Ser del Athletic puede ser algo natural, como bien explicaba Miguel González San Martín en un artículo reciente. Y esa naturalidad puede llegar de diversas formas. Una de ellas, quizá la más espectacular, sería la predestinación, que es el caso de Sandra Aurtenetxe, hija del ... histórico Pedro Aurtenetxe, el último presidente con el que los rojiblancos han sido campeones. Directiva también durante el mandato de Fernando García Macua, Sandra vive las vicisitudes de su equipo con ese tipo de pasión arrolladora que, a veces, en los momentos más álgidos, se desborda en forma de supersticiones. Como la de salir del campo en el minuto 80 siempre que el Athletic vaya perdiendo, convencida de que su ausencia en las gradas influirá decisivamente para que llegue el gol.
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Su última demostración de poderes taumatúrgicos sirvió para que Berchiche marcase el gol decisivo en Granada. Ahí es nada. Aurtenetxe se ríe de sus pequeñas locuras y disfruta del gran momento del equipo de Marcelino y de la perspectiva emocionante de las dos finales de abril. Eso sí, pone gesto serio cuando advierte de que esta vez hay que ganar.
- ¿Cuál es el primer recuerdo que tiene del Athletic en la Copa?
- Pues que mis hermanos y yo no pudimos ir a la que ganaron en 1984. Mis padres no nos dejaron ir porque ellos tenían mucho agobio, muchos compromisos, iban a Madrid con mucha gente. Y sólo les faltaba estar pendientes de los hijos. Así que tuvimos que verla en casa.
- ¿Y al año siguiente?
- Sí, a la del Atlético de Madrid fuimos todos.
- No tendrá buen recuerdo.
- Fue una pena. ¡Para una que nos dejan ir! Además, ya sabes que hubo lío con la Policía, que si cargaban o no... Los padres estaban muy preocupados.
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- Volvamos a lo bueno. A lo mejor, podríamos decir: a la gabarra. ¿Cómo recuerda esos momentos?
- Lo de la gabarra lo recuerdo todo como en una nube. La cantidad de gente que había, cómo disfrutamos... No sé, es un poco como el día de tu boda, algo tan intenso que luego casi no te enteras de lo que ha pasado. Fue tan impresionante que luego te daba pena no haberlo vivido todo con más conciencia.
celebraciones
- ¿Cuál es la imagen que más grabada se le ha quedado de aquellos momentos?
- Mira, más que de la gabarra en sí me acuerdo mucho de cuando llegaron de Las Palmas después de ganar la Liga. Estábamos en una sala del aeropuerto, junto a las familias de los jugadores. Y recuerdo cuando se abrió la puerta y vi a aita... Uff, tampoco me quiero emocionar.
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- Por cierto, ya sabe que a la gabarra se le están haciendo pruebas de flotabilidad, aunque no se puedan hacer recibimientos multitudinarios.
- Me parece bien. Alguna idea tenemos que tener. Además, cuando podamos celebrarlo vamos a hacerlo todos juntos y a lo grande. Lo del covid es momentáneo. Ya nos vacunarán y podremos celebrarlo todo como se merece.
- Desde 1985 hasta 2009 pasaron 24 años sin que el Athletic llegase a una final. Muchísimo tiempo. ¿Llegó a perder la esperanza?
- No. Yo nunca pierdo la esperanza con el Athletic. Soy superoptimista. Voy a todas las finales, a todas las semifinales... Siempre tengo confianza. Me acuerdo de la final de Valencia. Yo entonces era directiva. El día que íbamos al aeropuerto lo tengo grabado. Vi a uno vestido de león, a otro con un coche descapotable. Éramos una piña. Cuando marcó Toquero, pensé: 'Esta es la nuestra'. Luego me dolió en el alma. Me fui muy mosqueada.
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- ¿De verdad confiaba en ganar a aquel Barça de Guardiola?
- Sí, sí. Y eso que aita ya me decía que era el mejor Barça de la historia y que estaba muy complicado. Pero yo confiaba.
- Con tanta confianza se habrá llevado sus decepciones en los últimos años.
