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Qué hazaña tan triste para el Athletic

El empate en el Bernabéu no sirve para llegar a Europa. Parte de culpa la tendrá el entrenador, pero también habrá que poner el foco en la calidad global de la plantilla

Domingo, 4 de junio 2023, 22:28

Empatar en el Bernabéu no deja de ser una hazaña por mucho que el Real Madrid no esté en su mejor momento, y además, después de haber tenido ocasiones para ganar, y tras fallar un penalti y encajar otro. Pero esta vez, es una hazaña ... triste.

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El pasado 11 de noviembre, un día después de que se clausurara la Liga de forma provisional, para que se celebrara el Mundial de Qatar, hice balance de lo que había ocurrido desde agosto hasta ese momento en el devenir del Athletic, con unas frases en las que ahora, siete meses después, no me reconozco. Decía entonces: «Lo más importante es que el equipo se va a esas vacaciones de quince días que ha anunciado Valverde, situado en puestos europeos y dejando un buen sabor de boca». Pues bien: pasado ese lapso de tiempo, el sabor de boca es fétido, todo se ha podrido, y las buenas perspectivas que se presumían no se han cumplido. También escribí, que, «esta temporada, la Liga termina en junio y el trasiego mundialista, y, no olvidemos, también de las competiciones europeas, puede ser brutal para los jugadores». Pues sí, lo ha sido, hasta el punto de que la clasificación para los torneos continentales ha estado más barata que nunca, y los resultados del equipo rojiblanco lo ratifican. A pesar del disparate del último mes y medio, el Athletic ha estado en disposición de conseguirlo hasta la última jornada, e incluso durante algunos minutos del partido del Bernabéu. Pero yo barruntaba que serían otros los equipos perjudicados, y no ha sucedido así. El desplome brutal lo ha protagonizado el grupo de Valverde, sin tener que disputar competición europea y siendo, como fue, un equipo escasamente afectado por el virus FIFA.

Habrá que analizar las cuestiones de fondo: las razones por las que el Athletic se ha derrumbado en los últimos meses, y cuando tenía al alcance el objetivo que apuntaron sus responsables de los despachos y el vestuario, ha fallado el tiro y ha dejado a toda la afición con un mosqueo monumental y, claro está, apuntando alto hacia la junta directiva, que salió elegida por abrumadora mayoría, pero que ha visto como los desafectos han ido en aumento según avanzaba la temporada. Porque, esa es una de las características de este negocio, por muchos algoritmos que se manejen; a pesar de que el big data diga lo que quiera decir, en el fútbol lo único que importa es que entre la bolita en la portería contraria. Así, tan primitivo. Es una fórmula que ha funcionado desde que se inventó este deporte, y que sigue vigente en los reglamentos. Podrán poner un sofisticado chip para controlar cualquier dato relevante o no de un futbolista, pero al final, es una tabla de puntos, que hasta el más obtuso puede sumar utilizando los dedos, la que separa el éxito del fracaso.

¿Y cómo se ha llegado a la situación de acabar el campeonato con la frustración de quedarse fuera de Europa? Una de las respuestas fáciles es achacárselo al entrenador, es decir, a Ernesto Valverde. Seguro que tiene parte de la culpa, que para eso es quien dirige al vestuario. Pero teniendo en cuenta que los futbolistas que maneja son los mismos que los de la temporada anterior, un año más viejos, con el añadido de Guruzeta y Herrera, tampoco se puede cargar las responsabilidad sobre él, porque los anteriores técnicos tampoco lograron el objetivo. Sí es cierto que se le podrá achacar que tal vez no siempre haya manejado la plantilla de forma adecuada; que a veces se ha equivocado en sus planteamientos o los cambios, y unas cuantas cuestiones más, pero centrar la cuestión en el técnico no deja de ser absurdo.

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Tal vez habría que poner el foco en la calidad global de la plantilla, y el fondo de armario del que dispone el entrenador para conformar el equipo. Las últimas jornadas han sido significativas, con una defensa cogida con hilvanes ante la ausencia de los dos centrales. El hecho, también, de que no cuente Valverde con un delantero centro goleador es un problema, y más con la forma de jugar del equipo. Y otra cuestión, claro: con la pandemia, la IFAB, que establece las normas del juego, amplió provisionalmente la posibilidad de los cinco cambios. La regla es ya permanente, y desnuda a equipos como el Athletic. El banquillo no suele mejorar lo que sale al campo de inicio.

Con ese déficit estructural, con los errores concretos de algunos jugadores en momentos clave, con alguna lesión inoportuna, y por qué no, por el criterio arbitral en varios partidos, el Athletic se ha vuelto a ahogar en la orilla, y esto ya parece el día de la marmota.

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