Esclavos de los errores

Después de ganar al Sevilla había que dar continuidad a esas buenas sensaciones. Los rojiblancos empezaron bien; el equipo iba a por el partido. Lamentablemente, una vez más, y tras una jugada desafortunada, llegaba el gol vallisoletano que marcaba el devenir del choque. El fallo de Simón obligaba a los de Garitano a darle una vuelta más de tuerca. Tocaba de nuevo remontar y era el mister rojiblanco el que agitaba la línea de ataque cambiando las posiciones de los jugadores: Morcillo, a la derecha, Muniain a la izquierda, y Williams dejó la banda para acompañar a Raúl en la punta de ataque. El Athletic lo lo intentó pero sin poner en apuros al meta rival.

La segunda parte no podía empezar peor. En la primera aproximación, los pucelanos conseguían el segundo gol. Acto seguido Garitano movía el banquillo y hacía tres cambios.

El Athletic buscó la portería contraria. Villalibre lo probó. Seguido fue Williams el que tampoco pudo superar a Masip en un mano a mano. El equipo no tiró la toalla, siguió insistiendo ante un Valladolid que se atrincheraba en su área. Sí, marcó el penalti Williams, pero no resultó suficiente.