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El Athletic regresa a Europa después de una ausencia de seis años, demasiados para un habitual de las competiciones internacionales desde que debutara en aquella prehistórica Copa Latina, que la UEFA considera antecedente de sus actuales competiciones internacionales.

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Fue en verano de 1955 cuando aquel ... histórico Athletic se estrenó compitiendo más allá de los Pirineos. Desde entonces pocas veces han estado los leones ausentes tanto tiempo de la competición continental. Seis años es un paréntesis demasiado grande para este equipo, el más amplio en sus siete décadas de historia internacional. De hecho, solo en el período entre la temporada 1955-1956, la de la segunda edición de la Copa de Europa, y la 1964-1965 cuando se estrenó en la Copa de Ferias, que después se convertiría en la Copa de la UEFA, el Athletic había estado ausente tantos años. En otros dos períodos, a caballo entre las décadas de los 80 y los 90, y en el cambio de siglo, el Athletic se pasó cinco años sin cruzar fronteras.

Una triste derrota ante el Olympique de Marsella en San Mamés en los octavos de final de la Europa League es el último recuerdo europeo de los rojiblancos. Han pasado seis años. Iñaki Williams, que marcó el gol que acortó distancias, Yeray, Lekue y De Marcos son los únicos supervivientes que quedan de aquel equipo titular, además de Núñez y Vesga, que entonces salieron desde el banquillo. José Ángel 'Cuco' Ziganda dirigía a los leones.

El Athletic también ha escrito algunos bellos capítulos de su historia a lo largo de sus andanzas europeas. Los más veteranos todavía recuerdan 'el partido de la nieve', la ida de los cuartos de final de la segunda edición de la Copa de Europa, cuando el Manchester United cayó por 5-3 en un San Mamés blanco. Los ingleses se tomaron la revancha en el partido de vuelta, 3-0. Doce meses después, aquel fabuloso United quedaría deshecho en un accidente aéreo en Múnich.

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Los leones habían eliminado antes al Oporto y al histórico Honved de Puskas, Bozsic, Czibor y Kocsis, cuatro de las estrellas del fútbol húngaro que maravilló a toda Europa en la década de los cincuenta. El Athletic no volvió a la Copa de Europa hasta la década de los 80. El equipo campeón de Clemente lo hizo dos temporadas consecutivas, pero su paso fue efímero. Como lo fue su participación en el nuevo formato de la Champions League de la mano de Luis Fernández y Ernesto Valverde.

El Athletic ha jugado dos finales europeas en toda su historia, tres si se computa la Copa Latina

Qué decir de la inolvidable UEFA de la 1976-1977, la de la primera final europea del Athletic, con Koldo Agirre en el banquillo. Nunca estuvieron los leones más cerca de alcanzar la gloria continental. La rozaron con las yemas de los dedos, pero lo impidieron el valor doble del gol de Bettega en San Mamés, y el arbitraje de Linemayer, uno de los colegiados de cabecera de la UEFA entonces. También recordaremos siempre el curso 2011-2012, el del Athletic de Bielsa y las grandes noches en San Mamés que precedieron a una final triste en Bucarest.

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Es oportuno recordar que después de disputar 31 ediciones de los distintos formatos de las competiciones europeas, Copa de Europa, Champions League, Copa de la UEFA, Recopa y Copa de Ferias, el Athletic solo ha conseguido alcanzar la final en dos ocasiones, tres si contamos la prehistórica Copa Latina, que disputaban los campeones de Liga de España, Portugal, Italia y Francia. Tan magro palmarés contrasta con el optimismo que desprenden quienes ya sueñan con que el Athletic sea uno de los contendientes de la final que este año se disputará en San Mamés.

Alimentar la ilusión e incluso autosugestionarse con cábalas a medida es habitual en el fútbol. Tanto como frustrarse cuando el cuento de la lechera llega a su desenlace. Está muy bien que el Athletic, equipo y afición, encare un regreso a Europa con las miras puestas nada menos que en la final, una meta que los rojiblancos solo han alcanzado en dos temporadas excepcionales. Soñar es gratis, pero un repaso a la nómina de participantes y el más elemental sentido común deberían bastar para mantener los pies en la tierra y apostar por el clásico partido a partido o, si se quiere, el más moderno y de cosecha propia 'a lo bajini'.

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