Guardianes de garantía

El uno a uno de la final ·
Robin Le Normand e Iñigo Martínez protegen sus propiedades en el centro de la defensa con eficacia y solvencia. El realista está creciendo y el rojiblanco ha alcanzado ya la madurez

Jon Aspiazu

Viernes, 26 de marzo 2021, 23:39

El futbolista francés Robin Le Normand se ha convertido en una espléndida realidad. Ha disputado treinta y cuatro partidos esta temporada, treinta de ellos como titular.

El joven central de la Real Sociedad hace gala de un gran compromiso táctico. Mantiene una estrecha complicidad con ... su compañero Zubeldia para adelantar la línea defensiva y controlar las vigilancias. Es un defensa pragmático, correcto. Juega con mucha atención y concentración, va limitando sus errores. Últimamente se desenvuelve en el perfil izquierdo del centro de la zaga. Aunque maneja con decoro la pierna izquierda, tiende a orientarse hacia dentro, a su derecha. Está creciendo, adaptándose a tomar más responsabilidades con el balón, realizando algunos pases que franquean las líneas rivales. Promedia un elevado porcentaje de acierto en la combinación, aunque no asume demasiados riesgos en la elaboración del juego. Si no encuentra apoyos claros siempre tiene el recurso de buscar a Isak en la profundidad. Ha mejorado en la toma de decisiones, ha adquirido criterio y tranquilidad para desenvolverse con el esférico, ya no se dedica solo a despejar en situaciones de riesgo.

Exhibe una extraordinaria capacidad física con sus 187 centímetros. Es rápido, fuerte y contundente. Se anticipa con acierto y es agresivo en los duelos individuales. Prefiere el enfrentamiento con delanteros de contacto que con los que son habilidosos y escurridizos. Domina el juego aéreo y participa en la estrategia ofensiva.

Iñigo Martínez ha disputado 26 partidos esta campaña, ha marcado un gol y ha repartido una asistencia. Y no una asistencia cualquiera. Fue la que sirvió para que Raúl García forzará la prórroga ante el Betis en el encuentro de vuelta de cuartos de final de Copa con un gol en el minuto 94. Los penaltis (4-1) dieron luego al Athletic el pase a las semifinales.

El ondarrutarra sobresale por su espíritu competitivo y por la regularidad en el rendimiento. Aparece como el guardián indiscutible de la zaga rojiblanca y forma una sociedad formidable con Yeray, una verdadera garantía para el equipo.

Es un defensa contundente, domina el cuerpo a cuerpo con los rivales. Defiende con energía los centros laterales, tiene personalidad para achicar los espacios.

No es un central rápido, sufre cuando tiene que defender con muchos metros a sus espaldas y tiene que enfrentarse a delanteros veloces. Corrige esta deficiencia con una buena colocación.

Colabora con efectividad en la construcción del juego. Es un jugador con una técnica individual sobresaliente, preciso en el pase corto y en los desplazamientos largos.

Es muy audaz para sumarse a la zona del mediocampo y propiciar pases que desestabilicen las líneas de presión del rival. Participa en la estrategia en ambas áreas, ataca muy bien la pelota.