- Qué te voy a contar. Imagínate. Mónica Durango y yo siempre decimos que la próxima vez para no sufrir nos iremos a Canarias a la playa en lugar de a la final. Pero es que luego te lo pasas tan bien cuando vas, tienes tanta ilusión...
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- Dice que no ha perdido nunca la esperanza, de manera que tampoco ha podido perder su fe en la filosofía del Athletic, que siempre está en cuestión cuando el equipo va mal o pasa rachas tan negativas como aquella entre 1985 y 2009.
- Sí, en esos malos momentos siempre escuchas a gente que dice 'hasta aquí hemos llegado' y que hay que cambiar de filosofía. Y yo siempre les respondo que no tenemos que olvidarnos de que los que bajan a Segunda lo hacen siempre con extranjeros. Nosotros tenemos algo especial. Fíjate ahora el cambio que ha dado el equipo. Siempre tiramos para adelante. De una forma u otra, siempre avanzamos.
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final contra la real
- Como si una fuerza interior diera impulso.
- Sí, sí. Es algo que nos sale de dentro.
- Ahora se presentan dos nuevas oportunidades, dos finales a las que se ha llegado con unos niveles de emoción increíbles: remontadas, goles in extremis, tandas de penaltis. Dos auténticas aventuras. ¿Cómo las ha vivido?
- Imagínate.
- ¿Recuerda algún momento en especial?
- El partido de Granada. Estábamos en la grada y le dije a Mónica Durango que si quería que el Athletic fuese a la final teníamos que irnos en el minuto 80. Porque yo cada vez que me voy diez minutos antes, el Athletic mete gol. Y nos fuimos. Y cuando ya estábamos saliendo del estadio, de repente, gooooooool. Y nosotras: ¡Ya nos han metido el tercero! ¡Esto no puede ser! Las dos desconsoladas. Y justo pasamos al lado de un bar y vemos a uno saltando. Le miramos y vemos que lleva una camiseta de la peña Kalimotxo. ¡Habíamos metido nosotros! Si nos ves a las dos agarradas, saltando, llorando... Increíble.
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el secreto de marcelino
- Ha quedado claro que es optimista por naturaleza. Ahora, tal y como está el equipo, lo será más que nunca.
- Ja, ja. La verdad es que estamos de un subidón impresionante. Vamos a ir 'pizkanaka pizkanaka' a ver lo que pasa porque igual hinchamos mucho el globo y luego nos da un bajón que nos quedamos... Ya sabes lo que te digo. Pero de momento estamos muy bien.
- De tener que elegir, ¿cuál de las dos finales prefiere ganar?
- La primera.
- No hay duda.
- Es fundamental. Vamos a ganarla. Y si no ganamos, tampoco nos vengamos abajo. Pero vamos a ganar.
un futuro sin covid
- El Athletic ha mejorado mucho desde la llegada de Marcelino. ¿Cómo está viviendo ese cambio tan positivo del equipo?
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- La verdad es que sorprendida. Muy sorprendida. Yo soy muy futbolera, muy del Athletic. No tengo conocimientos técnicos, pero pensaba que teníamos buenos jugadores. Tenía fe en ese aspecto. Y Marcelino lo está demostrando.
- ¿Qué les ha dado el técnico asturiano?
- Yo creo que confianza en ellos mismos. Ha sabido manejarlos. Se lo están creyendo todos.
- Serán dos finales sin público. Hay que resignarse porque hay cosas mucho más importantes. Aun así es inevitable imaginar lo que hubieran sido dos finales con público en Sevilla.
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- Sí. Figúrate. Pero, bueno, lo viviremos en Bilbao y podremos beneficiar a Bizkaia porque vamos a gastar aquí. Que mucha falta nos hace. Así que no hay mal que por bien no venga.
- Desde 2009, el Athletic ya llega a finales. Ahora falta dar el paso definitivo.
- Sí. Ya hay que ganar. Sería superimportante.
- Y más en un momento como este, con tanta tristeza acumulada.
- Claro. Estamos en el final de la pandemia y una felicidad así, algo tan positivo con todo lo que estamos tragando, sería muy importante, sobre todo para la gente joven. Fíjate qué años se les han ido. A ver si pronto podemos celebrar algo grande, abrazarnos y brindar.
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