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No es fácil en el fútbol irse a lo grande, «in bellezza» que diría un italiano. Para ello hace falta inteligencia, intuición y, desde luego, suerte. Como se trata de tres cosas complicadas de tener u obtener, son muchos los futbolistas que, tras una larga ... trayectoria en un club, se despiden sin recibir el reconocimiento que merecen. O de mala manera. Durante el 'florentinato', por ejemplo, en el Real Madrid se ha hecho costumbre que los futbolistas de leyenda sean despedidos por la puerta de atrás. En el Athletic ha habido un poco de todo a lo largo de la historia. En los últimos años, sin embargo, casi todos los jugadores de larga trayectoria han sido tratados con mucha generosidad y despedidos con cariño. Los últimos, Gurpegui e Iraola.
¿Qué ha sucedido con Susaeta? No es fácil decirlo. A mí se me antoja el típico caso en el que, de forma irresponsable, se deja crecer un malentendido y luego ya no hay forma de aclararlo. No es la primera vez que pasa ni será la última. Estos líos tontos que arman los jugadores y los clubes están detrás de muchas polémicas que se hubieran atajado desde el minuto uno con un poco de transparencia y sinceridad por ambas partes. Pero por lo visto no hay manera. Lo de los futbolistas es curioso. Los mismos señores que se sienten obligados a exhibir en las redes sociales cualquier chuminada de su vida privada luego permanecen mudos y no aclaran las cuestiones realmente importantes.
¿No le hubiera ido mejor a Susaeta hablando con naturalidad de su situación en lugar de haber permanecido callado como un muerto salvo la breve aparición en zona mixta que hizo hace dos meses tras el partido contra el Espanyol? ¿Y no hubiera sido lógico que el Athletic fuese bien claro en una historia que afectaba a un futbolista tan señalado? Es evidente que sí. Tan evidente como que esta historia comenzó a adquirir un sesgo extraño e inesperado desde el momento mismo en el que el jugador eibarrés no fue renovado por Josu Urrutia. Recordarán que, a finales de 2018, a medida que se acercaba el final de su mandato, el expresidente entró en un estado de frenesí renovador que alcanzó a futbolistas que ni siquiera terminaban contrato, caso de De Marcos y Balenziaga. ¿Y 'Susa'? ¿Qué pasaba con un futbolista clásico, todo un capitán, una institución cuya continuidad en el Athletic todos dábamos por descontada?
Hemos oído de todo, claro. Es lo que sucede cuando hay tanto silencio. Que si Urrutia no quiso hacerle oferta de renovación. Que si se la hizo a la baja y Susaeta no aceptó. Que si Elizegi quiso renovarle y el jugador se negó porque ya tenía pensado irse. Que si fue al revés, ya que la nueva junta siempre vio con buenos ojos su marcha y por eso ha provocado durante cinco meses este extraño suspense que se interrumpió bruscamente el lunes con un intempestivo mensaje en la web del club a las nueve y media de la noche... A saber. Lo último -esto sí confirmado- es que Markel se reunió el pasado jueves con Rafa Alkorta y el director general del club, Jon Berasategi. Estos le presentaron una oferta de renovación, pero él ni siquiera quiso verla. ¿Se sentía ofendido por el trato recibido? ¿O es que ya había tomado la decisión de largarse? Se supone que lo aclarará hoy.
Sea como fuere, es una pena que a Susaeta no hayamos podido despedirle como merece. Ha sido un gran jugador de club, un profesional soberbio de una regularidad portentosa. Ahí queda, para que lo supere algún valiente, su récord de 63 partidos en la campaña 2011-12. Sin embargo, hay algo que le hizo controvertido, malmirado por un sector del público. Supongo que tendrá que ver con esa cosa tan etérea y arbitraria llamada carisma. Unos la tienen y otros no. Unos caen siempre de pie y otros de cabeza. El hecho es que a Susaeta se le han penalizado sus errores mucho más que a otros. Y no sólo eso. Lo peor es que también se le han valorado mucho menos sus aciertos. Digamos que se ha sido injusto con él. De todas formas, tampoco creo que sea algo como para rasgarnos las vestiduras y flagelarnos por las calles. Un homenaje al final del partido contra el Celta mejoraría mucho nuestro sabor de boca. Porque lo que sí creo, viendo su pobre rendimiento esta temporada, es que Susaeta ha cumplido su ciclo en el Athletic y hace bien en irse. Que como dijo Xabi Alonso es algo que uno debe hacer cuando aún le pueden echar de menos.
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