
El jugador franquicia
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El carácter competitivo y la ambición del central de Ondarroa casan a las mil maravillas con lo que pretende ser el AthleticEl posible interés del Barcelona por hacerse con los servicios de Iñigo Martínez ha agitado el verano rojiblanco, que estaba siendo tranquilo y rutinario hasta ... la fecha. Ya se sabe que todos estos asuntos de presuntos intereses, negociaciones y acuerdos cerrados 'a día de hoy' hay que tomarlos con todas la prevenciones y desde la perspectiva de que información e intoxicación, o simple relato fabulado, suelen estar a la par. En el caso que nos ocupa, el viernes Iñigo Martínez ya habría llegado a un acuerdo total con el Barcelona (incumpliendo, dicho sea de paso, toda normativa al respecto, pero eso a estas alturas es lo de menos), y Koundé, que el viernes decían que ya estaba en el Chelsea, ayer volvía a ser un fichaje factible para el Barcelona, que habría retomado la negociación con el Sevilla. En las próximas horas tendremos más capítulos, sin duda. Permanezcan atentos a la pantalla.
Todo puede pasar, y los giros de guion tienden al infinito. El Barcelona, que según los dirigentes del Bayern, podría desaparecer en un par de años aplastado por su deuda, y posiblemente en Alemania sería así, se ha lanzado a una huida hacia adelante de final incierto. Sus responsables explican sus movimientos en términos de técnica económica, resumiéndolo todo en una palabra que han puesto de moda: palanca. La cosa consiste en ir vendiendo futuros derechos de televisión, el nombre del estadio, la camiseta y cualquier cosa enajenable, para aminorar una deuda declarada el verano pasado de 1.350 millones y poder continuar fichando. La cosa se entiende mejor si observamos al Barcelona como una de esas viejas familias aristocráticas arruinadas por la mala cabeza de los hijos y los nietos tarambanas, que se dedican a empeñar las joyas de la abuela para seguir pagando la cuota del club de golf.
Pero esa huida hacia adelante de la entidad que preside Joan Laporta amenaza ahora con sacudir el porvenir del Athletic. Qué duda cabe de que para el club rojiblanco perder ahora a Iñigo Martínez supondría un golpe muy duro en lo deportivo y para la propia autoestima de la entidad, además de colocar a la directiva recién llegada ante su primer trance realmente delicado. Pero es en situaciones como esta cuando tiene que salir a relucir la talla de un club.
En el aspecto deportivo se produciría un roto muy importante. Martínez es el jugador franquicia de este equipo. Su carácter competitivo y su ambición casan a las mil maravillas con lo que pretende ser el Athletic. El de Ondarroa se ha convertido en un referente y perderle sería muy dañino a corto plazo. A la seguridad defensiva que aporta hay que sumarle su buena salida de balón, que es el primer paso en el juego de creación del equipo. Las pocas veces que se ha ausentado se ha notado esa carencia. El equipo se quedaría además con solo dos centrales específicos, Vivian y Yeray, que, cada uno por su lado, han mejorado su rendimiento cuando han jugado al lado de Iñigo. Como alternativas quedarían la incógnita de Nolaskoain, el todavía meritorio Paredes y la alternativa de Dani García insinuada por el propio Valverde hace unos días.
Si finalmente se produce la salida, el Athletic empezaría la temporada con un equipo debilitado respecto al del año pasado. Desde Ibaigane siguen hablando de blindar al central con un nuevo contrato y oficialmente nadie sabe nada del presunto interés del Barcelona, algo que puede ser perfectamente cierto, dados los antecedentes del club catalán.
Para Jon Uriarte y su directiva, esta será su primera prueba de fuego y servirá para conocer su talante y su manera de actuar en estos casos. El hecho de que a Iñigo le quede un solo año de contrato hace improbable que Ibaigane se cierre en banda con la cláusula de 80 millones.
Puestos en lo peor, lo pragmático sería tratar de obtener una cifra lo suficientemente importante que permitiera acudir al mercado para compensar la baja, aunque fuera de manera un tanto forzada. Pero, 'a día de hoy', todo es pura especulación. Eso sí, si el Barcelona diera finalmente el paso, que sea con el dinero por delante.
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