![La gran oportunidad para el Athletic](https://s1.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202002/06/media/cortadas/messi-kdPG-U100622850161S-624x385@El%20Correo.jpg)
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«El día que Messi se retire, el Barça tendrá que refundarse y, nos guste o no, ya ha comenzado una lenta cuenta atrás». La reflexión la hace un veterano periodista deportivo catalán horas antes de que el secretario técnico, Eric Abidal, causara un ... incendio al imputar a la plantilla la destitución de Ernesto Valverde y sacar de sus casillas, precisamente, al futbolista argentino, que se dio por aludido y saltó como un resorte. «Que dé nombres, o se calle», le retó el capitán, porque, de lo contrario, «ensucia» a la plantilla. Nadie duda de que después de este incidente, Abidal tiene los meses contados en el Barcelona. Ayer fue un día de reuniones en la Ciudad Condal, entre todas las partes implicadas, con el presidente Josep María Bartomeu a la cabeza. Y, al final, se firmó una paz de cara a la galería. De momento sigue, pero todo apunta a que Abidal dejará la entidad azulgrana en verano. Es lo que tiene enfrentarse a 'dios'.
Hoy por hoy, Messi, ayer apoyado por sus compañeros en el entrenamiento, es el principal activo de un club que, como dice el periodista catalán, deberá estar preparado para reinventarse cuando el mejor futbolista del mundo diga basta. Porque deja el fútbol -está a punto de cumplir 33 años-, o porque se harta de una directiva muy frágil y desnortada hacia la que nunca ha sentido cariño y a la que nada le une ya tras el 'caso Abidal'. De hecho, en las últimas horas medios de comunicación de Barcelona no descartaban que el jugador haya decidido abandonar el equipo a final de temporada. Una cláusula en su contrato se lo permitiría.
En medio de esta batalla intestina, llega a Bilbao el Barcelona, un club en el que todo se magnifica, sobre todo las derrotas. Con un presupuesto anual de 1.047 millones -casi diez veces más que el del Athletic-, los actuales dirigentes se afanan en buscar fórmulas milagrosas para evitar que las estructuras del club se agrieten el día que el astro argentino no esté. Será, inevitablemente, otro Barça. De hecho, desde hace unos pocos años ya es un equipo diferente al de la última década, aunque Messi (24 de junio de 1987, Rosario, Argentina) siga en él y sus actuaciones sigan deslumbrando.
Huérfano de Xavi Hernández y Andrés Iniesta, con los que la entidad azulgrana firmó una década de esplendor, con partidos para la historia y exhibiciones colectivas, el futbolista argentino se adapta a los nuevos tiempos con una plantilla corta, de menor nivel y con una columna vertebral desgastada y que envejece sin que por el momento sus herederos sean de fiar. Este cúmulo de circunstancias convierten al Barça que visita hoy San Mamés en un bloque vulnerable, quizá el más débil al que los rojiblancos se han enfrentado en los últimos tiempos. Pero, ojo, con el mejor jugador del mundo y con Ter Stegen, número uno, bajo los palos.
Gaizka Garitano busca los puntos débiles de este oponente que ya no es líder en la Liga y que en 22 jornadas ha sufrido tropiezos que contribuyeron a adelantar el despido de Valverde: Levante-Barça (3-1), Osasuna-Barça (2-2), Granada-Barça (3-1), Espanyol-Barça (2-2)
¿Pero cuáles son esos puntos débiles?
La plantilla
La salida del tiesto de Eric Abidal y la inmediata reacción de Messi no son más que una muestra más de que la convivencia en el club atraviesa por momentos de crisis debido a tropiezos deportivos históricos que ni los dirigentes ni los futbolistas han podido superar. El primero de ellos fue el batacazo en el Olímpico de Roma, donde el Barça fue eliminado en cuartos de final de Champions en 2018. Los hombres de Valverde no pudieron hacer valer el 4-1 de ida y un inesperado 3-0 les echó a la calle. Aunque un año después fue el Liverpool el que le eliminó en semifinales en un partido dantesco y luego vinieron las derrotas en la final de Copa ante el Valencia y más tarde frente al Atlético en la Supercopa, fue el batacazo en Roma el que gestó el distanciamiento definitivo entre la directiva, el banquillo y el vestuario. El final de un ciclo. Desde entonces, futbolistas de enorme prestigio como Busquets y Rakitic fueron cuestionados por su deficiente rendimiento, Valverde perdió la confianza de la cúpula directiva y un buen número de jugadores fueron ofrecidos sin éxito a otros equipos para engordar las arcas y buscar sustitutos.
