El personaje más inesperado de la Copa ganada por el Athletic es un jugador mexicano, Antonio 'Pollo' Briseño, central del Chivas. La plantilla rojiblanca se obsesionó con que era un talismán que le daba suerte. La camiseta blanca de su equipo ha sido colgada por ... los futbolistas de Valverde en sus vestuarios, incluido el de la final. Y cuando celebraban un triunfo sonado le enviaban vídeos cantando «Pollo Briseño, lo, lo, lo, lo, Pollo Briseño».
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Los jugadores rojiblancos se sienten en deuda eterna con él. Ahora es el mexicano el que quiere aprovechar la cábala para sacarle provecho. «Vamos a hacer los mismo acá. Mínimo viajar la camiseta del Athletic a todas partes, que vamos bien. La estamos viajando (la camiseta). Es algo personal. La llevo siempre conmigo desde hace tres partidos».
– ¿Resultados?
– Tres ganados. Vamos bien.
Desde que Briseño ha hecho suya la superstición rojiblanca con la segunda equipación de los vascos, Chivas ha ganado en las canchas de Monterrey y Pachuca y en su campo ante Puebla. Es una conjura que 'Pollo' Briseño llevaba en secreto incluso para sus compañeros y que revela en una entrevista con EL CORREO.
Su repentina relación con el Athletic y con su capitán, Iker Muniain, se ha convertido en muy intensa. Arrancó al hacer de anfitrión de los rojiblancos cuando jugaron un amistoso en Guadalajara (México) en una salida nocturna. Les regaló una camiseta y daba la conexión por cerrada hasta que a mediados de septiembre recibió el primer mensaje de Muniain. Para su sorpresa le revelaba que su prenda se colgaba en el vestuario rojiblanco y que los futbolistas estaban convencidos de que les daba suerte.
«Empezó todo como algo de interacción entre Iker y yo. Ya sabes, las cábalas del fútbol. Toda persona tiene sus cositas con las que se siente seguro», explica tras entrenar con su equipo.
El papel que ha jugado en el vestuario rojiblanco ha causado una honda impresión en el central mexicano. «Para mí es un orgullo y un privilegio que un equipo tan importante te tenga presente en su mente. Es un sentimiento que no se puede vivir con palabras porque sólo viviéndolo se te pone la piel chinita cuando te mandan los vídeos. Ser parte de algo así es muy bonito».
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Brsieño estuvo muy atento a la celebración de sus amigos de Bilbao. «La ví. Se me puso la piel chinita y dimensioné lo que había hecho. El País Vasco y el Athletic necesitaban ese título».
Como quiera que su capacidad para conducir al éxito desde la distancia al Athletic y su relación con los rojiblancos era cada vez mayor, Briseño decidió explicar a los compañeros la extraña situación.
«Se reían al principio. Les enseñé los mensajes y me decían 'sigue así porque te van a hacer parte de ellos'». La atmósfera del vestuario del Chivas comenzó a impregnarse de lo que sucedía al otro lado del Atlántico.
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«Cada vez que ganaba el Athletic me preguntaban si me habían mandado el vídeo. Los compañeros me cantaban la canción de 'Pollo' Briseño. Les dije 'cántenme para ver si así ganamos'».
Briseño tiene la sensación de ser el único mexicano que iba con el Athletic en la final. Al fin y al cabo en el otro banquillo estaba un mito del fútbol azteca, el mítico Javier 'Vasco' Aguirre. 'Pollo' bromeaba con quienes estaban a su lado. «Perdónenme, pero tengo una misión. Sé que como mexicanos tenemos que apoyar a Aguirre, pero lo mío es la misión de que tenemos que ganar».
Nunca se había visto en una igual. Se siente conmovido. «Es una de las experiencias más curiosas que me ha pasado como futbolista, aunque no tenga nada que ver en el campo. Me llena de orgullo, se agradece».
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Su camiseta seguirá en el vestuario rojiblanco. Su trabajo de dar suerte no se ha acabado. El Athletic busca la Liga de Campeones. «Espero que les ayude toda la temporada. Cuanto sientes que tienes la cábala y que todo fluye, sigues así».
De hecho, Muniain se lo dejó claro en uno de los varios mensajes que le han mandado tras la final. «Me dijo que sigue todo esto, que no lo pueden soltar porque quieren la Champions».
Todo por convertirse en el gran talismán rojiblanco. «Se agradece haber formado parte de ello. Y eso que no saben que aquí soy la mufa (el que da mala suerte), je je. No es cierto, je, je. Es la primera vez que me toman como talismán y es una experiencia única», zanja feliz.
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Briseño se despide con un mensaje a la hinchada rojiblanca. «Es un orgullo de equipo y de afición. Aquí tienen un aficionado más».
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