No todos los futbolistas son iguales

Pues no, no todos los futbolistas son iguales, ni todos se rigen por los mismos patrones de conducta. Oscar de Marcos es la demostración en carne y hueso de que hay futbolistas que, al margen de la fama y la gloria más o menos efímera, siguen viviendo su vida con los pies bien pegados al suelo y sin perder de vista de dónde vinieron y dónde están.

Con la naturalidad que le caracteriza, De Marcos nos hizo saber que estaba dándole vueltas a la idea de seguir un año más en el Athletic. Con treinta y cuatro años cumplidos y catorce temporadas en el club, dudaba sobre la conveniencia de estirar su carrera un año más. No era, según confesó, solo una cuestión física, sino también anímica. Para estar en la élite tienen que responder las piernas, pero también la cabeza, y prefirió darse un periodo de reflexión antes de hacer balance y decidir. Siendo el jugador que más partidos ha jugado este año y el segundo de campo con más minutos en sus piernas, tenía prácticamente garantizada una renovación que nadie le hubiera reprochado al club.

Otro hubiera firmado sin pensárselo dos veces. Pero habíamos quedado en que no todos los futbolistas son iguales, así que si De Marcos ha decidido seguir, podemos estar seguros de que lo hace convencido de que le queda cuerda, mental y física, para continuar otro año al máximo nivel, donde siempre ha estado.

Óscar De Marcos es uno de esos futbolistas necesarios en cualquier plantilla que aspire a ser algo más cohesionado que un grupo de estrellas y estrellitas que coinciden en un determinado momento, pero que miran más por sus intereses particulares que por los colectivos. En el caso particular del Athletic figuras como la del lateral adquieren mayor trascendencia puesto que son los encargados de hacer de puente entre generaciones. De la plantilla del Athletic que se encontró cuando ingresó en la temporada 2009-10, solo permanecen el propio De Marcos y el entonces jovencísimo debutante Muniain.

Ese papel cohesionador y de guía para que los recién llegados sepan dónde están es tan importante ahora mismo como el rendimiento en el terreno de juego, algo que por otra parte, y después de tantos años de regularidad, no se puede poner en duda a estas alturas. Por eso, la renovación del alavés es una muy buena noticia para este Athletic que tantas dudas plantea en todos los ámbitos y está más necesitado que nunca de referentes fiables dentro y fuera del vestuario.

Siendo muy diferente, o quizá precisamente por ello, De Marcos encarna hoy en día las virtudes que siempre caracterizaron al futbolista del Athletic: naturalidad y sencillez en el trato personal, honestidad y entrega incondicional en el campo. Identidad, en suma, una cualidad en peligro de extinción en estos tiempos globalizados en los que todos y todo parecen lo mismo. Afortunadamente, todavía quedan tipos como Oscar que cuando finalice el año que acaba de firmar, habrá entrado en la relación de legendarios del Athletic, siendo uno de los que más partidos ha jugado en la historia del club. Y lo hará tal como vino: sin hacer ruido, demostrando con los hechos de cada día que, afortunadamente, no todos los futbolistas son iguales. El Athletic puede felicitarse porque uno de esos jugadores distintos siga vistiendo un año más la camiseta rojiblanca.