Así llega el Barça a Bilbao, con una plantilla corta -16 fichas profesionales, más Ansu Fati-, compungida porque los resultados no acompañan, enfrentada con los dirigentes y con un nuevo técnico en el banquillo que trata de hacer a toda velocidad un diagnóstico de los males de una plantilla que sigue viva en todas las competiciones.
Sergio Busquets
Antes del primer partido, en San Mamés, Ernesto Valverde se reunió con Busquets para adelantarle que no sería titular. El entrenador dio al medio centro el tratamiento deferencial reservado a las estrellas, pero lo cierto es que su plan pasaba por dar menos protagonismo a un jugador que es indiscutible desde que ascendió al primer equipo en 2008, la campaña de los seis títulos de Guardiola, y cuyo rendimiento ha decrecido con el paso del tiempo. Busquets pasó de jugar el 80% de minutos de la pasada Liga al 64% hasta que fue despedido Valverde. «Si me hacen lo que le hacen a Busquets, hablo con el entrenador y planteo mi salida. Tras 10 años jugando a alto nivel, no se le puede tratar como si fuera un novato», disparó a sus 85 años el mítico Luis Suárez.
Busquets ha iniciado el declive y se ha encontrado además con la competencia de Arthur y De Jong. Setién se ha marcado como objetivo primordial recuperar a un jugador del que se declara admirador confeso. Con él ha jugado todos los minutos de Liga, lo que no hacía con Valverde
Leo Messi
Aunque siga siendo el sostén del equipo y pueda decidir un partido en un abrir y cerrar de ojos, Leo Messi sabe que nada es como antes. Busquets, su engarce en el terreno de juego e intocable desde la estancia de Guardiola en el banquillo, comienza a sufrir en sus piernas el paso del tiempo. Con Valverde perdió un protagonismo que con Setién parece haber recuperado. Pero ya no es el mismo. Y el astro argentino lo nota. Convertido a veces en los últimos encuentros en un tercer central, el sudamericano le ve cada vez más lejos en el campo, lo que le obliga a recorrer más metros para recibir el balón y, en consecuencia, le obliga a un sobreesfuerzo para llegar al área rival. Algunos medios situán a Frenkie de Jong, su máxima competencia, en el once de San Mamés pero parece difícil que el técnico cántabro haga este experimento en un partido en el que solo la victoria podría calmar la tempestad en el Barça.
Luis Suárez
Messi ha construido un vínculo con Luis Suárez que va más allá del terreno de juego. Son amigos, comparten cenas y celebraciones con sus respectivas familias, incluso disfrutan de las vacaciones juntos. La lesión del delantero charrúa le ha dejado sin referencia en el área al argentino, y sin un futbolista con el que disfruta sobre el césped. El uruguayo se ha operado de la rodilla y se pierde la temporada. Y Messi se siente solo. No ha congeniado con Griezmann y el club no ha sabido reforzarse en el mercado de invierno con un ariete. De hecho, la directiva ha descapitalizado al equipo, con la salida del canterano Carles Pérez a la Roma. Al argentino no le ha gustado nada la falta de ambición de los rectores para fortalecer a la escuadra culé.
La defensa
El tiempo pasa para todos. Y un equipo como el Barcelona no es ninguna excepción. La columna vertebal va acumulando años, y uno de los futbolistas que más 'sufre' el paso del calendario es Gerard Piqué. Desde la retira de Carles Pujol en 2014, no ha encontrado un compañero estable, un futbolista con el que fragüe de la manera precisa y óptima. Tuvo buenos momentos con Samuel Umtiti, pero nunca se ha alcanzado la excelencia defensiva vivida con aquella pareja. Además, el arquitecto de la nueva Davis Cup ha perdido una pizca de frescura, de esa capacidad para tapar los huecos hacia la portería. Y carece de un socio, magnífico, que haga ese trabajo cuando las piernas de Piqué han perdido explosividad. Eso lo sufre el Barcelona, que tampoco ha encontrado un recambio de tan alta excelencia como Dani Alves. El lateral derecho es una posición que ha contado con varios inquilinos, ahora propiedad de Semedo, antes de Sergi Roberto, pero que echa de menos la velocidad del brasileño. En esta tesitura, el cuadro culé, cada vez más, se encomienda a Ter Stegen.
Samuel Umtiti no llegará a Bilbao esta mañana con el resto de sus compañeros del Barcelona. La expedición azulgrana tiene previsto aterrizar a las 12.15 horas en Loiu y, de ahí, desplazarse al hotel Carlton, en el que se concentrará hasta el partido. El defensa francés tiene que acudir a primera hora de la mañana a un juicio en la localidad de Esplugues. El jugador debe hacer frente a una demanda de la prop'ietaria del chalet en el que residía con anterioridad y que le reclama 180.000 euros por, según su versión, los destrozos que el futbolista había causado en el domicilio. El internacional francés, campeón del mundo, se niega a hacer frente a esa reclamación puesto que la considera desorbitada. Según consta en la denuncia la mayor parte de los destrozos afectarían a la piscina. Un perito ha tasado, sin embargo, esos daños en 12.00o euros, pero la propietaria lo considera «escaso».
