Iñigo Ruiz de Galarreta, el termómetro del Athletic

Es una revelación en San Mamés, porque a los aficionados del Athletic se les ha revelado cuando se había perdido toda esperanza de que lo hiciera. Desde que jugó su primer partido en la máxima categoría hasta que, después de encadenar lesión tras lesión, regresó al Athletic, pasaron muchos años y muchos equipos en los que el futbolista de Eibar brilló, aunque casi siempre lejos de los focos de la élite. Tuvo que ser con el Mallorca donde empezó a sentar cátedra, así que cuando el Athletic decidió hacerle una oferta, no hizo una apuesta arriesgada, porque nada tenía que perder, pero sí sumamente acertada, a la vista de los resultados.

De hecho, el propio técnico fue el primero en calibrar y valorar las prestaciones de Galarreta. En cuanto el jugador estuvo a tono, cuando adquirió las rutinas y los movimientos que un entrenador pide a sus futbolistas y se adaptó al equipo, en el que su aterrizaje fue plácido, porque conocía la casa desde pequeño, se convirtió en una de las piezas fundamentales del equipo. Iñigo se ganó la titularidad desde el primer minuto. Salvo cuando las lesiones lo han impedido, ha sido un intocable en la alineación rojiblanca. Su clarividencia a la hora de mirar hacia delante, y el trabajo que hace cuando es el contrario quien tiene el balón aportaron mucho para la gran temporada del Athletic. Es el termómetro del equipo. Si Iñigo tose, los demás se constipan, pero lo mejor es que goza de buena salud competitiva y así el grupo mantiene una salud de hierro.

Si se puede discutir quién es su compañero de baile, y ahí hay muchos nombres que se barajan, porque afortunadamente para el entrenador, tiene bastante donde elegir, en la pizarra del vestuario, el nombre de Ruiz de Galarreta está escrito con tinta indeleble, aunque se perderá los primeros partidos por lesión.

El futbolista de Eibar le ha dado solidez al centro del campo del Athletic, el centro de operaciones de cualquier equipo. Con una forma de jugar en la que siempre se mira hacia delante, Galarreta marca el ritmo. Frenético muchas veces, más pausado cuando toca. Ha demostrado que es un animal competitivo, y además ha caído de pie en un equipo campeón y europeo. Lo más lógico sería que Iñigo siguiera en la misma línea la temporada que está a punto de comenzar. Sería la mejor noticia para el Athletic. En el esquema de Ernesto Valverde, con un Galarreta en forma, las cosas sobre el césped se hacen mucho más fáciles.