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Este artículo es de opinión. Pero hoy lleva petición. Que quienes utilizaron nuestros colores, dentro de la afición del Athletic, y metieron, encendieron y lanzaron ... bengalas en el Olímpico de Roma sean expulsados de por vida de nuestro Club. Y que jamás vuelvan a pisar San Mamés. Ya les decía que no era solo un artículo de opinión. Como socio 4805 del Athletic Club pido o, mejor dicho, exijo, que se tomen medidas contundentes. Y si a Ibaigane le tiembla el pulso, porque la cosa viene de viejo y nadie lo ha solucionado, que sepa que tiene a este socio dispuesto a dar la cara. No soy el único. En Roma tenía ayer a tres familiares. El resto lo vio desde casa o, como fue mi caso, con la cuadrilla en García Rivero. Cuando estábamos celebrando el gol de Paredes nos salpicó la mierda. Así es como hay que llamar a esa gentuza. Da igual que Oscar De Marcos les hable desde la firmeza del capitán o que Iñaki Williams se desgañite intentando explicar a un cabestro de dos patas que las bengalas están prohibidas. Porque la batalla está perdida. La única solución es señalarlos, sancionarlos y apartarlos.
Supongo que en la grada donde estaban había policías. Es costumbre que se cuente con agentes infiltrados, tanto en una como en otra afición. En nuestro caso la Ertzaintza. Lo digo porque los culpables habrán sido detectados. En las imágenes de la retransmisión, y en muchas de las fotos y vídeos grabados por periodistas y aficionados, se les ve la cara. De hecho, como son muy tontos, algunos discuten con los dos capitanes cuando se acercan a la grada para recriminar su actitud. Recuerden que no hablamos de cerebros criminales, sino de cretinos peligrosos. Espero que sean sancionados por la justicia ordinaria tras hacer lo que hicieron. No olvidemos que es un delito y deberían pagar por ello. Pero más allá de lo que dicte la ley, está el club. No hablaré de los valores que se le presuponen a alguien que sienta nuestros colores, porque esa chusma tiene los mismos que una rata de alcantarilla. Sino de otro asunto. Las normas. Como club tenemos la potestad de expulsar a quien las incumpla y, caso de no ser socio, que no vuelva a entrar en San Mamés. Hagámoslo. Con luz y taquígrafos. Para que sepamos quiénes son. Porque nos dañan. Quienes fueron a Roma lo saben muy bien.
Entraron tarde y se plantaron en primera fila, apartando de malas maneras y amenazando a la afición athleticzale que llevaba allí desde una hora antes. A lo largo del partido provocaron a los rivales. Pero lo peor llegó en ese gol. Cuando arrojaron bengalas a la afición local, me da igual que sean unos santos o unos demonios, y al campo. Una le cayó a una periodista. En ese instante, 2560 seguidores del Athletic afearon la actitud de esos 40 cretinos cantando «Ez da gure estiloa», «Diles que se vayan» y «Kampora». También de eso hay vídeos. La respuesta fue una cascada de insultos y graves amenazas. Porque a esta boñiga le da igual los colores. Van a lo que van. Y como hubo que esperar otra hora para salir, imaginen la situación. Es fácil saber quiénes son. Las entradas se iban a sortear entre los socios. Finalmente quien se apuntó tuvo la suya. Así que podemos seguir la pista. Dado que hay un control para saber si vamos a los partidos y si merecemos una entrada para las posibles finales, digo yo que podría aplicarse para identificar a los implicados. Y de la misma forma que por lo primero se premia, que por lo segundo se castigue. No solo porque la han liado. Sino por la que pueden liar. No deja de ser preocupante escuchar a quienes viajaron a Italia diciendo que fueron acosados la noche anterior por ultras de La Roma, curiosamente también vestidos de negro, pero que pasaron aún peor rato con los ultras de nuestro club. Porque el de casa da tanto miedo como asco.
Iba a decir que no se hará nada hasta que no maten a alguien. Error. Tenemos tristes ejemplos sin salir de nuestra Liga. Por eso quizá, y es lo más penoso, solo espabilaríamos si los mandamases del fútbol nos prohibieran viajar a los partidos de la Europa League o nos diesen por perdido el partido donde estos gilipollas la vuelvan a montar. Entonces sí actuaríamos. De momento ya están barajando la primera opción. Y si nos castigan, me temo que la respuesta sería que todos los equipos tienen sus imbéciles descerebrados o que los rivales les han provocado y empezado antes. Por eso estas líneas. Tras lo sucedido en Bilbao antes y después del partido frente al Atlético de Madrid escribí un artículo dirigido a esa gentuza titulado «No manches esa bufanda». Desde entonces hordas de athleticzales se han acercado para decirme que piensan igual. Que ya está bien. Que hay que actuar. Pues ya estamos tardando. De momento, señor Presidente, aquí tiene el apoyo del socio 4805 para que esa basura deje de entrar a San Mamés y viajar con el equipo. Porque no basta con decir que no nos representan. Hay que demostrarlo. Y solo hay una forma. Echándolos del Athletic.
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