«Esto es una gozada. ¿Y si monto una peña?»

«Todo comenzó el año que llegamos a las dos finales con Bielsa. Íbamos a jugar contra el Manchester United en Old Trafford, y yo no quería ver el partido solo. Invité a dos amigos del Sevilla para verlo. Fue un encuentro de la leche. Golazo de De Marcos. Estuvimos abrazándonos y gritando los goles. Cuando acabó, pensé: 'Esto es una gozada. ¿Y si monto una peña?'», recuerda Íñiguez. En la vuelta, sin pensárselo dos veces, fueron los tres a Bilbao. No pudieron entrar en San Mamés, pero sus compañeros «alucinaron» con el ambiente que se formó alrededor y le alentaron para que formase el grupo. «Ahí me vine arriba. Lo hice muy rápido. La semifinal ya la vimos en la sede», resume.

Tras acelerar los trámites burocráticos para la fundación de la peña («metí prisa a los funcionarios de la Junta de Andalucía diciendo que tenía que tener entradas sí o sí para la final»), tocaba elegir el nombre de la agrupación. «Al ser alavés (De Marcos) como yo, y con el gol que metió, lo tenía claro. Llamé a su padre, le conté un poco mi historia y cuál era el proyecto, y tanto él como Óscar quedaron encantados», cuenta Íñiguez.

Ahora son 38 miembros, pero han llegado a ser más del doble. Hay aficionados de Bilbao que se casaron con sevillanas, hijos de extremeños athleticzales que emigraron a la capital andaluza... «Pero el más forofo es un chico de Utrera. Cuando nos visitaron los directivos del Athletic les empezó a hablar sin parar, y por el acento no le entendían. Iba con el chándal y todo... Fliparon», relata el hincha alavés.

La peña se asentó en el bar Black & White durante dos años, pero ahora tiene alquilado un almacén en un polígono industrial. Ahí se juntan los peñistas para ver los partidos. También hacen alubiadas, parrilladas, concursos de tortilla, conciertos en los aniversarios... Están hermanados con la agrupación homónima de Laguardia, y todos los años organizan un viaje que dura todo el fin de semana. «Llegamos el viernes, nos quedamos ahí a dormir, hacemos comidas, mucho vino... Nos recibe todo el pueblo, nos tratan como a dioses. Y de ahí vamos todos a Bilbao a ver el partido», detalla el presidente.

Íñiguez se toma con resignación las finales de este año, sobre todo porque tuvieron en la punta de los dedos la oportunidad de comprar las entradas para La Cartuja y ver los encuentros en directo. Pero, a pesar de la desilusión, no se quedarán sin festejar las dos citas. «Tendremos la sede abierta durante todo el día para nosotros y para algún periodista que quiera plasmar el día en algún reportaje. El plan es charlar, tomar el vermú, compartir las emociones y, si podemos, ver ahí el partido», explica.

También harán acto de presencia en la ciudad. Tienen pensado montarse en el bus turístico y adornarlo con banderas del Athletic, así como proyectar imágenes de los leones en algunos edificios simbólicos de Sevilla. «Todo para acompañar al equipo», insiste Íñiguez. Porque tienen claro que este es el año. «Tiene que salir ya de esta racha de no ganar la Copa. Llevamos muchas finales perdidas. Esto es algo histórico y tenemos la oportunidad de ganar las dos. Creo que será un todo o nada. Si pierden contra la Real, creo que se enfrentarán al Barça con muchísima presión», opina Íñiguez.