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Marcelino ha apostado fuerte después de los batacazos coperos. Ha decidido refrescar a su equipo, buscar alternativas y fomentar la competitividad entre compañeros. Y quienes más han agradecido esa decisión han sido los jóvenes del equipo, que estaban aguardando su oportunidad a la sombra de ... los hasta hace poco titulares indiscutibles. Pero hoy esa barrera que divide a la plantilla ya no existe. Desde la segunda final perdida, el once titular del Athletic es muy diferente, bien por las lesiones o por la necesidad de dar descanso a futbolistas. El frente del ataque es la línea que más ha variado y, en los cinco últimos partidos, la que mejores noticias está ofreciendo en este final de Liga donde el Athletic es capaz de ganar a los líderes pero no sabe resolver sus partidos ante la clase media-baja. Anoche, Marcelino volvió a insistir con un cuarteto que le convence partido a partido con su entrega, su coordinación y su manera de entender el fútbol. Berenguer -el único indiscutible que mantiene el puesto-, Sancet, Morcillo y Villalibre juegan con la portería rival en el pensamiento y con el objetivo siempre de encontrar las soluciones más rápidas para hacer daño al rival.
Ayer, no tardaron ni un minuto (56 segundos) en golpear a Osasuna con una acción colectiva donde los momentos decisivos los ofrecieron Berenguer, con su conducción y pase a Villalibre, el toque de espaldas del delantero de Gernika para dejar solo a Morcillo, y el remate de este para anotar su segundo gol consecutivo en San Mamés.
Se trata de la tercera diana más rápida de esta Liga. El récord lo tiene Cucurella a los 19 segundos en el Athletic-Getafe y le sigue Morales con su tanto a los 34 en el Levante-Valencia. En cuanto al Athletic, hay que irse a febrero de 2019 para encontrar un tanto antes del primer minuto, el que firmó Raúl García ante el Eibar a los 41 segundos. Fue en San Mamés y sigue como el más rápido logrado por los rojiblancos en un partido en su nuevo estadio.
El tanto del empate de Osasuna cambió la decoración del partido, que hasta ese momento había sido de claro color rojiblanco, pero aun así, el Athletic siguió siendo muy incisivo cada vez que tuvo ocasión de salir con velocidad. Hay un aspecto diferencial muy importante respecto a pesos pesados como Raúl García, Williams y Muniain, y es el dinamismo que imprimen tanto Sancet como Villalibre, por no hablar de la capacidad de desborde de Morcillo o un Berenguer que se encuentra en un gran momento. Esa movilidad permite descolocar a las defensas, que no estén cómodas, que siempre tengan que tirar de ayudas para cerrar huecos, lo que aumenta el desgaste y que se produzcan fallos como en el segundo gol del Athletic, cuando un toque exquisito de Berenguer dejó solo a Sancet para que anotara el segundo gol rojiblanco.
Como suele ser habitual en estos cinco últimos partidos de Liga, Marcelino les dio descanso mediada la segunda parte, cuando la fatiga comienza a ganar terreno debido al elevado ritmo de juego en casi todas las acciones, tanto de ataque como en defensa de estos cuatro futbolistas. Así, en cinco minutos de diferencia, entre el 74 y el 79, abandonaron el campo para que entraran Williams, Ibai Gómez, Raúl García y Unai López.
Y, como sucedió contra el Valladolid, sin ellos en el campo, un tardío gol impidió sumar los tres puntos que hubieran dado esperanzas europeas. Pero al menos Marcelino tiene un motivo de satisfacción con los jóvenes, que dan alegría a su ataque. Con ellos se han sumado dos victorias y tres empates. Y pudieron ser cuatro triunfos, pero...
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