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Unai Simón se ha instalado ya como portero titular de la selección. Si quedaba alguna duda sobre su estatus, Luis Enrique la despejó por completo tras la victoria de España ante Georgia. «Unai Simón es un jugador que da plenas garantías en la portería. Es ... un tipo excepcional. Estoy contento con él. Se va asentando, cogiendo experiencia, poso. Tiene unas ganas de mejorar increíbles y es crítico consigo mismo. (...) Nos aporta muchísima confianza», aseguró. El seleccionador no acostumbra a lanzar muchas flores en sus discursos, pero lo cierto es que, cuando elogia a alguno de sus futbolistas, es como la española cuando besa, como decía el viejo pasodoble. Vamos, que elogia de verdad. Con sus palabras vino a cerrar de forma definitiva el debate que se abrió en la portería de la selección tras la salida de Iker Casillas.
A lo ocurrido con Unai Simón, el primer guardameta del Athletic con rango de titular con España desde que en 1986 Andoni Zubizarreta fichó por el Barcelona -Aranzubia llegó a jugar un amistoso y Kepa Arrizabalaga, aunque suma once internacionalidades, nunca dejó de ser el segundo o tercer portero- hay que añadir la buena noticia de que Julen Agirrezabala ya ha sido convocado por primera vez para la sub'21, donde tiene una dura competencia con Arnau Tenas y Joan García. La situación, por tanto, merece ser valorada en su justa medida y con la debida perspectiva histórica. Que los porteros del Athletic lo sean también de la selección absoluta y de la sub'21 es algo excepcional. Aunque es cierto que Kepa y Unai llegaron a ir a la vez a alguna convocatoria de La Roja y la Rojita, como se les ha dado en llamar, no es lo mismo porque ninguno de ellos tenía en ese momento la jerarquía de titular que sí ostenta ahora el guardameta de Murgia.
Llegados a este punto, hay que referirse a Álex Remiro, otro canterano del Athletic, titular en la Real, que también fue internacional en las categorías inferiores. Y si recordamos al portero de Cascante es para añadirle al recuento junto a Kepa, Unai y Julen, y constatar así una realidad que merece ser destacada con grandes titulares: la de que en el último lustro Lezama se ha convertido en una de las escuelas de fútbol del mundo con mejor producción de porteros. Hasta el punto de que se ha llegado a producir un 'overbooking' en esa posición, de largo la mejor cubierta en el Athletic, un equipo tan limitado en otros puestos. Y es que en este repaso tampoco debemos olvidar a Ezkieta o a Ander Iru, el jugador más brillante del Bilbao Athletic esta temporada, un portero de garantías dispuesto a poner carísima la titularidad de Agirrezabala. Por no hablar de la pujanza de chavales como Álex Padilla, portero de la selección sub'19, o de Aimar Peñalver, que lo fue de la sub'17 y estuvo en la prelista de la sub'18.
No es fácil explicar lo que ha sucedido. Achacar la proliferación de grandes porteros en Lezama a una casualidad generacional puede ser muy injusto, pero por otro lado tampoco se conocen cambios sustanciales en la preparación de estos jugadores, una nueva línea de trabajo específica que está ofreciendo un rendimiento tan sobresaliente. Si los hay, desde luego, no estaría mal que se dieran a conocer. En primer lugar, para felicitar a sus impulsores y premiarles con el reconocimiento general. Y en segundo porque, a este paso, y disculpen la exageración, el club se acabará sosteniendo económicamente gracias a la fabricación artesanal de un único producto exquisito, el portero de Lezama, como otros se dedican a la trufa blanca, el jamón ibérico o el caviar de beluga.
Sea como sea, el Athletic está de enhorabuena. Se podría decir que todos los hinchas rojiblancos que peinamos canas o ya no tenemos nada que peinar crecimos con la convicción de que la portería de nuestro equipo era un lugar sagrado defendido por una estirpe de cancerberos implacables que se inició más o menos en Blasco y siguió con el infortunado José Mari Echevarría, Lezama, Cedrún, Iribar y Zubizarreta. Esa noble línea sucesoria se terminó abruptamente. Fue imposible mantenerla con la marcha de Zubi. Durante más de treinta años, el Athletic ha sido un equipo cualquiera en lo que a porteros se refiere. Ahora parece haber vuelto a sus orígenes. Seguro que Iribar estará muy satisfecho.
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