«Me gusta jugar a la pelota en mi tiempo libre. Soy de Altuna»

- En el descanso estaban 'tocados'. Hubo compañeros del equipo que les levantaron con su discurso.

- Sí, fue un palo muy grande. Llegamos a la final con toda la ilusión del mundo, te meten un gol, te vas al descanso perdiendo 0-1 y dices: '¿Nos va a volver a pasar otra vez?'. Te cagas. Ahí salió la gente diciendo que había que ir a por el partido, nos animamos entre nosotros y salimos de otra manera en el segundo tiempo. Nos dejamos todo.

- ¿Cómo vivió todo lo que vino después?

- La semana después de ganar fue de celebración. Tuvimos que ir a varios actos, celebramos comidas de equipo. Ibas por la calle y todo el mundo te daba las gracias. Me vino un señor mayor y me dijo: 'Ya me puedo morir tranquilo'. No se me va a olvidar nunca. O te venían chavales jóvenes y te decían que gracias a nosotros habían visto aquello de lo que tanto les habían hablado, la gabarra. Por lo que más me alegro de haberla ganado es por este tipo de cosas. Eso no tiene precio.

- Tiene contrato hasta 2032. ¿One Club Man?

- Sí, bueno, no sé si seré 'One Club Man' pero es la idea. He firmado por tantos años, estoy contento aquí, en mi casa, o sea que...

- Siempre ha mostrado su predilección por Ronaldinho e Iniesta. De los jugadores actuales que actúan en su posición, ¿quién le gusta?

- En el que me fijo mucho por su nivel y porque es uno de los mejores del mundo es Bellingham. Es muy buen jugador. Y es más joven que yo. Tiene 21 años.

- ¿Un vicio confesable?

- Jugar a la pelota en mi tiempo libre. Me gusta mucho. Soy de Altuna, como buen athleticzale que es. Siempre que puedo voy al frontón. Me gusta el Labrit. Es una bombonera. Pero he estado más en el Bizkaia porque lo tengo al lado. Cualquier día puedo ir.

- ¿El último capricho que se ha dado?

- El coche, un Porsche Cayenne.

- ¿El rival al que más le gusta enfrentarse y ganar?

- El Real Madrid, sin duda. Ganarle no es algo habitual y cuando lo haces, una locura.

- ¿Su mejor y peor momento en un campo de fútbol?

- Mi mejor momento, el de la Copa, cuando marcamos el último penalti. El peor, la final perdida contra la Real. Fue un palo muy grande.