El futbolista «diferente» de Caparrós
Comienzos ·
El técnico de Utrera recuerda cómo llevó a Muniain con 15 años a una pretemporada con el primer equipo y le hizo debutar con 16Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Comienzos ·
El técnico de Utrera recuerda cómo llevó a Muniain con 15 años a una pretemporada con el primer equipo y le hizo debutar con 16Con apenas 15 años, Iker Muniain fue convocado por Joaquín Caparrós para hacer la pretemporada en Isla Canela. Era cadete y alternaba el Juvenil de División de Honor con el Bilbao Athletic, un ejemplo extremo de precocidad. Hay una foto de museo que retrata al ... todavía capitán con Pablo Orbaiz, también portador del brazalete rojiblanco, colocándole un pulsómetro en una de las sesiones preparatorias en Lezama. Era un 16 de julio de 2007, cuando el de la Txantrea se había asomado al mundo adulto con apenas 14 primaveras. Una auténtica barbaridad que no frenó al técnico utrerano, firme apostador por el talento joven, quien aguardó una campaña y luego le llevó al 'stage' del primer equipo. «Era un futbolista distinto», argumenta el hombre que hizo debutar al navarro, le consolidó en la élite y simplemente le dejó volar. Escuchó más de una crítica por ir de prisa con el atacante que ayer anunció su adiós, pero no le importó. Tenía claro que trabajaba con una joya.
«Cuando llegué -rememora Caparrós-, Blas Ziarreta me habló de Iker». Nunca le llama por su apellido, el que lleva cosido en la espalda desde hace 15 temporadas, sino por el nombre de pila. Lo ha hecho siempre, desde el día uno hasta ahora. «Sabe que le quiero y sé que él me aprecia», comenta Caparrós, quien atendió el criterio de uno de las grandes conocedores de Lezama y de la cantera vasca y puso su mirada en el navarro. No le hizo falta seguirle mucho. «Tenía muchísimo talento y sobre todo desparpajo. Comentábamos cosas entre los técnicos y no nos equivocamos. Acaba de escribir una de las páginas más gloriosas de la historia del Athletic», alude el utrerano a sus 557 encuentros con la camiseta rojiblanca -segundo jugador con más duelos oficiales después de la leyenda Iribar, que paró el contador en 614- y el flamante título de Copa conquistado hace menos de tres semanas en La Cartuja.
Le vio por primera vez en 2007, justo cuando se hizo cargo del equipo tras el bienio negro. Empezó a llevarle a los entrenamientos del primer equipo con apenas 14 años y en 2008, con 15, le metió en el avión rumbo a Isla Canela. Muniain estaba en la edad cadete, pero Caparrós tenía claro que necesitaba pulir aquella joya. «Allí confirmamos su enorme talento y desparpajo. Se adaptó muy rápido al grupo, al entorno profesional, un chico que se ganó el cariño de todos sus compañeros», rememora el exentrenador del Athletic.
Junto al navarro fueron a aquella pretemporada chavales como Guarrotxena y Jonás Ramalho, entre otros, jóvenes que también quisieron comerse el mundo. En uno de los entrenamientos, en una campa situada junto a un río que enviaba millones de mosquitos, se lesionó Guarrotxena y abandonó la sesión entre lágrimas. Con 15 años lo vivió como una tragedia, y ahí estaba Muniain consolándole y dándole abrazos. Él también recibió muchos cuando se rompió ambas rodillas, y volvió.
Aquel verano vivió una experiencia inolvidable, compartió habitación con Andoni Iraola y se hizo muy amigo de Fernando Amorebieta. Los responsables del departamento de comunicación le llevaban junto a otros jóvenes, prácticamente críos, a las ruedas de prensa de sus compañeros más veteranos para que fueran aprendiendo a desenvolverse ante las cámaras, micrófonos y grabadoras. Solo eran niños metidos en un mundo de adultos, del que pronto se adueñó Muniain, uno de muchos que había pasado por las sesiones de tecnificación de Caparrós. El sevillano solía montar unas jornadas de trabajo por las tardes en Lezama, donde acudían chavales que quería ver y mejorar. Su Iker era uno de ellos. La cuestión no era si iba a debutar con el primer equipo, sino cuándo.
No tardó nada. Con 16 añitos, Muniain se presentó al mundo en San Mamés un 30 de julio de 2009. El Athletic jugaba una previa europea contra el Young Boys suizo y acabó perdiendo (0-1). El navarro entró en la segunda parte y dispuso de más de media hora. «Le hice debutar, pero la semana siguiente marcó allí un gol muy importante». El primero de su carrera y el que sirvió para clasificar a los rojiblancos gracias al 1-2 final.
Antes, en la primera parte de la pretemporada, Caparrós le había hecho participar en amistosos contra Benfica, Anderlecht y San Roque. A partir de ahí, no hubo vuelta atrás. Le dio 73 partidos entre 2009 y 2011, en los que el chaval marcó 11 goles. Allí empezó a poner los cimientos de una carrera que le ha permitido sumar horas de fútbol en Liga, Copa, Champions, Europa League y Supercopa, además de levantar tres títulos. El capitán ha pasado 20 de sus 31 años en Lezama, donde se ha convertido en el hombre que es hoy.
«Iker tiene una gran capacidad humana y es agradecido. No solo con los técnicos, sino con toda la gente del Athletic. Es muy amigo de sus amigos y un chico que engancha por su forma de ser», le describe Caparrós. Han pasado 17 años desde que le vio por primera vez en Lezama. Trabajaron juntos cuatro y son para siempre, los que le permitieron transformar a un niño en un hombre. Un hombre que cierra la puerta de una casa que abrió en 2004. El resto es historia.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.