Estadísticas para enmarcar

De todas las estadísticas voy a referirme a las tres principales, que la 'Adurizpedia', ese colmado de Twitter en el que un generoso experto en informática nos nutre de datos frescos y curiosos, puso en circulación la misma noche del domingo. Hablando del liderato, hay que remontarse a 1993 para encontrarse a un Athletic en una situación de tanto privilegio. Recordémoslo porque merece la pena. Era la segunda temporada de Jupp Heynckes y los rojiblancos arrancaron la Liga a lo grande. Comenzaron goleando al Albacete (4-1) con 'hat trick' de Julen Guerrero -esa temporada el portugalujo lograría su récord de goles en Liga (18)- y siguieron con una victoria a domicilio ante el Lleida de Mané (1-2) y un empate a cero con el Barça en San Mamés. Luego seguirían dos triunfos ante el Rayo Vallecano (1-2) y el Zaragoza (2-1). Por cierto, en este último partido tuvo una actuación estelar Ander Garitano, el tío de Gaizka.

No hace falta decir que la ilusión se desbordó entre la hinchada rojiblanca con la visión de su equipo como líder en solitario. El 4 de octubre de 1993, en la portada de la sección de Deportes de este periódico, se resumía ese estado de felicidad. «San Mamés vuelve a apasionarse con la convicción en el triunfo de un equipo mejor asentado que nunca, sereno ante los apuros y ágil con la puntilla. A esta decoración angelical contribuyó la seda de un Garitano convencido de su ingenio, estandarte de una revolución rojiblanca que toma cuerpo».

El segundo dato sobresaliente es que el Athletic sea el equipo que menos goles encaja de todas las grandes Ligas europeas: uno en cinco partidos. Unai Simón es líder del trofeo Zamora y eso sin tener que lucirse demasiado. Sólo 'Sabandija' Andrada, el portero de Boca Juniors, imbatido en siete partidos, presenta mejores números. Estamos hablando del mejor registro del Athletic en 31 años. También entonces, en la campaña 1988-89, con Howard Kendall en el banquillo, los rojiblancos empezaron siendo casi impermeables. El técnico inglés estaba empeñado en aumentar la solidez defensiva de su tropa y apostó por alinear juntos a Alkorta, Ferreira, Andrinua y Patxi Salinas. Aunque le salió bien en las cinco primeras jornadas -sólo encajaron un gol en Málaga-, luego el muro se derrumbó de repente. Hasta el punto de que el Athletic recibió nueve goles en los siguientes cuatro compromisos, el último un hiriente 1-4 ante el Sporting en San Mamés.

Y nos queda la tercera estadística envidiable: la de la imbatibilidad en San Mamés. Son ya 17 partidos seguidos sin perder en casa. En concreto, desde la derrota contra la Real el 5 de octubre de 2018, es decir, hace casi un año. No hay una racha tan buena desde 1990, cuando los rojiblancos empalmaron diez victorias y ocho empates de forma consecutiva jugando delante de su público. Tras caer ante el Barça el 7 de enero de 1990 -Begiristain marcó el gol de la victoria en el minuto 89-, no volvieron a perder en La Catedral hasta un año después, el 7 de enero de 1991. El Valencia (0-2) ejerció de verdugo.

Queda claro, pues, que debemos disfrutar del momento. Muchos lo hacían ayer bromeando con la utopía de que la Liga se diera por concluida de repente, sin necesidad de que se jueguen los 33 partidos restantes, y el Athletic se proclamara campeón. Es lógico soñar con esos imposibles. ¡Y es que todo cambia tan rápido en el fútbol! Pensemos, por ejemplo, que el Athletic juega mañana contra el colista en Butarque, un campo donde los recuerdos futbolísticos no son, precisamente, muy alentadores. Es verdad que el año pasado se ganó, pero tampoco vamos a creer que En-Nesyri va a volver a tirotear a su propio equipo. Una derrota nos provocaría un bajón. ¿Para qué pensar, por tanto, en esa posibilidad? Carpe diem, oiga.