EFE

¿Que dice el Bilbao? ¿Y a nosotros qué nos importa?

Análisis ·

Lo que verdaderamente pretendía Simeone con sus quejas respecto a los días de descanso era crear un ambiente hostil, y eso lo ha logrado

Lunes, 5 de febrero 2024, 00:13

Sale Simeone con su discurso victimista, sin acordarse de que en cuartos de final eliminaron al Real Madrid teniendo tres días más de descanso que ellos, y algunos, en vez de fijarse en la luna, miran el dedo que la señala. «Ha dicho el Bilbao». ... Pues sí, ha dicho el Bilbao, ¿y qué? ¿A nosotros qué nos importa lo que diga o lo que tenga que decir? El Bilbao, y ya está, con su pan se lo coma. No ha tenido éxito en sus reclamaciones, absurdas por otra parte, pero seguro que sí ha conseguido enardecer a sus aficionados. Hay que mirar más allá y ver que lo de cambiar los horarios era imposible, pero lo que verdaderamente pretendía, crear un ambiente hostil, eso lo ha logrado.

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Los jetas del Bilbao que se salen con la suya, como siempre. Villarato. Ah, eso ya no, que no está el exjugador rojiblanco al mando, y ni siquiera Rubiales, que podía haber heredado sus malos hábitos. Está un señor, ya tercera generación tras Villar, al que no le conoce nadie, y que por lo visto, también es peñista del Athletic, como la mayoría de los árbitros, por otro lado.

Lo importante es que nos respeten, y que en el césped nos teman. Como Simeone

A lo que íbamos: el Bilbao

Salen miles de ofendidos en las redes sociales cada vez que alguien dice 'el Bilbao', y no les entiendo. Me abordó ayer un conocido, indignado también por la denominación, muchos piensan que insidiosa, del equipo rojiblanco. ¿No sería hora ya de abandonar ese discurso? Suena a ofendidito permanente, receptor constante de agravios, o incluso cierto complejo de inferioridad y ese afán de los que lo padecen, de necesitar siempre que les hagan caso por una cosa o por otra. No entiendo tanta polémica por la denominación de la razón social, como si los directivos de la empresa Smurfit Kappa -valga como ejemplo-, se ofendieran porque la gente les llama la Papelera de Durango, que ni siquiera está en Durango, sino en Iurreta.

Además, como está sucediendo ahora con el debate sobre la amnistía y lo que algunos llaman terrorismo bueno y terrorismo malo, al decir 'el Bilbao' también se establecen categorías sobre si es bueno o malo. Si lo dice un señor mayor de Murcia, que simpatiza con nuestro equipo, es el Bilbao bueno; si lo verbaliza un socio de la Real, es malo. Así que no podemos amnistiar al txuriurdin, pero sí al señor de Murcia, que no es el de la obra de teatro de Miguel Mihura.

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Por decir lo mismo

Vamos a dejarnos de chiquilladas con el Bilbao y sus afluentes, y que cada cual diga lo que quiera, porque si además hay gente que está convencida de que quienes lo dicen, lo hacen por ofender, lo único que hace es concederles el triunfo. Si alguien dice algo para lanzar una ofensa y el que lo escucha se siente ofendido, ya sabemos quién ha ganado.

Bastante ofendidos estuvimos, y sobre todo humillados, quienes tuvimos que sufrir que el régimen de Franco le cambiara el nombre al club y tuviera que llamarse Atlético de Bilbao, así con todas las letras, durante tres décadas, y los periódicos, y las radios y la televisión le llamaban así y había que tragar. Así que ahora que nos llamamos como queremos, que los demás nos llamen como quieran. Lo importante es que nos respeten, y que en el césped nos teman. Como Simeone. ¿O alguien cree que su discurso no tiene un objetivo?

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Por cierto. En todas estas líneas que he escrito no aparece ni una vez la denominación oficial del equipo del que hablo, pero, ¿a que todos los que las han tenido la amabilidad de leerlas saben de qué club hablo?

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