Afición. De forma conjunta, seguidores de la Real y Athletic portan sus banderas y bufandas en Anoeta. LOBO ALTUNA

El fútbol vasco recupera su fiesta 630 días después

Tras tres derbis, entre ellos la gran final de Copa, a puerta vacía, los aficionados de Real y Athletic volverán a teñir de color y ambiente la histórica rivalidad

Iker castaño

Domingo, 31 de octubre 2021, 10:35

Los míticos gritos de «¡¡¡Real!!!, ¡¡¡Athletic!!!» volverán a escucharse hoy en Anoeta y los alrededores. Hay que remontarse 630 días, concretamente hasta el 9 de febrero de 2020, para ver este partido con el aficionado presente, cuando la Real superó en Anoeta al Athletic (2- ... 1). Desde esa fecha han disputado tres choques, uno de ellos la histórica final de Copa en Sevilla, sin la salsa de la gran fiesta del fútbol vasco: la afición.

Publicidad

Y es que este derbi no se puede entender sin el calor de la hinchada por mucho nivel que haya en el terreno de juego. La fiesta previa, durante y después, que se vive en los partidos entre la Real y el Athletic está de vuelta y con más ganas que nunca. De tener cerrados los bares de la Parte Vieja y alrededores de Anoeta y San Mamés desiertos a que sean ocupados hasta la bandera por seguidores txuriurdines y zurigorris, la diferencia es abismal.

Peñistas de uno y otro equipo se reúnen en el estadio para volver a ratificar que, pese al periodo de crisis sanitaria vivido este año y medio, la emoción, ilusión y el sentimiento por volver a ver un derbi en directo no ha cambiado. Beñat García, de la Peña Real Sociedad de Altza, afirma que «echaba de menos volver a un derbi». Durante la época pandémica «pensé cuando volveríamos a vivirlo, ya que no es lo mismo verlo en casa que en el campo». Perderse entre medias una final copera escuece, más cuando «había ido a Granada a ver a las chicas ganar la Copa de la Reina. Hubiera sido igual de especial en La Cartuja», aclara.

Noticia Relacionada

La misma pena sentía Jokin Letamendia, de la Peña Basque- Txuri Urdin de Hondarribia, aunque se emociona por la vuelta. «Después de las restricciones vividas, echábamos mucho de menos y estábamos ansiosos por vivir el ambiente de un derbi. Es una sensación de querer manifestar lo que se siente por nuestro equipo por todo lo alto y volver a sentir el calor de dos aficiones juntas y unidas», comentaba con ganas.

Publicidad

Casi es un tópico escuchar aquello de que se preparan grandes blindajes policiales ante los derbis de alto riesgo a nivel estatal, europeo o mundial, pero aquí eso no hace falta. «El hecho de que las dos aficiones se junten en la Parte Vieja y recorran en kalejira hasta el campo cantando, ondeando bufandas y banderas, es la esencia del fútbol en Euskadi y de este derbi», apunta Txetxu Rojo, de la Peña AltzAthletic. De la misma manera que Eloy Marceache, de la rojiblanca Peña Imanol Etxeberria de Mondragon, quien no olvida su pesar, aunque espera que se vaya recuperando la esencia de antaño. «Llevamos año y medio sin ir. Tengo unas ganas tremendas de poder vivirlo de nuevo. La previa se vive de una manera espectacular, es una fiesta. Creo que se está costando recuperar lo de antes, aunque volveremos a juntarnos todos», declara.

«Especial y ejemplar»

Hasta en el rincón más perdido del continente son sabedores de que en el País Vasco existe un derbi diferencial. Distinto porque, si en cualquier otro podrían encontrar altercados y disputas entre seguidores, en este solo descubren el ambiente ejemplar que existe entre ambas aficiones desde 1913, año del primer derbi. Muchos, de hecho, confunden el significado del término al asociarlo únicamente con la enemistad y el enfrentamiento, ya no solo en el césped, también fuera de él. Si en algo se parece el Real-Athletic al Boca-River, Milán-Inter o el Estrella Roja-Partizán de Belgrado, solamente es en la palabra derbi.

Publicidad

Jesús Rodríguez, de Maite Taldea, lo resume en pocas palabras.«Es un derbi bonito y diferente, más allá del pique sano. Desde que la Real ascendió de Segunda no me he perdido uno y todos han sido especiales». Si a Marga Emazabel, de la Peña Athletic de Hondarribia, le dejaran introducir en la RAE el significado de derbi vasco, ella lo tiene claro. «Es un partido especial. Un día bonito, para vivirlo y disfrutarlo tanto en la previa como en el propio partido, con las dos aficiones juntas».

Asimismo, Letamendia habla de la inculcación desde bien pequeño. «Desde que somos niños y nos regalan en los primeros cumpleaños la camiseta de la Real, sabemos que un derbi contra el Athletic es especial, es una final, jugadores y afición lo van a dar todo, están deseando jugarlo y seguir haciendo historia», destaca.

Publicidad

El recuerdo de la Copa

El de hoy no será el partido siguiente al de la final de Copa, pero aún perdura la herida en los aficionados rojiblancos. «La hemos vivido deportivamente bien, aunque con tristeza y pena», señala Emazabel. Otros como Marceache prefieren centrarse en el presente. «La derrota de Copa está pasada. Se aplazó cuando se debía haber jugado. Dolió más porque perdimos otra con el Barcelona». Sin embargo, el realista Rodríguez, habla de «un punto de inflexión en la rivalidad entre ambos. La Real es mucho más equipo».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad