Falcao, otra vez Falcao

Falcao habló con Bebé antes del lanzamiento. Todo el mundo daba por hecho que le iba a buscar. Así fue, pero los defensas rojiblancos no lo vieron venir. Incomprensiblemente, el colombiano remató sólo. Una concesión imperdonable.

Ese último despiste es el justo castigo a un Athletic muy pobre y que echó por tierra gran parte de lo bueno conseguido en el arranque de Liga. Marcelino señaló la meta a sus jugadores la víspera. «Partidos como estos son los que te colocan en la parte alta de la clasificación». Dicho de otra forma, para luchar por Europa hay que imponerse en casa a un recién ascendido. De lo contrario, hay que olvidarse del regreso al continente. Fue el peor partido de la campaña, un absoluto ejercicio de impotencia por parte de los rojiblancos. Desde el inicio el equipo fue nada de nada en ataque y volvió a cometer los gruesos errores defensivos que parecían olvidados.

El primer gol del Rayo llegó después de un despiste tremendo de Mikel Vesga, que entra en el partido aletargado pese a que es su primera ocasión como titular y se entretiene en exceso con la pelota. De Marcos y Nuñez, lentos en la reacción, no ayudaron a solucionar el problema. El segundo fue producto de la falta de atención a Falcao. El pobre partido rojiblanco y el tanto del sudamericano reabren en el Athletic dudas que se creían olvidadas.