![Los 400 partidos de De Marcos, una celebración en el funeral](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2024/02/25/GHMU6jiXQAAgWAG-k46E-U2101635789927vjH-1200x840@El%20Correo.jpg)
![Los 400 partidos de De Marcos, una celebración en el funeral](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2024/02/25/GHMU6jiXQAAgWAG-k46E-U2101635789927vjH-1200x840@El%20Correo.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Desde luego no fue el mejor día para una efeméride festiva como la de Óscar De Marcos, que cumplía 400 partidos en el Benito Villamarín, pero habrá que celebrarlo de todas formas pese al resultado y sus consecuencias, sobre todo disciplinarias, porque el jugador se ... lo merece.
Dejaremos por esta vez, porque lo harán otros compañeros, el análisis de lo que sucedió en Sevilla frente a un Betis que parecía en depresión y resulta que no lo estaba. Saquemos conclusiones positivas y remontémonos décadas atrás, a esos años en los que el Athletic consiguió marcas que ahora mismo se están superando. Me refiero a un 5-1 dolorosísimo en el mismo escenario, que dio paso a una reacción furibunda del equipo que entonces dirigía Clemente y que arrancó camino del título de Liga. No es que consuele, pero bueno, no está de más recordarlo.
Volvamos a De Marcos, ya un hombre hecho y derecho, todo un padre de familia. Seguro que alcanzar esa cifra de partidos de Liga no es algo que imaginaba cuando llegó con su polo amarillo y su pantalón de cuadros al hotel de Isla Canela para ponerse a las órdenes de Joaquín Caparrós, el gesto azorado, la sonrisa nerviosa cuando el entrenador del Athletic le dio la bienvenida. Era un pipiolo.
Imaginárselo, seguro que no, pero soñarlo sí que lo habría hecho multitud de veces, como cualquiera que de chaval ha tenido como máxima ilusión vestir la camiseta rojiblanca. Como usted, lector, o yo mismo que, aunque me esforzaba jugando al fútbol no era más que un tuercebotas. Pero el sueño de jugar en el Athletic no se me quitó nunca. Salvo, quizás, a los 30 años cuando vi que ya no llegaba.
De Marcos también soñaba porque es de familia athleticzale y, además tenía condiciones, así que cuando llegó a Isla Canela su sueño comenzó a cumplirse. Sabíamos entonces que era un chico joven, con buenas cualidades, que jugaba de media punta y que había rendido bien en el Alavés; que llegaba en principio para el Bilbao Athletic y que la directiva de Fernando García Macua había desembolsado 360.000 euros por su fichaje. Pocas cosas más. Se podía dudar incluso de que ese dinero estuviera bien gastado porque la lata de Óscar estaba todavía por abrir.
Pero, miren por donde, resulta que la de De Marcos fue una de las operaciones económicas más rentables que pudo hacer el Athletic, porque lo que prometía el futbolista en un principio se cumplió con creces, y además, no solo en el aspecto deportivo sino en el humano. Sin ser un jugador de la cantera de Lezama, Óscar encarna sus mejores valores en cuanto a solidaridad, compromiso, compañerismo y conexión con todo lo que significa la camiseta rojiblanca.
A todo eso, hay que sumarle la honradez; el hecho de que él mismo sea el primero en cuestionarse cada temporada si puede aportar algo más a la institución. Decía hace algunos años, que se iría del Athletic cuando le echaran, pero sabe todo el mundo en San Mamés o en los despachos de Ibaigane, que nunca se dará esa situación. Cuando preguntas a cualquier persona del entorno rojiblanco si De Marco debe renovar, la respuesta es prácticamente unánime: «Lo que él quiera», porque después de tantos años y tantos partidos, asumen que la decisión que tome Óscar será la correcta, tanto si sigue como si no, y además, teniendo en cuenta su absoluta falta de ego la que considere más adecuada para el Athletic.
Así que, es verdad, en Sevilla no estuvo demasiado entonado, como el resto del equipo. No dio su mejor versión, pero pese a la derrota contundente y merecida, que nos deja a todos un poco tocados celebremos, aunque sea en la intimidad, porque llega en medio de un funeral que una persona como Óscar De Marcos cumpla una efeméride tan destacada como la de jugar 400 partidos de Liga, algo al alcance de muy pocos. Habrá que darle la importancia que se merece al acontecimiento, aunque estoy seguro de que él mismo es el que menos importancia le da. No al menos tanta como la de seguir defendiendo la camiseta de su Athletic.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La víctima del crimen de Viana recibió una veintena de puñaladas
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.