Fueron los dos primeros fichajes que oficializó la junta directiva del recién llegado a Ibaigane Aitor Elizegi y dos años y medio después se van por la puerta de atrás. Ibai Gómez (Bilbao, a punto de llegar a los 32 años) y Kenan Kodro (San ... Sebastián, acaba de cumplir 28) han firmado con el club en las últimas semanas la rescisión de sus respectivos contratos –a ambos les quedaba aún una temporada–. Su historia es la de dos fracasos, la de dos jugadores llamados a solucionar la falta de gol en el Athletic y que abandonan el equipo sin apenas haber tenido oportunidades y con un papel muy menor. El guipuzcoano se marchará a la liga húngara, que con todos mis respetos y desconocimiento de ese campeonato no parece el destino soñado, y el de Santutxu aguarda en su casa a que alguien toque su puerta en estos últimos días de mercado.
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Los dos futbolistas escenifican las dificultades para asentarse en este club, que da la sensación de fagocitar a muchas de esas promesas llegadas desde la factoría de Lezama o incorporadas desde canteras ajenas. Por ejemplo, de los 34 canteranos que han debutado con la primera plantilla desde 2011 solo un tercio se han asentado en el fútbol profesional (entre ellos están Kepa y Remiro, que ya no pertenecen al club y Unai López e Iñigo Córdoba a los que Ibaigane busca acomodo en otros lares).
También sirve para certificar lo complicado que está el mercado para el Athletic. Porque de los fichajes realizados por la actual directiva solo Berenguer –tras el pago de más de 10 millones– tiene la vitola de indiscutible en la plantilla –a Petxarroman no se le puede evaluar porque acaba de aterrizar y solo ha jugado partidos amistosos–. La situación económica también explica que jugadores como Jon Moncayola haya preferido renovar con Osasuna o que Javi Martínez, al que se le hizo una oferta a la baja, haya buscado el abrigo de los petrodólares de Qatar. Lo dijo el director deportivo del Athletic, Rafa Alkorta, en una entrevista en este diario: «¿Fichajes? Cada vez será más difícil; habrá que hacerse fuertes con lo nuestros».
Otra cuestión es cómo se ha gestionado la salida de los jugadores que no cuentan para el entrenador o que ellos mismos no quieren seguir. En los últimos años ninguno de los que se han ido han reportado euro alguno a las arcas de Ibaigane. En todo caso han aliviado la masa salarial de la primera plantilla. Pero pongamos ejemplos. Como el de Unai López. El Athletic quería cobrar un traspaso por algo más de un millón de euros por el centrocampista de Rentería. Eso era al principio, porque ahora explora otras fórmulas que incluyen cobrar menos al principio y recibir alguna cantidad en función de objetivos. Tampoco ayuda a la hora de vender a un futbolista que el entrenador haya dicho desde hace meses que no cuenta con ese jugador. Si es un descarte, dirá el club interesado, que me lo den gratis, ¿no?
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Otros casos dignos de análisis son los de Iago Herrerín que pidió en público salir por los insultos que recibía de una parte de la afición y se pasó un año en la grada cobrando religiosamente su salario porque no encontraba ofertas que se acercaran lo más mínimo a lo que percibía de Ibaigane. O la sorpresa de Beñat cuando se puso a sondear ofertas del mercado español al saber que no seguiría como rojiblanco y descubrió que fuera del Athletic hace mucho frío. El de Igorre optó por irse a la aventura en Australia junto a su amigo Susaeta y colgar las botas un año después.
¿Pero qué es lo que ha ocurrido con Ibai y Kodro? El extremo bilbaíno confesó que habían sido «los dos peores años» de su vida y acusó a Gaizka Garitano, el entrenador cuando él regresó al Athletic, de no haber sido sincero y de haberle retenido aunque tenía ofertas para irse al Espanyol. Pero la realidad es que Marcelino tampoco ha contado con él –con el asturiano disputó 15 partidos, solo cuatro como titular–. Y todo ello después de que la segunda etapa del bilbaíno en el club de sus amores llegara después de irse al Alavés y ser una de las sensaciones de aquel equipo de Abelardo que quedó por delante de los rojiblancos en la clasificación de la temporada 2017/18.
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Con Kodro la historia ha sido peor aún. Llegó de la mano de Alkorta y fue un fichaje inesperado y que suscitó recelos desde el principio. Es cierto que aterrizó en un momento en el que el Athletic estaba en puestos de descenso tras la destitución de Berizzo y el equipo estaba necesitado de goles cuando ya se apreciaba que el mito Aduriz se apagaba. Pero nadie había reparado en aquel delantero que no había triunfado en la cantera de la Real, que había ascendido a Primera con Osasuna y que había transitado por clubes tan 'todopoderosos' como el Maguncia, el Grasshoppers y el Copenhague. Su balance como rojiblanco: 27 partidos y cuatro goles. En el entorno del jugador dicen que Garitano nunca le miró bien. Lo cierto es que tanto Ibai como Kodro forman ya parte de esa historia de fracasos rojiblancos que últimamente se está haciendo habitual.
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