El extraño distanciamiento entre Urrutia y Guerrero
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En el acto de San Mamés no parecía haber sintonía entre los dos excompañeros del equipo, sino distanciamiento; parecían dos desconocidosJosu Urrutia jugó 401 partidos oficiales con la camiseta del Athletic, Julen Guerrero se vistió de corto 430 veces para defender el escudo rojiblanco. Coincidieron muchas temporadas y jugaron juntos 271 encuentros, de ellos, 243 de Liga, 19 de Copa del Rey y 9 de ... competiciones europeas. De hecho, solo hay otro futbolista que haya jugado más partidos al lado de Urrutia y de Guerrero: Aitor Larrazabal, que sólo en Liga coincidió 254 veces con Josu y 265 con Julen. Entre los tres se mezclaron en el equipo 190 veces, que son muchísimos partidos. Es como jugar cinco temporadas consecutivas siempre en la alineación.
Sin embargo, en el acto que ha organizado este viernes el Athletic para presentar la clausura de los fastos, que no lo han sido, del 125 aniversario de la fundación del club, Urrutia y Guerrero parecían dos desconocidos. Esa complicidad que suele ser habitual entre dos personas que han compartido vestuario y césped, que se han pasado el balón tantas veces, que se han asistido en los goles y se han abrazado después de marcarlos, no existió el día en el que Josu Urrutia reaparecía en un acto público del Athletic después de mucho tiempo.
El inusual formato utilizado por el departamento de prensa del club no permitió siquiera que Urrutia y Guerrero, que en teoría compartían el acto de presentación, se sentaran a la misma mesa. El evento, que se retrasó unos minutos por culpa del tráfico, que dejó en el atasco al portugalujo, se inició con la fotografía en la que posaron los protagonistas. Además de los dos compañeros de equipo estaban Eli Ibarra, que formaba parte del trío de principales, y también Markel Susaeta y Andoni Goikoetxea, que estaban invitados a la presentación.
Indiferencia
Aparecieron todos por una puerta lateral de la zona VIP de San Mamés, donde se iba a desarrollar el acto, y pasaron al anillo central. En el recorrido, en el que Urrutia precedía a Guerrero, no intercambiaron ni una palabra. Según el orden lógico de entrada a la zona en la que posaron para los fotógrafos y las cámaras de televisión, les hubiera correspondido colocarse juntos, pero Julen prefirió adelantar a Iribar y a Goiko para situarse entre este último y Susaeta. No había tensión entre ambos, pero sí cierta indiferencia. Cuando regresaron a la sala, ambos guardaron la distancia de seguridad a la hora de sentarse. Urrutia en una esquina, vestido con un jersey grueso de rayas de colores crudos; Guerrero en el centro, con una chaqueta azul de sport con la insignia del Athletic en la solapa.
El protagonista de la primera parte del acto fue José Ángel Iribar, que ha tenido una semana ajetreada, primero en Sevilla, después en Madrid y luego en su casa. Se emocionó con el vídeo que se elaboró por su 80º cumpleaños. Después se presentaron los actos del día 16 de diciembre, entre ellos, el partido de veteranos que Guerrero espera jugar y por fin hablaron los dos excompañeros de equipo. Tal vez las palabras de Urrutia eran las más esperadas, porque se prodiga poco, o nada en público. «El sentido de pertenencia es irrenunciable. No seremos los mejores, pero hemos elegido hacerlo así», apuntó el expresidente del Athletic. Las palabras de Julen fueron por otros derroteros. «Después de retirarte, es una alegría saber que has podido ser parte de la historia del club de tu vida. Me siento muy orgulloso de haber vivido ese proceso desde los siete años hasta que acabé con 32, con tanta gente increíble».
Entre ellos hubo aplausos corteses, pero poco más. No se les había visto juntos desde una convocatoria electoral en la que ambos formaban parte de la candidatura de Juan Carlos Ercoreca. Urrutia como adjunto a la presidencia y Guerrero como director deportivo. Entonces se rumoreaba sobre una mala relación entre ambos, aunque Julen salió al paso: «Cuando llegué al primer equipo Josu era un ejemplo a seguir en el compromiso, en sentir la camiseta, en el trabajo diario». Cuatro años más tarde fue Urrutia quien defendió a Guerrero, que había recibido críticas porque cuando se integró en la candidatura de Ercoreca trabajaba para el Athletic. «Algunos no entendieron la postura de Julen. En su día yo no entendí esa reacción, porque creo que independientemente de que tuviera contrato, era libre de arriesgar».
Sin embargo, en el acto de San Mamés no parecía haber sintonía sino distanciamiento. Al acabar, Julen se quedó un rato charlando con periodistas e invitados, Urrutia no. El expresidente se marchó por la puerta por la que había entrado, apenas unos segundos después de acabar el evento. Pueden ser las sensaciones las que apunten a ese distanciamiento, pero esas percepciones pueden estar equivocadas. Tal vez solo sea complicidad, como la que tenían en el césped donde únicamente les hacía falta una mirada fugaz para montar la tremolina al rival. Sin cruzar ni una palabra.
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