El renacimiento de Lekue

Análisis ·
Por fin, a sus 30 años empieza a desarrollar todo lo que prometía cuando era un chispeante y rápido extremo derecho en el filial

Juan Carlos Latxaga

Martes, 19 de diciembre 2023, 23:00

Iñigo Lekue es una de las buenas noticias del Athletic esta temporada en la que abundan las señales positivas por casi todos los lados. En su novena temporada y después de más de 200 partidos jugados con el primer equipo, se puede decir que Lekue ... está viviendo sus mejores días desde que debutó, sustituyendo a Sabin Bilbao, en aquel inolvidable 4-0 al Barcelona que le daba más de media Supercopa al Athletic. Por fin, a sus 30 años cumplidos en mayo, empieza a desarrollar en el campo todo lo que prometía cuando era un chispeante extremo derecho en el Bilbao Athletic, un joven rápido, de regate poderoso en carrera y buena técnica para poner balones a sus compañeros en el área.

Fue en su segunda temporada cuando Valverde empezó a probarlo como lateral. Lekue no es el primer extremo reconvertido en defensa en la historia del Athletic. Los más veteranos recuerdan a Iñaki Sáez o a José Mari Lasa, fichado al Granada como extremo. Oscar De Marcos es el último ejemplo de transformación de un delantero en un defensa con proyección ofensiva.

A Lekue le ha costado hacerse con el puesto. Su desconocimiento del oficio de defender le ha hecho salir en demasiadas fotos de goles en contra y algunos fallos groseros le marcaron ante una afición que no ha escatimado críticas. El de Deusto no era defensa cuando dio el salto al primer equipo, y sigue sin ser zurdo. Paradójicamente, ha sido en el lateral izquierdo, una posición tan antinatural para él, donde ha estado dando su mejor nivel en los últimos cinco partidos, por la baja del lesionado Yuri. El sábado pasado le tocó irse en comisión de servicios al otro lado, porque el lesionado era De Marcos, y Lekue volvió a ofrecer un más que notable rendimiento.

El precario estado físico de Yuri le ha dado este año la oportunidad de destaparse en el puesto que tantas veces le ha negado la afición y la crítica. Su mérito es notable porque ha tenido que superar la desconfianza jugando en una posición en la que no se siente cómodo. Su proceso ha sido paulatino. Fue lateral izquierdo titular en la primera jornada contra el Real Madrid, sustituyó sobre la media hora de juego en la derecha al lesionado De Marcos en el Sadar, en la segunda jornada y ocupó esa posición como titular en los dos siguientes partidos.

El regreso del de Laguardia le relegó al banquillo los cinco partidos siguientes en los que solo jugó los últimos nueve minutos en Mendizorroza sustituyendo al nuevamente lesionado Yuri.

El titular volvió al equipo la siguiente jornada y Lekue vio desde el banquillo los choques ante el Getafe, la Real Sociedad y el Almería. Volvió al césped en Barcelona otra vez sustituyendo a Yuri en el minuto 26, y regresó al banquillo la siguiente jornada contra el Valencia porque Valverde prefirió apostar por el joven Imanol. Fue su última suplencia hasta la fecha.

Desde entonces ha encadenado seis partidos completos contra Villarreal, Celta, Girona, Rayo, Granada y Atlético de Madrid, cinco veces por la izquierda y una por la derecha, que se han saldado con cuatro victorias y dos empates, en los que Lekue ha ido superando cada jornada su rendimiento de la anterior. Se le ve más suelto y con la suficiente confianza para aventurarse a hacer lo que más le gusta, atacar el espacio por la banda y encarar al defensa rival.

Valverde tiene ahora uno de esos problemas que tanto dicen que les gustan a los entrenadores. Lekue está haciendo méritos suficientes para discutir la condición de intocables a De Marcos y Yuri. Si a esto le añadimos que en la exhibición del pasado sábado Prados y Herrera ocuparon los sitios de los hasta ahora insustituibles Ruiz de Galarreta y Vesga, tendremos que deducir que la plantilla del Athletic ha ganado suficiente profundidad como para favorecer una rotación que permita dosificar esfuerzos y llegar más frescos a la fase decisiva del curso. Otra excelente noticia.