A la rueda de prensa que ofrecieron Jon Uriarte y Mikel González solo le faltó la voz de Edith Piaf cantando 'La vie en rose' como fondo musical. Corren buenos tiempos en el Athletic. El balance de un curso en el que ha ganado la Copa después de cuatro décadas de sequía y ha rozado la clasificación para la Champions solo puede ser muy positivo, tirando a eufórico. «Sobresaliente» lo calificaron de entrada los comparecientes aunque hicieron un ejercicio de contención apelando a la humildad y recurriendo al manual clásico desde que accedieron a sus responsabilidades en el club: lluvia de datos para subrayar lo ya conocido y hermetismo absoluto cuando se les inquirió por lo desconocido, que es lo que el personal de a pie está deseando conocer.

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No hubo sorpresas en este sentido. Mikel González desglosó en siete capítulos un balance deportivo que mejora en todos los parámetros el ejercicio anterior. Esta vez no hubo que recurrir a los artificios estadísticos de los puntos y los goles esperados para tratar de suavizar una decepción. Este último curso los puntos esperados han llegado al casillero rojiblanco contantes y sonantes, 17 más que el año pasado porque los goles esperados también han acabado en las redes de los rivales. Y por si quedara alguna duda ahí están los datos de Media Coach que miden la distancia de la línea defensiva, las recuperaciones en campo contrario o la posición media ofensiva para corroborar el estilo de juego del equipo. Por no hablar de los de Transfer Markt, que dicen que la plantilla del Athletic vale ahora casi 100 millones más que el año pasado.

Todo esto el socio y el aficionado ya lo sabía porque se va fijando en esas cosas a medida que va viendo partidos y sale de San Mamés con las manos calientes de aplaudir goles, echa un vistazo a la clasificación cada lunes y compara. Sabe, aunque sea por pura intuición, que la plantilla ha tenido que revalorizarse, aunque no sepa muy bien qué es lo que eso significa exactamente, y le gusta la pinta del equipo aunque en lo del cuarto central no sabe si compartir la preocupación de Valverde o confiar en el optimismo de González que dice que el puesto está bien cubierto con los tres en nómina, dos comodines y lo que viene del Bilbao Athletic.

Abundan las buenas noticias en el Athletic pero las mejores las dieron Uriarte y González en el turno de preguntas como quien no quiere la cosa. Porque por encima de las estadísticas, la tropa periodística se centró en lo de toda la vida a estas alturas del calendario: los abundantes rumores que circulan siempre cuando el balón deja de rodar. Inquirió, entre otras cosas, por el futuro de Nico Williams, la renovación de Berenguer y el interés por Aimar Oroz, que es lo que al personal de a pie le interesa ahora mucho más que el número de esprints que han contado los de Media Coach el curso pasado.

La respuesta no podía ser otra que el silencio, aunque esta vez el presidente Uriarte tuvo el detalle de estirarse un poquito para tranquilizar a los más aprensivos. Recordó que el pequeño de los Williams ha dicho públicamente que está muy contento en Bilbao y en el Athletic y que el Athletic tampoco oculta que está muy contento con él. Y en la misma línea afirmó que Berenguer quiere quedarse y el Athletic quiere que se quede, así que ahora mismo se está trabajando en pulir los detalles para que ese deseo coincidente acabe en felicidad mutua. En cuanto a Aimar Oroz, su condición de jugador de otro equipo le eximió de dar explicaciones.

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Pero siendo estas buenas noticias, hubo otras dos que certifican el buen estado de salud general del club y el criterio por el que se rige en lo deportivo. Aunque todavía se trate de una mera hipótesis, González dejó claro que no es partidario de que Nico enlace la Eurocopa con una posible participación en los Juegos. En buena lógica cabe deducir que la Federación tendrá en cuenta la posición del Athletic y se abstendrá de convocar al jugador aunque figure en una lista previa. La cuestión no es baladí porque ya hay algún antecedente y no precisamente edificante.

El presidente, por su parte, desveló que ahora mismo hay una lista de espera de más de 2.000 personas que aspiran a un carnet de socio, además de una cifra similar de jóvenes que se han quedado fuera del Gazte Abono. Son datos que no deben pasar desapercibidos en estos tiempos en los que el fútbol en general no oculta su preocupación por el creciente desapego de una afición harta de horarios incompatibles con el sentido común, precios abusivos y condiciones cada vez más exasperantes para asistir a los estadios. Debemos celebrar que el Athletic también sea una excepción en este capítulo.

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