Keltse, una athleticzale en el corazón de la Gran Manzana
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Exempleada del Athletic, Keltse Arroyo tiene sentimientos encontrados al vivir esta final a miles de kilómetros: «Es duro, pero también un orgullo»Keltse Arroyo tiene muy claro a quién le va a dedicar el triunfo si el Athletic finalmente levanta la Copa en el estadio de La Cartuja. Athleticzale desde la cuna –«en mi casa nunca hubo dudas, somos zurigorris»–, esta exempleada del departamento de comunicación del ... club bilbaíno y afincada desde hace casi un año en Nueva York, fue a San Mamés por primera vez con su aita. Y es a su padre, fallecido en 2008, al que tendrá más presente ese día.
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Alain Mateos
«Desde entonces he vivido cada partido deseando ganar, por él y por todos los que no podrán verlo nunca más. He llorado cada derrota y me he vuelto a emocionar con cada nueva final. El Athletic siempre ha sido algo que nos ha conectado tanto a mis hermanos como a mí con aita. Siento que el tiempo que he estado en el club ha sido una forma de estar más cerca de él y de honrar de la mejor manera posible a todas las personas que aman al Athletic», confiesa esta joven de Sopela, que ahora trabaja en una importante empresa de márketing y comunicación deportiva internacional con sede en la Gran Manzana.
Keltse ha pasado de llevar las redes sociales del club bilbaíno a las de un equipo de la NBA. Lo que no ha cambiado pese a los miles de kilómetros de distancia es su amor por los colores rojiblancos. Sus compañeros saben perfectamente de qué equipo es y a veces hasta ven algún encuentro con ella, sobre todo los de Copa.«Entre la diferencia horaria y que se juegan entre semana siempre me han pillado en la oficina». Pero eso es lo bueno de trabajar en una empresa deportiva. Que nadie le llama la atención por estar viendo un partido de fútbol en horario laboral. «Los de la Liga los suelo veo en casa o quedo con amigos que viven aquí, pero la final es otra historia», confiesa «con un poco de pena» por no poder asistir al encuentro frente al Mallorca.
«Ser athleticzale en la distancia es duro, pero también es un orgullo poder explicarle a la gente de Nueva York por qué somos diferentes y especiales. En apenas un año he pasado de trabajar en el club a que la final me pille en otro continente», se sorprende.
Aunque todavía no sabe seguro dónde va a seguir la final –se está planteando ir a la Euskal Etxea de Brooklyn–, lo que tiene muy claro es que ese lunes irá a trabajar con la camiseta. Pase lo que pase. Hoy es su cumpleños. ¡Zorionak!
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