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Iñigo Agiriano
Sábado, 9 de diciembre 2023, 23:38
El pasado mes de octubre, el Granada fichó a Matteo Tognozzi como nuevo director deportivo. La figura de Paco López comenzaba a ser discutida tras el mal arranque, y la llegada del italiano no hizo sino alentar los rumores. Dos meses después el técnico fue ... destituido, aunque nada se puede achacar al Tognozzi. El inicio de temporada del Granada ha sido desastroso, con una sola victoria en quince partidos, y la derrota ante un rival directo como el Alavés fue la gota que colmó el vaso. El nuevo director deportivo pudo realizar entonces una apuesta personal: el uruguayo Alexander Medina, apodado «El Cacique», un entrenador sin experiencia alguna en Europa pero que se ha labrado su fama en Argentina, donde ha dirigido con cierto éxito a Talleres de Córdoba y a Vélez Sarsfield.
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Javier Ortiz de Lazcano
Cuando entrenaba al equipo reserva de Nacional, se filtró un decálogo que el Cacique había preparado para sus jugadores antes del derby ante Peñarol. En él se podían leer cosas como «ceja fruncida todo el partido», «la primera patada es nuestra» o «siempre mayoría de jugadores nuestros en caso de armarse tumulto». Aunque Medina siempre ha negado que él escribiera aquello, lo cierto es que su carácter encaja bastante bien con lo que se recogía en aquel papel. Cuando entrenaba a Vélez llegó a derribar a un jugador que pasaba por su banda para evitar el ataque rival, una acción por la que obviamente fue expulsado. Medina tuvo un debut harto complicado, ante el Madrid en el Bernabéu, aunque el equipo se mostró más sólido defensivamente, el gran mal que ha lastrado al Granada en su regreso a la primera división.
A pesar de que su carácter puede invitar a pensar en otra cosa, Medina es un entrenador valiente y con gusto por el juego de combinación. Una de sus grandes máximas consiste en jugar en corto para atraer al rival y posteriormente buscar los espacios. No debemos esperar, por tanto, un Granda que rife el balón, sino que lo utilizará como cebo para incitar la presión del rival y luego poder castigar su espalda. La herencia de Paco López debe ayudar en ese sentido. Solamente los seis primeros clasificados, el Villarreal y el Sevilla han marcado más goles que el Granada, lo que nos da una idea del potencial ofensivo del equipo. Bajo Pacó López un amante del juego de ataque, el equipo jugó bien con el balón. Un amor, eso sí, un tanto desenfrenado, que le ha llevado en ocasiones a auténticos suicidios. Ha sido la parte defensiva la que condenó al técnico valenciano y donde el Cacique tiene más trabajo. Es, después del Almería, el equipo más goleado del campeonato. Ante el Madrid se pudo ver una cierta mejoría en ese sentido. Arropados en un 4-4-2 el Granada trató de hacer el campo estrecho y conceder pocos espacios entre líneas. A pesar de la derrota, la propuesta del Cacique creó ciertas dificultades al ataque del Madrid, todo un logro para un equipo que esta temporada ha encajado goles con una facilidad pasmosa.
El Cacique apostó en su primer partido por Raúl Fernández (1), pero una lesión al comienzo del partido provocó que fuera sustituido, entre lágrimas, por el portugués André Ferreira (13). En el centro de la zaga Ignasi Miquel (14) es un fijo, acompañado por Miguel Rubio (4) o Raúl Torrente (28), aunque ninguno de los tres ha dado un rendimiento fiable. En el lateral derecha ha actuado principalmente Ricard (12), un jugador con mayor talento para el ataque que para la defensa. El portugués Manafá (3) también ha tenido minutos, aunque ante el Madrid le vimos jugar por delante del lateral. En la izquierda Carlos Neva (15) es un fijo. Su teórico sustituto, Álvaro Carreras (33), joven jugador cedido por el Manchester United, ha actuado normalmente como carrilero o incluso como extremo.
Gerard Gumbau (23) es el único medio centro que ha sido insustituible para Paco López y parece que Medina mantiene su confianza en él. Junto a Gumbau comenzó jugando Sergio Ruiz (20), aunque fue desplazado por Gonzalo Villar (24) con el paso de los encuentros. El Cacique, sin embargo, optó por Ruiz en su primer partido. Melendo (21) ha llegado a actuar como medio centro, aunque acostumbra a jugar en posiciones más ofensivas. El serbio Petrovic (18) es la otra alternativa para el medio campo.
Bryan Zaragoza (26) ha sido la gran revelación del curso en la liga española. El joven extremo malagueño ha pasado en un año de ser un simple revulsivo en segunda división a debutar con la selección española y fichar por el Bayern de Múnich. El equipo alemán lo mantendrá cedido en el Granada hasta final de temporada, por lo que el Cacique podrá contar con su desequilibrio para buscar la salvación. En la otra banda han actuado los antes mencionados Melendo y Álvaro o el veterano José Callejón (9). La pareja de delanteros ha estado compuesta por Lucas Boyé (7) y Myrto Uzuni (11), el pichichi de segunda división la pasada temporada. El israelí Shon Weissman (17) ha sido un revulsivo habitual, aunque todavía no ha contado con una oportunidad como titular.
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