Hay años en los que es mejor no levantarse de la cama y hay temporadas en las que la moneda cae siempre de cara. Por mucho que nos empeñemos en traducir a números lo que sucede en un campo de fútbol buscando una interpretación más ... precisa y comprensible, lo cierto es que este deporte esconde unos intangibles muy complicados de descifrar. Caparrós hablaba de rachas y Valdano acuñó aquello del estado de ánimo. Llámenle como quieran pero hoy es el día en el que el mundo del fútbol contempla asombrado la metamorfosis que ha experimentado el Athletic en cuestión de unos pocos meses.

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La continuidad de Valverde explica en parte la mejoría, por aquello de que el entrenador conoce más a fondo a la plantilla y los jugadores han tenido más margen para interiorizar sus ideas. La extraordinaria condición física es otro de los elementos que llaman la atención. El plan de juego de Valverde sería inviable sin once atletas imponiendo un ritmo insoportable para casi cualquier rival. Pero hay más razones. El cambio de rol de Iñaki Williams, ahora en la banda, la explosión de su hermano y los dos centrales, Vivian y Paredes, la mejoría de futbolistas como Guruzeta, Vesga y Lekue, la aportación de Ruiz de Galarreta, la confirmación de Sancet y el buen tono general de los veteranos han coincidido felizmente en el tiempo para que el Athletic se haya convertido en uno de los equipos más atractivos de la Liga.

Remontémonos al verano, cuando después de que Iñigo Martínez confirmara lo que todos sospechábamos, el Athletic arrancó la pretemporada con la única incorporación de Ruiz de Galarreta y las caras nuevas que llegaban de un filial que había completado un curso catastrófico.

Cuando Mikel González hablaba entonces de una plantilla más fuerte y compensada que la de la temporada anterior, la incredulidad fue común entre medios de comunicación, socios y aficionados. La llegada de Ruiz de Galarreta no parecía suficiente para compensar la baja del mejor central y pilar principal del equipo.

«Sólo quedan nueve jugadores de los que disputaron competición europea por última vez»

La imagen de impotencia y resignación del equipo en el primer partido de Liga contra el Real Madrid nos puso los pelos de punta. Ausente Yeray, Paredes y Vivian sufrieron su inexperiencia, Unai Gómez recordó a otros debutantes efímeros, e Iñaki Williams seguía en su particular purgatorio en el eje de la delantera.

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Salvo que él mismo lo explique algún día, nunca sabremos si aquel estreno tan frustrante fue el fogonazo que provocó la caía del caballo de Valverde. El hecho cierto es que siete días más tarde se estrenó en el Sadar la estructura del nuevo Athletic. Entró Guruzeta como 'nueve', los Williams ocuparon las bandas y Sancet se encargó del enlace. La expulsión de Sancet hizo que Muniain ocupara su sitio en la goleada al Betis la siguiente jornada. Pero Valverde ya había hecho su elección.

Aunque la incorporación de jóvenes talentos desde la cantera no sea noticia aquí, lo extraordinario es que en el plazo de apenas dos cursos se han instalado como fijos en el equipo jugadores como Nico Williams y Paredes, que Prados y Unai Gómez ya estén reclamando su sitio y que Adu Ares o Jauregizar llamen a la puerta.

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Salvando todas las distancias, que son muchas, habría que remontarse al periodo que va desde 1980 a 1982, para encontrar una promoción de Lezama tan numerosa y con tanto impacto. Entonces llegaron De Andrés, Gallego, De la Fuente, Urtubi, Liceranzu, Sola, Zubizarreta, Noriega, Cedrún, Endika, Bolaños y los hermanos Salinas.

Seis meses después, aquel retrato optimista de la plantilla que hizo el máximo responsable deportivo del club, coincide con la realidad mucho más que los pronósticos pesimistas mayoritarios en verano. Aunque la escasez de laterales siga contrastando con la exuberancia del centro del campo, Valverde dispone de una veintena de futbolistas que pueden ser titulares con plenas garantías.

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Cualquier parecido entre la plantilla actual y la que jugó en Europa por última vez es pura coincidencia. Solo quedan nueve jugadores de aquel grupo: Simón, De Marcos, Lekue, Yeray, Vesga, Raúl García, Villalibre, Iñaki Williams y Muniain. La transición, que amenazaba con eternizarse, ya ha culminado.

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