Luis Suárez: «No se sabe muy bien a qué juega este Barcelona» Luis Suárez Miramontes (A Coruña, 1935) es el único español en haber ganado el Balón de Oro. Lo hizo en 1960 cuando militaba en el Barça. Su análisis del actual momento culé tras la salida de Valverde y la llegada de Setién es contundente: «Hay un buen equipo, pero no es buenísimo como pasaba hace unos años». Según dice, con mimbres diferentes, no se puede hacer el mismo cesto. «Un entrenador pone la idea, pero la materia prima es el jugador. Si el futbolista es de un nivel bueno o normal, se puede jugar de una manera. Pero si su nivel es altísimo, se puede aspirar a jugar a otras cosas», advierte. Y remata: «no se sabe bien a lo que juega este Barça, la verdad». A su juicio, el gran problema de los culés es que no han superado aún la marcha de Xavi e Iniesta. «Ellos dos se entendían muy bien con Busquets, que era más joven, y tenían muy buena conexión con Messi. Permitían respirar mucho a la defensa y se alargaban los ataques. Ahora les cuesta mucho imponer su juego. La calidad y personalidad de algunos jugadores ha bajado». Suárez, que aún recuerda los marcajes a los que le sometían Mauri y Maguregui en San Mamés, resta importancia a la última crisis en el Barcelona. «En los clubes grandes siempre hay problemas, sobre todo cuando no juegas bien. Lo importante es que no se refleje en el campo».
'Lobo' Carrasco : «En San Mamés el fútbol solamente no basta» 'Lobo' Carrasco jugó en el Barcelona hasta que Cruyff llegó al banquillo azulgrana. Ahora es tertuliano en televisión y reconoce que la actual plantilla blaugrana no está preparada para «ganarlo todo», como en los años gloriosos del club con Guardiola. Pero espera que la crisis entre Messi y Abidal se supere, como el argentino lo hizo en 2005 con Luis Enrique. Espero que haya un punto de inflexión y se acometa la recta final de la temporada como en enero de 2015. Hubo aquel episodio de tensión entre Luis Enrique y Messi en Anoeta. A partir de ese momento, los dos se entendieron mejor, todo funcionó y lo ganaron todo a final de temporada», explica. Pero es consciente de la dificultad. «Va a tener que tirar adelante con jugadores incluso del filial», algo que supone todo un problema. Aunque echa mano del refranero para insuflarse optimismo. «Hay un refrán que dice que 'no hay mal que por bien no venga' y a veces es bueno tomar una decisión porque los jugadores tendrán que ser profesionales y han de dar un paso adelante. No sólo Leo Messi». Eso sí, sabe que en San Mamés el Barcelona deberá rendir al máximo nivel. «Cuando se juega en San Mamés con fútbol solamente no basta. Hay que tener una mentalidad importante o te sobrepasa esa ola ambiental que tiene La Catedral».
Lluis Carreras : «Cuando empieza el partido se olvida todo lo que pasa» Lluis Carreras, exjugador del Barcelona, conoce a Quique Setién de primera mano. Coincidió con el actual técnico culé en el Racing de Santander, cuando el cántabro era un veterano de 36 años y él un joven de 21 que buscaba un sitio y asentarse en el fútbol profesional. «Aprendí mucho de él. me gusta como técnico. Ha llegado en un momento confuso para el club, pero ya ha dicho que se va a abstraer», reflexiona este antiguo lateral de 47 años. Dice que el Barcelona tratará de arreglar su crisis en San Mamés, aunque estima que no cree que les afecte demasiado lo ocurrido entre Abidal y Messi. «Una vez que empieza el partido, se olvida todo lo que pasa en el entorno. Y no hay mejor manera para arreglar los problemas que ganando y jugando bien, porque aquí siempre es muy importante el cómo, la manera. Estamos en un momento muy delicado y ganar da margen para trabajar mejor», expone el catalán que augura que Setién apostará esta noche por un sistema 4-3-3, el habitual y considera que el principal problema de la tropa culé, que sufrió contra el Levante en la segunda mitad, es psicológico: «No es por un tema físico. Es mental. Al tener el encuentro controlado (2-0), tu subconsciente te dice que ya lo tiene hecho y te relajas. El Barcelona igual gestiona los partidos con cierto riesgo.
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