El 24 de julio el Getafejugó un amistoso ante el Oviedo y José Bordalás alineó como delanteros a dos centrales, Omar Alderete y el canterano Nabil Aberdin. No se trató de un nuevo giro táctico del técnico alicantino, sino de una curiosa forma de protesta ante la situación vivida este verano en el club madrileño. Si ya el año pasado sufrió debido a la falta de atacantes, las salidas de Juanmi Latasa, Jaime Mata y especialmente de Mason Greenwood, este en dirección al Olympique de Marsella, han dejado a los azulones con únicamente tres jugadores en la parcela ofensiva y a su entrenador sumido en la desesperación. Es cierto que aún quedan dos semanas de mercado, tiempo suficiente para reforzar el equipo, pero la realidad es que el Getafe comenzará la liga ante el Athletic con una plantilla tremendamente debilitada. La defensa es la única parcela en la que han mantenido a sus futbolistas más importantes, donde destaca el fichaje definitivo de Diego Rico, un jugador fundamental la pasada campaña, tras un año cedido por la Real. En el medio campo también han perdido hombres clave y es otra zona que pide refuerzos desesperadamente. El Getafe logró una salvación holgada la temporada anterior, sin embargo, las perspectivas para la presente campaña no son tan optimistas. La capacidad de Bordalás para exprimir al máximo a sus futbolistas y hacer de la necesidad virtud ha malacostumbrado a su presidente, Ángel Torres, que debe aplicarse en la recta final de mercado para dar a su entrenador una plantilla capaz de lograr la permanencia en primera división.
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El libreto de Bordalás es de sobra conocido en la Liga. El alicantino es un entrenador con las ideas muy claras, que siempre logra crear equipos competitivos, a los que resulta complicado hincar el diente. Si cuenta con los futbolistas adecuados, Bordalás ha demostrado que puede llevarlos a cotas inimaginables, como en aquellas temporadas en las que su Getafe jugó en Europa. Sin embargo, los jugadores que ha tenido en su segunda etapa en el club azulón no son los mismos. La temporada pasada sustentó su permanencia en la calidad de sus dos delanteros, Greenwood y Mayoral, pero el inglés terminó su cesión y el español todavía se recupera de la grave lesión que sufrió en el mes de marzo. En este contexto, podemos esperar un Getafe extremadamente defensivo, que quizás pase de su habitual 4-4-2 a un 4-2-3-1 de cara a protegerse más, y que plantee un partido trabado y con muchas interrupciones. Bordalás sabe que sus opciones de obtener un resultado positivo en San Mamés pasan por demostrar una gran solidez defensiva, y aprovechar las escasas ocasiones que pueda crear. A la espera de refuerzos, la plantilla actual del Getafe no permite a su técnico ningún planteamiento más atrevido.
David Soria (13) se mantiene un año más en la portería del Coliseum y el checo Letáček (1) ha llegado como suplente. En el lateral derecho cuenta con Álex Sola (7), que también puede actuar como extremo -y en esa posición viene a Bilbao- y Juan Iglesias (21), mientras que en la izquierda Diego Rico (16) se postula como titular con Silva (14) y Angileri (3) como alternativas. El centro de la zaga es la zona mejor cubierta de la plantilla, con el incombustible Djené (2), que tiene las horas contadas y puede que se marche a Arabia Saudí, Alderete (15), Gastón Álvarez (4) y Domingos Duarte (22).
A pesar de la bajas el medio campo del Getafe sigue contando con jugadores de calidad. Mauro Arambarri (8), tras una temporada marcada por las constantes lesiones, Carles Aleña (11) y Luis Milla (5) forman el teórico medio campo titular. Son tres futbolistas que aúnan calidad y trabajo y con roles diferenciados, pues Arambarri es un jugador de corte defensivo, Milla un medio centro puro y Aleña un media punta. Como alternativas cuenta con el canterano Yeliu Santiago (20), que ya fue importante el pasado curso, además de Christantus Uche (6), recién llegado esta temporada desde el Ceuta.
Carles Pérez (17), Peter Federico (19) y Borja Mayoral (9). Esos son todos los atacantes que tiene inscritos el Getafe, aunque Mayoral, que se coronó con el premio Zarra la pasada temporada a pesar de perderse dos meses de competición, sigue lesionado. Mientras que Carles Pérez y Peter Federico, ambos llegados al Coliseum este verano, son extremos, por lo que los Bordalás deberá reubicar jugadores o tirar del filial para completar la delantera de cara al debut en San Mamés.
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