Y de reojo, la Real

Se vio en Ipurua, un escenario habitualmente complicado, desagradable esta vez por la lluvia constante y el frío, y en el que el Athletic pegó tres zarpazos en los momentos oportunos, dejó el partido a título de inventario y se metió en el sorteo -show que se celebra el lunes a mediodía entre los 16 supervivientes del torneo. De momento, 22 eliminatorias a partido único solventadas por un equipo al que, tal vez otras cosas sí, pero competitividad no se le puede pedir más. Ese dato es demoledor.

Tal vez por eso, Valverde y los suyos, que tienen 19 partidos de Liga por delante de aquí hasta el 23 de mayo, deberían tomarse cada uno de ellos como si se tratara de eso mismo, una eliminatoria de Copa a partido único, y el primero, el del sábado a las 18.30 en San Mamés frente a la Real. Todos los aficionados recuerdan el resultado de la ida, un doloroso 3-0, pero tal vez no haya que tomárselo como una revancha, sino como si fuera un partido copero en el que lo único importante es ganar, sea cual sea el resultado. Es cierto que el average particular necesita goles, pero tal vez no sea ese el objetivo del Athletic esta vez, sino distanciar a nueve puntos a un rival directísimo en la lucha por meterse en puestos europeos, y mantener las distancias con quienes llegan por detrás, que, seguro, pegarán el arreón en lo que resta de temporada.

Así que sería muy bonito tomarse la venganza de lo que sucedió deportivamente en Anoeta; siempre es una satisfacción vaya como vaya el campeonato, pero es mucho más importante ganar, pasar a la siguiente eliminatoria liguera, tomarse el torneo de la regularidad como si fuera una competición a vida o muerte. Ese cholista partido a partido es lo trascendental a partir de ahora; minimizar los tropiezos, aprovechar una dinámica muy buena que está haciendo volar al equipo más alegre -y paradójicamente- más serio, que hemos visto en los últimos años, y seguir consiguiendo resultados, y si puede ser, sumando marcas competitivas que no se veían desde hace décadas por Bilbao.

La Real Sociedad es el primer paso. El Athletic no tendrá a Iñaki Williams, pero los donostiarras tampoco cuentan con los hombres que conforman una banda derecha letal, Take Kubo y Traoré, pero cuidado, porque Imanol tiene mimbres para montar un equipo muy contrastado en San Mamés. No hace muchos años se llevaron los puntos de la Catedral con un equipo plagado de meritorios, ante las bajas de muchos titulares. Nada de descuidos que pueden ser letales, aunque visto lo que se está viendo, esas cosas no están pasando esta temporada.

Basta remitirse a Ipurua, a la seriedad con la que se tomaron el partido los hombres que saltaron al campo, y con repasar los nombres de los goleadores frente al Eibar, Villalibre (2) y Muniain, que están teniendo muy pocos minutos en la Liga pero que, cada vez que tienen que dar un paso al frente, lo hacen. Esa es la actitud que convierte a un buen equipo en un gran equipo. Nadie puede asegurar la victoria contra la Real Sociedad por mucho que el papel aguante todos los elogios, pero el camino que está llevando este Athletic, es el adecuado para tener muchas opciones.