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El proceso de adaptación al estilo y las costumbres de la nueva junta directiva del Athletic por parte de los periodistas y de los socios acostumbrados a informarse sobre el club a través de los medios de comunicación tradicionales no puede hacerse de la noche ... a la mañana. Requiere de un poco de tiempo, de una cierta aclimatación, como pasó con el cambio de la peseta al euro, se me ocurre. Pero yo creo que vamos por el buen camino, que progresamos adecuadamente. Los periodistas, por ejemplo, ya tenemos casi asumido que importamos una higa y ya empezamos a olvidarnos de los viejos sobreentendidos, acuñados durante años, en nuestras relaciones con los responsables del club.
Ayer mismo, por ejemplo, tras un primer momento de sobresalto, reaccionamos con deportividad y sentido del humor al hecho de que la directiva de Jon Uriarte anunciara la fecha de la asamblea general y desvelara el contenido de las cuentas del Athletic un domingo a las tres menos cuarto de la tarde, por supuesto a través de la página web del club. Nada de un desayuno de trabajo y aceptando las consultas y preguntas de todos los medios, como el año pasado. En otro tiempo, cuando hasta un comunicado de prensa a las diez de la noche nos irritaba como una afrenta, hubiéramos protestado airados, yo el primero, pero ya no. Hay que reconocer que hemos perdido la batalla. La gran mayoría de los socios, hasta los más veteranos, apostó en las urnas por la modernidad y sabemos que ésta implica estar mirando el móvil a todas horas, incluidas las de un domingo a la hora de las rabas y el vermú.
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Más allá de esta curiosidad sobre cómo ha sido comunicada, lo peor de la asamblea serán sus once puntos en el orden del día, récord histórico, más difícil de batir que el que estableció ayer Kipchoge en Berlín. En fin, que habrá que armarse de paciencia porque el cónclave puede terminar de madrugada. Quién sabe, por ejemplo, cuánto puede prolongarse el cuarto punto, que es el examen y la aprobación, en su caso, del proyecto de Reglamento Orgánico. O los puntos del sexto al noveno, que son diferentes designaciones: para la Defensoría de los Socios, la Comisión de Disciplina, el Comité de Apelación o la Junta Electoral. Y quién sabe qué dará de sí el proceloso turno de ruegos y preguntas teniendo en cuenta que hay un nuevo presidente y eso siempre es un estímulo para algunos compromisarios.
La esperanza, por otro lado, es que tanto en el balance como en el presupuesto para la próxima temporada que presentará Uriarte no se adivinan razones para la polémica. Son cifras en las que la nueva directiva apenas tiene responsabilidad y que, como es natural, establecen una clara continuidad respecto a las de la campaña anterior en todos los conceptos fundamentales: la cifra de ingresos (135 millones), la de gastos (140), incluidos los de la plantilla deportiva (87 u 88), la de uso de la provisión (27). En fin, nada que no fuera lo esperable en un club al que la pandemia le 'robó' 50 millones de ingresos y que arrastra, desde hace años, un déficit estructural muy molesto. En el vídeo colgado en la página web del club, Guillermo Ruiz-Longarte, el nuevo tesorero, lo definió y dimensionó en los siguientes términos: «Un déficit recurrente de 15 millones, subiendo a una cantidad mayor de pérdidas que se mueve en una banda de entre 30 y 35 al sumar las amortizaciones de los jugadores».
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Hay que imaginar, por tanto, una asamblea plácida, nada que ver con las que tuvo que soportar Aitor Elizegi, que de haber decidido completar sus cuatro años de mandato quizá hubiera tenido que asistir a este asamblea de octubre con casco y ropa de camuflaje. Es evidente que la gestión económica de Jon Uriarte sólo se podrá empezar a juzgar con un mínimo de criterio y perspectiva a partir de la próxima temporada. Aunque con la asamblea de compromisarios nunca se sabe. Sus designios son inescrutables y puede que sigan siéndolo incluso ahora que, tras la aprobación de los nuevos estatutos, su poder ya no es el mismo de antes. Lo que sí podrá empezar a intuirse el 26 de octubre es qué grado de aceptación u oposición va tener Jon Uriarte durante su mandato.
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