Andrés Iniesta tiene una espina clavada. El futbolista albaceteño, ahora en las filas del Emirates Club tras dejar el Vissel Kobe japonés, recuerda, siempre que puede, sus visitas a Bilbao. Pero no como lo hacían sus compañeros Carles Puyol o Xavi Hernández. Ni mucho menos. ... Más bien por todo lo contrario. El futbolista que anotó la diana que dio el Mundial a España nunca olvida los silbidos que le dedicaba La Catedral cuando tocaba la pelota. Lo ha hecho en una conversación con el podcast Nudeproject.
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En una serie de cuestiones rápidas, respondidas a toda velocidad, igual que salió él hacia la banda cuando firmó aquel tanto en Sudáfrica, Iniesta afirma que el estadio donde más le han pitado es «en San Mamés». No dice nada más, pero ¿por qué un futbolista de su estilo, poco dado a la polémica, que casi siempre hablaba en el campo más que ante la prensa era el objetivo de la hinchada rojiblanca?.
Hay que viajar más de una década en el tiempo. Hasta que en septiembre de 2010, Fernando Amorebieta, ahora segundo entrenador del Santutxu juvenil junto a Ibai Gómez, realizó una entrada a Iniesta. Este se retorció de dolor. Parecía algo grave, mucho. Que no iba poder seguir sobre el terreno de juego. Y Mateu Lahoz, ante los gestos del manchego, decidió echar al central de Cantaura. Los bilbaínos se quedaron con diez ante la incredulidad del público, que vio como el centrocampista se levantaba y seguía jugando como si nada.
Pero hay más. Años después, en 2013, cuando el Barcelona se disponía a disputar su último duelo en el extinto San Mamés, a Iniesta le preguntó este periódico sobre lo que sentía por pisar el campo bilbaíno. Lejos de ser cortés, soltó unas frases que tampoco gustaron a la hinchada athleticzale. «Es un partido más. Como otros. Es más para la afición del Athletic. Para mí es igual un campo que otro. Para mí es igual jugar en Bilbao que en el campo del Atlético de Madrid». Entonces, sorprendió, porque unos meses antes había lanzado múltiples elogios de La Catedral. «Me encanta jugar en San Mamés por el Athletic, por su historia y por su afición».
Y a partir de ahí, la bronca era habitual con Iniesta. Incluso con insultos. «El público es soberano. Pero no voy a negar que para mí no es agradable lo que sucede en San Mamés. Esos pitos se dan por una situación a la que no encuentro sentido. Acepto que me silben. Aquí solo quiero decir que nunca he intentado engañar a nadie para perjudicar a un rival, tampoco en aquella ocasión -se refiera al lance con Amorebieta-. Siempre he sentido mucho respeto por el Athletic, por sus jugadores y su historia porque mi abuelo paterno era del Athletic. San Mamés siempre ha sido especial para mí. Quiero decirlo y quiero que se sepa al margen de la opinión que cada cual tenga al respecto», indicó en una ocasión.
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Pero La Catedral nunca le perdonó aquellas palabras. Tampoco su exageración con Amorebieta. Y eso le costó los pitos, como recordó en el podcast de Nudeproject, impulsado por dos jóvenes en 2018 y que ha crecido tanto hasta ser una marca de ropa.
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