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Europa se ha convertido en el gran lastre del Athletic. Cuatro partidos ha jugado el equipo rojiblanco en la competición continental. Y la respuesta en la siguiente jornada de Liga ha sido decepcionante. Ningún triunfo, tres empates y una derrota. Pasa una factura cara. Es ... evidente que el equipo no se ha habituado a las dos competiciones.
Todo empezó en Olímpico de Roma. Un brillante empate a uno. La siguiente jornada de Liga los rojiblancos recibieron a Sevilla en crisis que se llevó un punto en el descuento.
Peor fue tras la segunda jornada de Liga Europa, el 2-0 al AZ Alkmaar de Países Bajos. En la siguiente jornada el Athletic viajó a Girona. En el partido de los tres penaltis fallados perdió 2-1 ante un rival que está muy lejos de su nivel del pasado curso.
La tercera jornada europea se saldó con un afortunado 1-0 al Slavia de Praga. Los rojiblancos visitaron luego al Mallorca. Fue un lunes, con lo que hubo más tiempo de descanso. Aun así, tampoco ganó y se conformó con un 0-0.
El último partido continental fue el jueves en Bulgaria. El Athletic durmió en Varna, a 150 kilómetros de donde jugó, y regresó al día siguiente. Aterrizó a primera hora de la tarde, el sábado entrenó y poco antes de la hora de cenar llegó a Valladolid.
A Valverde no le quedó otro remedio que rotar. Decretó seis cambios en el once. Tras un mediocre partido los rojiblancos arrancaron un empate en el descuento ante un rival que sufrirá por salvarse.
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