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El año más especial de Iraizoz lejos del Athletic: de enfadarse con Valverde a 'llorar' la final perdida de la UEFA con una cerveza

El año más especial de Iraizoz lejos del Athletic: de enfadarse con Valverde a 'llorar' la final perdida de la UEFA con una cerveza

El exportero navarro, ahora entrenador del Gernika, repasa sus inicios en el fútbol profesional defendiendo los palos del Espanyol

Viernes, 25 de octubre 2024, 13:40

Gorka Iraizoz difícilmente olvidará la temporada 2006/2007 y no solo por el sabor amargo que se le quedó tras perder la final de la UEFA en los penaltis. El navarro era el meta que defendía la portería del Espanyol en aquella final que los catalanes perdieron ante el Sevilla en Glasgow. Allí, en los banquillos, también estaba otra leyenda rojiblanca, Ernesto Valverde.

El exportero del Athletic, formado en la Txantrea y en Lezama, abandonó la portería del Gernika con apenas 21 años para incorporarse al Espanyol. Como la mayoría a su edad, el meta tuvo que salir para completar su formación. Pasó un año en Eibar y regresó a Barcelona donde se encontraría con Miguel Ángel Lotina y Ernesto Valverde. Con Txingurri la relación no empezó de la mejor manera y todo porque Iraizoz entendió que él debía ser el titular en la temporada 2006/2007.

El ya retirado futbolista cuenta lo que sucedió aquel año en una entrevista con Relevo. A principios de temporada, Valverde reunió a Iraizoz y Kameni para comunciarles que iban a rotar las competiciones. «Carlos iba a empezar a jugar la Liga, y yo iba a jugar la Copa y la Europa League. Él quería hacerlo así y yo creo que en ese momento estaba reflexionando demasiado todas las cosas, planteándome demasiadas cosas internas mías sobre mi juego, y en ese primer momento no acepté muy bien esa conversación», afirma.

Iraizoz hizo visible su enfado. «Me quedé callado, me marché, y luego volví otra vez a pedir hablar con él porque no lo entendía», explica. «Siempre he sido un chico comprometido y le dije que iba a hacer todo lo posible para ayudar al equipo en todo momento». Ahora, casi veinte años después de aquella charla, lo ve con otros ojos: «Ernesto me enseñó a empezar a procesar informaciones que hasta ese momento no había tenido que reflexionar sobre ellas. Empezó a enseñarme a gestionarme a mí mismo y situaciones desagradables. Ahora, hablándolo, lo veo como la primera oportunidad de desarrollo mental que Ernesto me brindó».

La temporada avanzó y el Espanyol, que defendía el título de Copa, se estrelló a las primeras de cambio ante el Rayo. A Iraizoz se le acababa demasiado pronto una de sus competiciones. «Yo creo que es un punto de inflexión muy grande para cómo yo personalmente afronto la competición europea. Sabiendo que es mi oportunidad y que tengo que alargarla lo máximo posible, me hizo ponerme cada partido en servicio del equipo y ayudarlo en cada situación», recuerda.

Las cosas no pudieron ir mejor. Aquel Espanyol de Raúl Tamudo, Iván de la Peña y Dani Jarque, entre otros, arrasó en las eliminatorias de la UEFA y llegó invicto a la final. Pero enfrente estaba el Sevilla de Juande Ramos que defendía título y también se llevó esa final. El campeón se decidió en los penaltis tras 120 minutos de máxima igualdad. «Andrés (Palop) estuvo muchísimo, muchísimo más acertado que yo», recuerda con nostalgia Iraizoz.

La derrota de la final la digerieron en el hotel. El club había organizado una cena junto a los familiares pasase lo que pasase en la final y durante la sobremesa, ya sin los seres queridos presentes, parte de la plantilla 'lloró' por lo sucedido con una cerveza en la mano. «Yo creo que eso venía de cómo era Ernesto, de cómo es, y de la calma que él tiene y cómo procesa cada partido y cada derrota. Recuerdo un Ernesto muy tranquilo, que lo llevaría por dentro seguro, y creo que también ahí a mí me enseñó. Fue un aprendizaje verle cómo él estaba con su familia y cómo reaccionaba... Nosotros éramos chicos muy jóvenes y semejante decepción era complicada de asimilar».

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