Getafe, un rival áspero contra el que los partidos son más largos

El cronómetro nos confirma lo que cualquier aficionado aprecia a simple vista: lo poco que se juega cuando en el campo comparece un equipo de Bordalás, un entrenador que ha sublimado su estilo en el banquillo del Getafe hasta convertir a los azulones en el paradigma del fútbol más árido, destinado a acabar con el sistema nervioso del rival a base de impedirle desarrollar su juego. Es un sistema tan válido y legítimo como cualquier otro mientras se atenga a las normas. Cada uno explota sus capacidades como mejor le parece y, sin lugar a dudas, Bordalás es un maestro en la materia y cuenta con los mejores alumnos. El peligro para el Athletic vendrá de lo que eufemísticamente se conoce por el otro fútbol, ese juego que el Getafe desarrolla magníficamente medio metro dentro de la frontera del reglamento.

El asunto atañe directamente a los árbitros, que, de momento, no han dado con la solución para cumplir con el papel que les corresponde en el campo, que no es otro que el de facilitar el juego aplicando la norma. Prolongar los partidos para compensar el tiempo perdido en las interrupciones no es una solución. Los minutos acumulados al final, por muchos que sean, no compensan la imposibilidad de mantener un ritmo de juego sostenido durante el partido. De eso se quejó precisamente Xabi cuando en la primera jornada el Barcelona empató sin goles en el Coliseo Alfonso Pérez después de 115 minutos de partido, cinco menos que un partido con prórroga.

También se queja Bordalás, claro. Según él, el Getafe sufre una cierta persecución por su mala fama. Es la explicación que encuentra para justificar que su equipo sea el que más tarjetasacumula a estas alturas, 26 amarillas y dos rojas, cuando el Cádiz y el Rayo han cometido más faltas..

El técnico alicantino se ha convertido en una bestia negra para el Athletic, que solo ha podido ganarle un partido (5-1 en San Mamés al Getafe en la temporada 2020-21). Al frente del equipo madrileño Bordalás le ha ganado al Athletic una vez en San Mamés y otra en su campo, y en el banquillo del Valencia ha sumado tres empates y una única victoria, la que impidió a los leones jugar su tercera final de Copa consecutiva. Que los choques de los rojiblancos con equipos de Bordalás suelen ser igualados, lo confirma la estadística: una sola victoria del Athletic por tres derrotas y nada menos que ocho empates, con igualada también en el capítulo de goles a favor y en contra: doce.

El partido de este miércoles se presenta por lo tanto como una prueba de fuego para este Athletic que tan buenas sensaciones está dejando en el arranque liguero. Al margen de las decisiones que tome Valverde pensando en los dos partidos que tiene que disputar esta semana, y la elección del sustituto de Ruiz de Galarreta, que será clave para determinar el perfil del equipo, el primer paso para ganarle al Getafe será mantener la concentración en el juego sin dejarse enredar en la sucesión de trucos que despliega habitualmente este equipo para llevar el partido al terreno que más le gusta, ese en el que el Athletic tantas veces ha perdido los nervios y los puntos.