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Javier Muñoz
Lunes, 25 de diciembre 2017, 11:10
Mikel Rico está esperando a que un aficionado le recomiende un libro. Cualquiera puede hacerle una sugerencia entrando en la web Letras y Fútbol, de la Fundación Athletic, un proyecto para fomentar la lectura no como una actividad solitaria-idea que habitualmente se suele trasladar ... a jóvenes y adultos-, sino como un acto social para compartir experiencias. «No se trata de invitar a a ‘leer’. Nosotros decimos: ‘Leemos’», explica Galder Reguera, responsable de actividades de la Fundación. De todas las propuestas que reciba Rico -la del firmante de este reportaje es ‘Paradero desconocido’, de Kressmann Taylor- el centrocampista rojiblanco escogerá un título y se comprometerá a leerlo en un mes. La propia web hace recomendaciones a los lectores, y del intercambio de ideas surgen clubes de lectura donde, en una fecha y un lugar a escoger, jugador y público charlan sobre un texto acordado.
En los dos últimos años, el proyecto ha cautivado a una leyenda del Athletic como José Ángel Iribar; a un entrenador como Ernesto Valverde, a jugadores como Mikel Balenziaga, Carlos Gurpegui, Xabi Etxeita, Eneko Bóveda y Gorka Iraizoz -todos ellos en su momento futbolistas del primer equipo-, y a compañeras como Ainhoa Tirapu, Andere Legina y Jone Guarrotxena -del Athletic femenino-. El Chopo fue el encargado de poner en marcha en 2015 el primer coloquio, que giró sobre ‘La vida que pensamos’, unos cuentos de fútbol de Ernesto Sacheri. Iribar se sumó además al homenaje al fallecido escritor Eduardo Galeano y leyó la definición de arquero que este recoge en el ‘El fútbol a sol y sombra’. La lectura de otros pasajes recayó en los guardametas Iraizoz, Iago Herrerín y Ainhoa Tirapu, un trío que echó por tierra el tópico sobre el alejamiento del fútbol y la literatura.
Es una idea preconcebida que quizá tenga algo de cierto, aunque no en la forma que algunos piensan. Es verdad, por ejemplo, que a Miguel Pardeza, de la Quinta del Buitre, le aconsejaron en sus tiempos de jugador que no aireara lo mucho que le gustaba leer, pero era porque si un domingo no rendía en el campo, la afición podía acusarle de tener la cabeza en otra parte. Las reacciones del público ante una inclinación cultural son impredecibles. El también madridista y rebelde Pahiño, que en los años de la Dictadura acudía a las concentraciones con libros, tuvo una tarascada con el culé Biosca, y el juicio periodístico que mereció fue el siguiente: «Qué se puede esperar de alguien que lee a Tolstoi y a Dostoyevski».
Carlos Gurpegui ‘Los surcos del azar’(cómic), de Paco Roca
Eneko Bóveda ‘Txistu eta biok’, de Juan Luis Zabala
Xabi Etxeita ‘El olvido que seremos’, de Héctor Abad Faciolince
Gorka Iraizoz ‘Maraton: Athleticen historia ezberdin bat’, de Lutxo Egia
Ainhoa Tirapu ‘SPrako tranbia’, de Unai Elorriaga
Andere Legina ‘Bajo el mismo cielo’, de Núria Martí Constans
Jone Guarrotxena ‘Las Meninas’ (cómic), de Santiago García y Javier Olivares
Ernesto Valverde ‘La educación de #un ladrón’, de Edward Bunker
Técnicos del 1er equipo ‘Maldito United’, de David Peace
José Ángel Iribar ‘La vida que pensamos’, de Eduardo Sacheri
Gorka Iraizoz, Iago Herrerín y AinhoaTirapu ‘El fútbol a sol y sombra’, de Eduardo Galeano
Pahiño era un deportista singular, pero la gente se sorprendería de las lecturas de otros futbolistas y técnicos en activo que no tienen fama de contestatarios. Siendo entrenador del Athletic, en su segunda etapa en el banquillo rojiblanco, Ernesto Valverde se inclinó por Edward Bunker, un criminal estadounidense que se convirtió en escritor, guionista y actor (Reservoir Dogs, de Tarantino), y contó sus experiencias como delincuente (ladrón de bancos, narcotraficante) en ‘La educación del ladrón’.
