«Estoy aburrido de ser el último entrenador campeón de Copa»

- ¿Quién es el favorito?

- Los dos están a la par, aunque en el Athletic para ganarla tenemos que tener claro que la Real es un equipazo, que está jugando muy bien y darle al partido la emotividad de un derbi, que para mí es el partido más importante. Las dos aficiones pensamos que vamos a ganar, aunque en la Real tienen moral porque su clasificación y la temporada pasada es mejor. En el ambiente del socio de la Real están convencidos, ven que este año hay más posibilidades porque están mejor en la Liga. Esa es un arma buena que podemos tener.

- Es decir, que en la Real haya quienes se ven como favoritos le viene bien al Athletic.

- Creo que sí porque igual tienen un poco más de confianza y nosotros no creo que tengamos ninguna en ese sentido. Tenemos que saber que están a un gran nivel y que es nuestro derbi. Lo que espero es un Athletic valiente porque en las finales no hay que especular.

- Es el último campeón de Copa con el Athletic...

- Desgraciadamente. Estoy aburrido de ser el último. Han pasado 37 años ya. Además, el Athletic necesita ganar una Copa.

- ¿Cuál es la clave en una final?

- Que el partido empieza desde el minuto cero y que en las finales no hay que especular. Hay que jugar además con las armas fundamentales. Y las del Athletic son jugar con ritmo, agresividad, fuerza...

- ¿Qué mentalidad debe tener un equipo para ganar una final?

- Ganadora. No se puede ganar una final si no tienes mentalidad ganadora. Y hay que saber cómo tienes que ganar. Marcelino les tiene que transmitir 'de esta forma ganamos' y el equipo debe salir al campo convencido de que por ese camino lo va a lograr.

- ¿Cuál debe ser el trabajo de los días previos?

- Me iba motivar poco a poco durante la semana, entre bromear y apretar. No es una semana de 'bueno, a ver qué pasa'. A nivel físico hay que cuidar mucho los quince días antes porque una final es un partido muy físico y hay que llegar muy bien. Además, hay que llevar el partido muy bien aprendido por cada jugador, que tenga claro qué debe hacer.

- En la final con el Barça de 1984, ¿dónde puso el acento?

- Fuimos campeones de Liga el domingo tras ganar a la Real. Al acabar el partido, juerga colectiva. El lunes, juerga colectiva. El martes, juerga colectiva, jamada, recibimiento... El miércoles, primera reunión. 'Que tenemos que jugar el domingo, chicos. ¿Vamos a ir en serio o seguimos de juerga? Venga, vamos en serio y a preparar la final tres días'. Ese día saqué gente que estaba muy fresca porque las finales son muy físicas.

- ¿Quién tiene más presión?

- Los dos tienen presión. Más presión ambiental tenemos nosotros siempre porque el público del Athletic es muy copero y está siempre con que hay que ganar y la gabarra. Pero en San Sebastián están presionados porque están convencidos de que la van a ganar. A los jugadores les dicen 'venga, que este año estáis mejor que el Athletic'. Y eso supone presión. Creo que por ese lado vamos a estar parecidos.

- La Real sólo tiene una final en abril, por dos el Athletic. ¿Es una ventaja para los rojiblancos?

- No, sólo que tenemos dos oportunidades.

- ¿A quién le dolerá más perder?

- A los dos.

- ¿Cuál es la baza de la Real?

- La calidad de los jugadores que tiene y que juega de la misma forma todos los partidos.

- ¿Y del Athletic?

- Lo mejor siempre ha sido el estilo que tuvimos y que hemos ido perdiendo. Ése es el miedo que tengo, que en el futuro no recuperemos el estilo de los éxitos.

- Si tiene que elegir, ¿qué final prefiere que gane el Athletic?

- Que gane la primera y después la segunda. Quiero ganar las dos.

- Si pudiera, ¿a qué jugador de la Real se llevaría?

- Ficharía donde peor estamos, arriba. La estrella vasca de la Real es Oyarzabal, un jugador bueno y con gol. Luego está Merino, que está haciendo un campañón.

- Merino estuvo a tiro.

- Fue una chapuza en la negociación del Athletic. Osasuna pedía cuatro y el Athletic ofrece tres. ¿Está usted de broma? Es que más de tres no pagamos. Se va y luego ya valía nueve en el Newcastle, pero él no quiso venir y se fue a la Real. Una chapuza de gestión. Con Berenguer pasó lo mismo. Urrutia y compañía le dijeron a Osasuna que era muy caro y ahora lo hemos comprado por diez millones.