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Andoni Iraola está feliz en Inglaterra. Después de tres grandes años en el Rayo, aterrizó en el humilde equipo del Bournemouth y tras un comienzo difícil logró asentar al equipo en zona media. Este año vive su segunda temporada en los banquillos de la Premier y la afición rojinegra no puede estar más contenta con el de Usurbil. Su equipo, acostumbrado a pelear por la salvación, respira tranquilo en duodécima posición y a ocho puntos del primer equipo que marca el descenso. Relevo han hablado con Iraola justo antes de la victoria de los suyos ante el Manchester City de Guardiola por 2-1. Un triunfo merecido y que también deja boquiabiertos a los aficionados: se ha 'comido' a uno de los grandes sin casi pestañear.
El exjugador del Athletic asegura que en el vestuario no para de hablar de su equipo del alma. «Presumo mucho del Athletic aquí porque no todo el mundo conoce nuestra historia y nuestra filosofía», cuenta. «A los jugadores les cuento que vengo de este equipo, que es el mejor equipo del mundo».
Él nunca pudo celebrar la Copa con el Athletic pero desvela que lo vivió apasionadamente en directo en La Cartuja junto a su hija. «Me hizo una ilusión terrible. Cuando estás fuera te sientes más orgulloso de todo lo que pasa allí», asegura. Y se deshace en elogios hacia los campeones y, especialmente, hacia Valverde: «Ernesto siempre ha sido una referencia. Lo disfruté un montón».
Una de las razones por las que Iraola decidió aceptar la oferta del Bournemouth es porque «tenía ese gusanillo de la Premier», asegura. Ya le llamaron varios clubes ingleses cuando asombraba a Europa con la camiseta del Athletic pero nunca quiso marcharse de Bilbao. «En el Athletic estás tan a gusto que para qué te vas a ir», sostiene.
Los inicios en Inglaterra no fueron sencilos: «Cuando llegué aquí no era fácil porque se venía de una buena temporada, de un entrenador inglés que lo había hecho bien y era quizás difícil de entender ese cambio en un principio para la afición». Pero pronto supo ganarse a la hinchada. Salvó al equipo con muchas jornadas de antelación y la afición premió su temporada dedicándole un cántico que resuena cada domingo en las gradas.
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