al igual que Kodro, al Athletic y a Garitano.
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Juanma Mallo
Juanma Mallo
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