El futuro de Garitano coloca a Elizegi ante su peor momento deportivo

Este escenario examina la gestión deportiva de una junta que había optado en los asuntos principales por el continuismo. El entrenador era el que dejó el anterior presidente. Urrutia ascendió a Garitano como un técnico para la salvación. Ahora Elizegi tiene que decidir si mantiene su apuesta por el deriotarra en caso de que continúen los malos resultados u opta por dar un volantazo. Es el peor momento de su gestión deportiva. Nunca se había encontrado ante la posibilidad de tomar una decisión tan traumática como es el despido de un entrenador. Además, si llega, significará que el equipo está hundido en la zona baja de la clasificación. Este periódico ha pulsado muchas opiniones a lo largo de los últimos días para explicar cómo analizan la situación los principales actores de la crisis.

Elizegi apoya a Garitano, pero hay directivos que quieren su salida, según ha podido constatar EL CORREO. La lucha interna por el momento se ha decantado del lado del presidente, que ha frenado los intentos del ala dura. Es la segunda pugna deportiva en la que saca adelante su criterio. Con el frustrado fichaje de Llorente, también se hizo lo que deseaba.

El pasado lunes hubo una reunión de la Comisión Deportiva. Forman parte de este órgano los directivos Ricardo Hernani y Óscar Beristain, además de Rafa Alkorta y su mano derecha en Lezama, Andoni Ayarza. Se decidió la continuidad al menos hasta el partido del lunes. Eso sí, este órgano comienza a valorar escenarios sin Garitano. Este periódico reveló ayer que ya se ha comunicado a Joseba Etxeberria, al frente del filial, que él no sustituirá a Garitano. Si hay cambio, vendrá un técnico de fuera. El club, en todo caso, no ha abierto canales de comunicación con ninguno. Eso sí, el hecho de decirle a 'Etxebe' que él no es candidato, evidencia que el posible cese está sobre la mesa.

Entre los directivos se resalta que Elizegi tiene fe ciega en el entrenador. «Seguimos confiando en la que es la persona capaz de gobernar en esta incertidumbre este vestuario», dijo hace apenas un mes cuando los malos resultados colocaban a Garitano en una posición delicada. El presidente traslada un mensaje de sosiego en la crisis. «Estoy muy tranquilo. Vais a disfrutar mucho con el Athletic esta temporada», dijo en un pequeño corrillo en la sala BBK el pasado lunes.

Hay que tener además en cuenta un factor personal. Elizegi se ha vinculado mucho a Garitano. Llegó a decir que su objetivo es que sea su entrenador durante todo su mandato. Echarlo supondría un duro trance para él. «Es muy buena persona. Echar a alguien es algo que le cuesta muchísimo», dicen desde su junta. En Ibaigane se recuerda lo mal que lo pasó cuando debió comunicar su salida a José María Amorrortu pese a que el anterior responsable de Lezama la daba por hecha desde la noche electoral.

Los dirigentes críticos con el entrenador creen que el equipo tiene capacidad para jugar de otra manera más vistosa, le piden más decisión para dar paso a los jóvenes y la reprochan manifestaciones como que «la Primera no está fácil para el Athletic» o que se queje una y otra vez de que no hay delantero centro cuando la junta ya ha decidido que no regrese Llorente, a quien el entrenador quería.

«Las faltas y los corners hay que atacarlos como si quedaran cinco minutos». Garitano arengaba el lunes a sus jugadores en Lezama. Quería que se comportaran como si apenas tuvieran tiempo. Es lo que le sucede a él. Sabe que la amenaza del despido le ronda, aunque mantiene que no lo ha hecho tan mal, que las críticas se cargan en exceso y que saldrá adelante.

Su tesis es que se exagera, que con tres puntos más (en Vitoria, Pamplona y Valladolid perfectamente podría haber empatado) no estaría así. Hay una coyuntura perjudicial: una pretemporada atípica y marcada por el coronavirus, jugadores clave por debajo de su nivel (Unai Simón, Capa, Dani García, Unai López, Raúl García, Muniain y Williams) y una conjunción de adversidades. El Athletic sufre errores propios que le condenan, pero a cambio no ha recibido regalos de los rivales.

Garitano está orgulloso de haber construido un equipo competitivo que fue capaz de alcanzar la final de Copa superando el infortunio de verse con uno menos en el arranque en Tenerife, eliminar al poderoso Barça y superar en la semifinal a un Granada con quien debió dejar la eliminatoria sentenciada en la ida.

El entrenador asume que le toca liderar una transición, pero tiene miedo de exagerar, de colocar a todos los jóvenes de golpe, que la cosa se tuerza y que, entonces, el club corra el riesgo de llevarse por delante a una generación muy prometedora. La pasada campaña rechazó renovar por más de un año. Eso facilitará las cosas si Elizegi tiene que ir donde no quiere, a un cese del entrenador.

Alkorta defiende a capa y espada al entrenador. Su tesis es que Garitano ha sumado hasta el momento el 37% de puntos posibles (9 de 24) y que los últimos ceses en el Athletic eran de entrenadores que estaban en el entorno del 25%. Mendilibar se fue con el 20%, Sarriugarte con el 22% y Berizzo con el 26%. Aunque pierda ante el Betis, el entrenador se quedará en un 33% y si gana se irá al 44%.

Alkorta insiste en ver brotes verdes. El Athletic ganó a un equipo de Champions y el que más ha hecho sufrir al Bayern, el Sevilla, y no mereció perder en Valladolid. El director deportivo entiende que el entrenador está capacitado, que le ve en condiciones de sacar la situación adelante y que la plantilla está con el técnico. Estos tres argumentos le hacen apostar por su continuidad. Pase lo que pase ante el Betis.

Eso sí, el director deportivo asume que la última palabra no es suya. Se considera un empleado al servicio del club que debe mostrar sus criterios ante la Comisión Deportiva, que es la que decide.

Si Garitano cae contra su opinión, sería la segunda vez en poco tiempo en la que el club toma una medida con la que no está de acuerdo. Ya sucedió con el fichaje de Fernando Llorente, que Garitano y él pidieron en vano.

En estas crisis es habitual que los dirigentes pulsen el estado de ánimo de la plantilla. Lo que han trasladado tanto a los directivos como al director deportivo es que está al lado del entrenador. Los jugadores saben que si cae el técnico los focos apuntaran hacia ellos. No obstante, entre los jugadores hay muchos ya que consideran que otro fútbol es posible y que el entrenador debería varias su esquema en determinadas circunstancias. Algo que piensan los menos habituales y algunos pesos pesados titulares habituales.