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El Athletic se encuentra ante una situación insólita en su historia: la pérdida de un jugador por acudir a una convocatoria de una selección distinta a la española. Que el futbolista en cuestión sea Iñaki Williams, uno de los más determinantes de la temporada, empeora ... más si cabe la noticia. Aunque el mal de muchos sea, en este caso, escaso consuelo, el Athletic es solo uno de los dieciséis equipos de La Liga afectados por la disputa de la Copa África entre enero y febrero. Solo Barcelona, Real Madrid, Osasuna y Getafe se libran. Gaizka Garitano perderá cuatro jugadores en el Almería. Las Palmas, Alavés y Betis aportan tres cada uno. Cádiz, Mallorca, Real Sociedad, Rayo y Valencia, dos. Villarreal, Sevilla, Granada, Celta, Atlético y Girona, son, con el Athletic los que pierden un jugador.
Pero una cosa es el número de jugadores y otra la trascendencia de su ausencia en sus equipos. En el caso que nos ocupa, la pérdida de Iñaki Williams supone un contratiempo más que notable para el Athletic por el impacto que está teniendo el jugador esta temporada. Hablamos de un titular indiscutible en los dieciocho partidos disputados hasta la fecha, el tercero de la plantilla en minutos jugados, 1.565, solo por detrás del portero y de uno de los centrales, Vivian, y autor de ocho goles. Aunque no sea noticia la presencia constante en el equipo de un futbolista que ha llegado ha jugar 251 partidos consecutivos, siempre conviene recordar el dato para calibrar su importancia en el esquema de Valverde.
El Athletic está disfrutando este curso del mejor Iñaki Williams de su carrera. Después de diez temporadas en las que se pasó de la ilusión de los comienzos a una cierta decepción y, sobre todo, a la resignación general ante un delantero sin gol, Iñaki ha alcanzado una madurez que ha sorprendido a propios y extraños. Ya no es el rematador atolondrado que fallaba situaciones claras ante la portería o el que corría demasiadas veces hacia ninguna parte. El propio Valverde, que el año pasado se empecinó en situarle en el eje del ataque, ha zanjado el debate descubriendo por fin a un extremo sensacional que ya no se agota en carreras inútiles porque sabe dosificarse eligiendo los esfuerzos y que, además, demuestra disciplina táctica ayudando a su lateral cuando es necesario.
El Athletic va a perder a un jugador fundamental en una fase decisiva de la temporada. Ghana jugará su último partido de la fase de grupos el 22 de enero. Los octavos de final se disputarán entre el 27 y el 30; los cuartos, los días 2 y 3 de febrero, las semifinales, el 7 y la final el 11.
Coincidiendo con la fase de grupos de la Copa África, se disputan tres eliminatorias de Copa, y las semifinales de ambas competiciones coinciden en la agenda el 7 de febrero. En el mismo periodo se disputarán, además, media docena de jornadas de Liga.
Habrá que ver qué recorrido puede tener Ghana en las eliminatorias directas tras una primera fase de grupos con Cabo Verde, Egipto y Mozambique que, sobre el papel, debe superar con facilidad. En cualquier caso se puede adelantar que en la Copa prácticamente el Athletic solo podrá contar con uno de sus jugadores clave si llega a la final.
Valverde ha preferido evitar los lamentos y asumir lo inevitable como una circunstancia más de las muchas que concurren a lo largo de la competición. La baja del mayor de los Williams es un contratiempo importante pero el Athletic cuenta con plantilla suficiente para asumirlo.
Berenguer, un jugador fichado en su día para interpretar un papel estelar en el equipo y titular habitual hasta este curso, se perfila como el sustituto natural. De hecho, solo ha dejado de participar en un partido de los dieciocho disputados. Se quedó en el banquillo en el 3-0 contra el Almería y fue titular en los choques contra el Cádiz, Alavés y Getafe en el puesto en el que finalmente se ha hecho fijo Nico Williams. Aunque solo ha estado sobre el césped 477 minutos, es el número 14 en cuanto a jugadores utilizados por Valverde, lo que le incluye en el grupo de habituales en la rotación. Ahora tiene una oportunidad inmejorable para reivindicar la titularidad perdida. Aunque la de Williams sea una baja muy sensible por su elevado rendimiento, a Berenguer le toca amortiguar el impacto de su ausencia. Tiene la suficiente calidad y experiencia para lograrlo.
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