Señales que llaman al optimismo en el Athletic

El cuadro bilbaíno empieza el sprint de diez partidos hacia Europa con tres puntos en el bolsillo en el derbi y transmitiendo buenas vibraciones

Sábado, 15 de abril 2023

Desde febrero llevaba el Athletic sin enlazar dos victorias. Entonces empalmó una goleada al Cádiz y la victoria en Mestalla. Dos meses después, los rojiblancos vuelven a sumar seis puntos en dos partidos seguidos. En Cornellá y este sábado en San Mamés en un derbi ... que fue casi siempre suyo y que acabó con un marcador que refleja con bastante fidelidad lo ocurrido en el partido.

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El Athletic empieza pues este sprint final de diez partidos hacia Europa con los tres primeros puntos en el bolsillo, transmitiendo buenas vibraciones y, lo que es mejor, con un Iñaki Williams que está atravesando uno de los mejores momentos de su carrera, sobre todo en el aspecto goleador. El delantero sin gol, que se ha pasado cinco meses largos sin ver puerta, ha despertado, sumando tres en las dos últimas citas. No hay mejor mensaje para afrontar el tramo decisivo de la temporada. Si le añadimos que por segundo partido consecutivo el Athletic marca en la salida de un córner, cabe interpretar que el cielo nos está enviando señales suficientes para ser optimistas.

Planteaba el derbi una duda seria en las filas rojiblancas. La ausencia por sanción de De Marcos, sumada a la lesión de Lekue, dejaba a Valverde en la tesitura de tener que inventarse un lateral derecho o recurrir a Capa, el único especialista que le quedaba en la plantilla. La alternativa no era sencilla porque cualquiera de las elecciones presentaba más contraindicaciones que el prospecto de una medicina. El técnico optó por lo malo conocido, dicho sea sin ánimo de faltar al respeto a nadie, y decidió que Capa afrontara nada menos que un derbi con 33 minutos de competición en las piernas. Fresco estaría, claro, como una rosa, pero tan falto de ritmo que las dudas sobre su rendimiento eran más que legítimas.

El de Portugalete respondió con entereza y profesionalidad, recurriendo a lo sencillo y sin meterse en berenjenales. Cumplió con nota mientras le duraron las fuerzas, una hora en concreto. Pudo siempre con un Brais Méndez que no fue ni la sombra de lo que apuntaba al inicio de la temporada y Valverde solo necesitó un cuarto de hora de la segunda parte para comprobar que el recién salido Barrenetxea estaba encontrando una autopista ante el cansado Capa.

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Fue ese primer cuarto de hora de la segunda parte el rato que peor lo pasó el Athletic en un partido que dominó en general. El doble cambio de Imanol en el descanso y la lógica necesidad de reacción de la Real con el marcador en contra llevaron el partido al área de Simón con más frecuencia de lo deseable para los rojiblancos. De hecho, el portero tuvo que salvar los muebles repeliendo un doble remate de Barrenetxea y Kubo para evitar un empate inmerecido. Su bromita que Barrenetxea desperdició enviando el balón a las nubes cuando lo más fácil era marcar ocurrió cuando ya no había tiempo material para voltear el marcador.

Ese doble remate fue algo así como el canto del cisne de una Real Sociedad muy aparente pero bastante insustancial. El buen fútbol de Silva se desarrollaba demasiado lejos del área y no era suficiente para contrarrestar la presión de un Athletic que dominó el partido a costa de un gran despliegue físico mantenido con constancia gracias al inteligente despliegue de todos sus hombres. Dani García y Vesga, los dos sospechosos habituales, volvieron a demostrar que los dedos acusadores que les apuntan hace tiempo que perdieron su razón de ser. Los dos cimentaron la base para que el Athletic fuera un equipo equilibrado, muy solvente en defensa, hasta el punto de mantener inédito a su portero hasta el descanso, y persistente en un ataque que consiguió abrir las puertas del cielo gracias al momento dulce del mayor de los Williams.

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El Athletic logró una victoria que no admite discusión. Supo jugar mejor sus bazas y fue superior a una Real que se limitó a amagar, como cuando los boxeadores practican ante el espejo. Dos mazazos a la mandíbula dieron con sus huesos en la lona.

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