Los errores cambian el objetivo del Celta

4salidas lleva el Celta sin anotar un gol, con un solo punto y tres derrotas.

El técnico argentino se aferra para ello al recuerdo del pasado curso, cuando se convirtió en el cuarto técnico del club celeste en ganar en San Mamés (0-2). Pero para lograrlo debería romper una racha lejos de Balaídos que incluye un empate y tres derrotas y cuatro encuentros sin marcar. Empató a cero en Cádiz y después perdió frente a Atlético (2-0), Villarreal (1-0) y Espanyol (1-0).

Para cambiar la racha, el 'Chacho' no hará otra cosa que insistir en su idea de juego, inalterable contra viento y marea. El técnico argentino ya recalcó cuando llegó a Balaídos que su estilo no admite discusión y que su Celta juega igual esté quien esté delante, así que Marcelino no va a tener problemas en descifrar lo que le espera este domingo en San Mamés. Es decir, un 4-1-3-2 con laterales que tienen mucho recorrido hasta la línea de fondo, volantes que tienden hacia posiciones interiores, doble punta y sobre todo un centro del campo en rombo.

Lo cierto es que es complicado jugarle al Celta, si se atiende a lo que dicen los entrenadores que se enfrentan al equipo de Coudet. Simeone explicaba que «es uno de los equipos que mejor fútbol ha hecho desde la llegada de Coudet. Le ha transmitido al equipo agresividad, intensidad, buena recuperación a la pérdida de pelota, buen juego posicional con mucha gente por dentro para hacer año». Vicente Moreno, que el pasado fin de semana ganó con un gol en el 89', reconocía que «el conjunto vigués tiene capacidad para quitar el balón al contrario y también cuenta con calidad a nivel individual», mientras que Imanol Alguacil aseguraba al medirse al Celta que «tienen un plantillón y, encima, con el Chacho a nivel defensivo han ganado una barbaridad en agresividad a la hora de apretar, una presión tras pérdida brutal».

¿Y entonces qué sucede para que el Celta esté descolgado de la pelea por Europa y con la permanencia por sellar». Lo avanzaba el propio entrenador de la Real cuando se enfrentó al club gallego. «Si tienen esos puntos es que algo mal están haciendo», admitió. Una de las cosas se reflejó frente al Espanyol. La insistencia en salir con el balón jugado siempre lleva a asumir riesgos que un equipo con la presión muy alta puede aprovechar, como sucedió con el gol de Wu Lei tras recuperar casi al borde del área celeste. O en el 0-1 del Athletic en Balaídos, cuando Aidoo recuperó un balón en campo propio, cerca de la medular, e hizo el amago de regatear, Sancet le robó el balón, Iñaki Williams marcó y los de Marcelino se llevaron el triunfo. También sucedió contra el Valencia, Cádiz, Elche... Errores que frenan el trabajo colectivo de un equipo con buenos mimbres, con gusto por el balón y que tiene goleadores como Iago Aspas (13 tantos) y Santi Mina (7) a los que saca poco provecho.