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Hoy quedan exactamente dos meses para la disputa en San Mamés de la final de la UEFA Europa League. Será el 21 de mayo cuando ... todos los focos del fútbol mundial apunten a Bilbao, lo que supondrá toda una oportunidad para promocionar tanto la ciudad, como Bizkaia y Euskadi a nivel internacional. Pero ese escaparate también esconde una zona sombría: el riesgo de que algo se tuerza y la imagen que se traslade no sea la deseada.
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Los responsables de las instituciones involucradas en la organización de la final son conscientes de esa doble circunstancia. De ahí que hayan ideado una campaña de «promoción» dirigida al 'mercado' local para «sensibilizar» a los ciudadanos en esa dualidad: por un lado, animarles a mostrar el «orgullo de ser los anfitriones» de ese encuentro y enseñar «cómo somos, cómo acogemos, cómo celebramos y cómo hacemos las cosas».
Y por otro, «hacer un llamamiento» a comportarse con «respeto y responsabilidad» ante un evento deportivo internacional «de referencia». Esa ha sido, «responsabilidad», la palabra más repetida en el acto de presentación de la campaña que este viernes ha tenido lugar en el propio estadio de San Mamés. Han estado presentes la vicelehendakari primera, Ibone Bengoetxea; la diputada general de Bizkaia, Elixabete Etxanobe; y el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto. Representación de primer orden que evidencia la importancia que las tres instituciones dan a la cita. En concreto, a que en la final salga todo bien.
Esa «responsabilidad» adquiere ahora mucha más relevancia tras los incidentes del pasado jueves entre radicales del Athletic y la Roma. Las imágenes que se vieron –aquí, en Italia y en toda Europa– en los prolegómenos del encuentro y, sobre todo, tras la conclusión suponen un serio aviso de cara a la final, en la que el conjunto rojiblanco tiene opciones de estar presente. Enfrentamientos entre ultras y de éstos con la Ertzaintza; lanzamiento de bengalas y objetos; aficionados aterrorizados; contenedores quemados, grupos de encapuchados corriendo por los alrededores del estadio...
Lo sucedido el pasado jueves es la imagen totalmente opuesta a la que los dirigentes políticos quieren ofrecer el 21 de mayo. De hecho, la vicelehendakari ha destacado «la visibilidad y proyección que una final europea da a Euskadi en el mundo». «Es una gran oportunidad de proyección internacional, de mostrarnos al mundo como lo que somos: una sociedad moderna, fiable y acogedora. Estoy plenamente confiada de que todos, instituciones y ciudadanía, sabremos aprovechar esta oportunidad y volveremos a estar a la altura», ha remarcado la diputada general.
Aburto ha sido el que ha lanzado un mensaje más duro y contundente dirigido directamente a los responsables de los incidentes del pasado jueves. «Por favor, comportémonos civilizadamente y apartemos a los alborotadores y ultras», ha lanzado el alcalde, quien ha reclamado que se respete «a los aficionados de los otros clubes, a la Policía y a la población en general». «Los que no vengan a disfrutar de la final y a pasárselo bien no tienen sitio en Bilbao, están de sobra», ha insisito. «Pido como alcalde y ciudadano de Bilbao que demos nuestra mejor imagen como ciudad y como afición. La celebración de esta final tiene mucha importancia por su repercusión internacional».
En el acto de esta mañana también ha estado presente el exjugador del Athletic, Aritz Aduriz, ahora embajador de la UEFA, quien ha sido el encargado de llevar hoy el trofeo a San Mamés. Junto a él, la niña Karla Alaiza, que inspiró la escultura de bronce colocada enfrente de la de Iribar y que hoy ha portado el balón de la final.
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