A propuesta de la web Letras y Fútbol, el actual técnico del Barça aceptó participar en un encuentro sobre ese libro con presos de la cárcel de Basauri que participaban en un programa de la Fundación ADFIS. El de Viandar de la Vera les hizo un somero resumen de lo que había leído y a continuación pasó cerca de hora y media escuchándoles sobre lo que pensaban y sentían privados de libertad.
Otro momento especial lo protagonizó Xabier Etxeita, que se prestó a conversar en la Biblioteca Foral de Bilbao con Héctor Abad Faciolince, un autor colombiano cuyo padre, Héctor Abad Gómez, fue asesinado por la extrema derecha de su país. Etxeita se había terminado previamente ‘El olvido que seremos’, que es un evocación del Abad padre escrita por su hijo y que retrata a un militante de la paz, de la tolerancia y la justicia amante de Bach y Beethoven. Quienes asistieron a aquella charla, medio centenar de personas, recuerdan todavía los momentos emotivos que se sucedieron. «Lo más destacable de estos encuentros es que los jugadores y técnicos del Athletic se han sumado voluntariamente a la idea», destaca Galder Reguera.
La plantilla femenina no ha dudado en colaborar con Letras y Fútbol. Ainhoa Tirapu no sólo acompañó a Iribar en el recuerdo de Galeano; ella también se leyó la novela ‘SPrako tranbia’, de Unai Elorriaga, e intervino en un coloquio en la librería Elkar de Bilbao. Otra guardameta, Andere Legina, escogió ‘Bajo el mismo cielo’, de Nuria Martí, que narra el viaje a Chile de una mujer y su hija huyendo de la Guerra Civil a bordo del ‘Winnipeg’. Andere intervino más tarde en una charla con Lantegi Batuak, entidad dedicada a la inserción laboral de discapacitados. La también portera Jone Guarrotxena, estudiante de Arte, colaboró con la Fundación Athletic hablando en la UPV/EHU sobre el comic ‘Las Meninas’, de Santiago García y Javier Olivares.
No faltaron los rojiblancos que se atrevieron con títulos de ‘txuri urdines’ confesos, como Juan Luis Zabala, periodista guipuzcoano y autor de ‘Txistu eta Biok’. El defensa Eneko Bóveda leyó su libro, que aúna experiencias personales y elementos de novela negra, y acudió a otro coloquio de la Biblioteca Foral de Bilbao. Iraizoz apostó por ‘Maraton: Athleticen historia ezberdin bat’ (‘Maratón: una historia diferente del Athletic), y a Carlos Gurpegui le tocó el cómic ‘Los surcos del azar’, sobre el que departió con su autor, Paco Roca.
Incluso los técnicos de la primera plantilla organizaron una puesta en común en Lezama, a puerta cerrada, con un título emblemático de la literatura deportiva como pretexto, ‘Maldito United’, de David Peace, novela sobre el fugaz paso por el Leeds United del jugador y entrenador Brian Clough.
Pero fue Mikel Balenziaga el que se sumó de buen grado a una de las ‘embarcadas’ más entrañables de la Fundación Athletic. Y todo por un profesor de la ikastola de Sopela que envió un mensaje en el que decía que si el lateral rojiblanco leía una novela -se eligió ‘Mussche’, de Kirmen Uribe- sus 30 alumnos también lo harían con él. El premio era conversar con el jugador sobre el libro en San Mamés, pero el docente se aseguraría de que cada escolar cumpliera el trato de acabárselo. Balenziaga aceptó el envite y la cita infrecuente entre un futbolista y unos escolares para hablar de literatura se pudo celebrar finalmente en La Catedral.
La oportunidad la brinda ahora Mikel Rico. La Fundación Athletic nos invita a que leamos todos juntos con él.
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