El nacimiento del Athletic de Bielsa
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Los rojiblancos llegaron a Anoeta con dos puntos en cinco partidos, pero allí se vio la mejor versión del técnico rosarinoAnoeta fue el escenario donde nació el Athletic de Bielsa. Los horarios disparatados ya empezaban a ser habituales y a los rojiblancos les tocó visitar a la Real Sociedad el mediodía de un especialmente soleado domingo de otoño, con el termómetro marcando los 30 ... grados.
La llegada de Marcelo Bielsa tras las elecciones que ganó Josu Urrutia había despertado la lógica expectación en la familia rojiblanca, que meses antes había acudido en masa a las urnas hasta el punto de que los dos candidatos, el presidente saliente García Macua y el finalmente elegido Urrutia cosecharon un número de votos que sigue constituyendo un récord.
Real Sociedad
Bravo, Carlos Martínez, Demidov, Iñigo Martínez, De la Bella, Mariga, Illarramendi, Xabi Prieto, Griezmann (Joseba Llorente, min. 82), Zurutuza (Sarpong, min. 78) y Agirretxe.
1
-
2
Athletic
Iraizoz, Iraola, Javi Martínez (San José, min. 62), Amorebieta, Aurtenetxe, Gurpegui, De Marcos, Susaeta (Toquero, min. 86), Muniain, Gabilondo (Iturraspe, min. 59) y Llorente.
Goles: 0-1. M. 34, Llorente; 1-1 M.59, Iñigo Martínez; 1-2 M. 70, Llorente.
Árbitro: Fernández Borbalán.
Después de cuatro años con el pragmático Joaquín Caparrós en el banquillo, los futbolistas del Athletic sorprendían a sus seguidores con un fútbol un tanto anárquico pero volcado en una ofensiva total, muy del gusto de San Mamés que, sin embargo, no acababa de ofrecer rendimiento en forma de puntos.
Se palpaba la inquietud en los ambientes rojiblancos y había motivos. El Athletic se presentó al derbi en la sexta jornada ocupando la penúltima posición con solo dos puntos, que había conseguido empatando con el Rayo en San Mamés en la jornada inaugural y con otra igualada en la quinta jornada, también en casa, ante el Villarreal. En medio, tres derrotas: ante el Espanyol en Barcelona, en La Catedral ante el Betis, con Beñat marcando el primer gol para los sevillanos, y en Málaga.
Más de uno recordaba los irregulares resultados de Marcelo Bielsa en su trayectoria y no pocos ya planteaban serias dudas sobre la continuidad del técnico argentino. Como si fuera un anticipo de lo que vendría cuando avanzara aquella temporada, las únicas alegrías llegaban de Europa. El Athletic había superado la previa sin necesidad de jugar el partido de vuelta ante el Trabzonsport y se había impuesto al Slovan de Bratislava a domicilio y al PSG en San Mamés.
Aunque era prematuro hablar de un ultimátum, no cabía duda de que de lo que ocurriera aquel caluroso mediodía en Anoeta podía depender en gran medida el futuro del equipo y de su entrenador. Y ocurrió lo mejor. Allí nació un equipo espectacular que devolvió a la afición el orgullo olvidado de las viejas tardes de gloria.
Bielsa ya había retrasado a Javi Martínez al eje de la defensa y empezaba a hacer volar a De Marcos desde el interior a la banda; Iturraspe todavía no se había convertido en el eje del equipo y el recién fichado Ander Herrera estaba de baja desde la segunda jornada por una rotura de menisco interno.
al ataque
El Athletic despertó de pronto en el derbi y todos los detalles ilusionantes que había estado apuntando en los anteriores partidos se convirtieron en la pujante realidad de un equipo que sometió a su rival con un juego alegre y ofensivo desde el primero hasta el último minuto del partido.
Fernando Llorente, que llevaba dos meses desperdiciando ocasiones, fue el héroe con sus dos goles. Claudio Bravo mantuvo viva a la Real ante un Athletic que acabó firmando 28 remates, casi la mitad entre los tres palos. Al descanso ya ganaban los rojiblancos gracias a un golazo del delantero de Rincón de Soto, pero sobre la hora de juego Iñigo Martínez soltó un misil desde el centro del campo que se coló en la portería de un Iraizoz adelantado, tal y como requería la situación del juego en ese momento.
Parecía que, una vez más, el infortunio acabaría arruinando la valiente propuesta del Athletic del técnico rosarino, pero estaba escrito que el derbi sería del día del nacimiento de un equipo inolvidable. Seis minutos después del mazazo, Amorebieta replicó con un pase diagonal desde la divisoria hasta el área realista que Llorente cazó al vuelo con una volea inapelable para sentenciar la victoria rojiblanca.
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