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Iñigo Agiriano
Sábado, 13 de abril 2024, 00:30
Los primeros meses del curso fueron un auténtico suplicio para el Villarreal. Los problemas comenzaron en verano, con una planificación desastrosa que dejó a la plantilla sin algunos de sus mejores jugadores (Pau Torres, Nico Jackson y Samu Chukweze) sin sustitutos de garantías y con ... graves carencias en ciertas posiciones. Setién, enfrentado con algunos de los pesos pesados del vestuario, fue la primera víctima. Llegó Pacheta, pero no logró enderezar el rumbo y finalmente la directiva del submarino amarillo se encomendó a un viejo conocido, Marcelino García Toral, que acababa de salir de forma abrupta del Olympique de Marsella. Cinco meses después de su llegada se puede decir que el Villarreal ha mejorado con el entrenador asturiano. Es cierto que ha sido un proceso largo, durante el cual su equipo ha dejado dudas en muchos partidos, (como la goleada que recibió del Marsella en Europa League o los empates en casa ante Mallorca y Cádiz) y que todavía arrastra ciertos problemas que han sido recurrentes esta campaña, pero es sin duda un equipo más competitivo, ha dejado definitivamente atrás el miedo al descenso e incluso tiene posibilidades de asaltar la séptima plaza y volver a Europa. Los fichajes invernales (Bailly, Guedes, Mosquera y Traoré) han mejorado al equipo, reforzando algunos puestos en los que la falta de nivel era palpable. Antes de su derrota frente al Atlético en la última jornada, el Villarreal venía de su mejor racha de la temporada, nueve partidos sin perder y cuatro victorias consecutivas.
Aunque Marcelino es conocido por su inquebrantable fe en el 4-4-2, en el Villarreal no se ha mostrado tan rígido como en anteriores experiencias. El sistema varía con facilidad al 4-3-3, ya que uno de los futbolistas de banda suele ser un extremo puro mientras que el otro es normalmente un medio centro. La principal tarea del asturiano a su llegada era detener la sangría defensiva del equipo. Aunque durante muchos partidos siguió encajando con facilidad, la dinámica se ha revertido en los últimos dos meses, en los que el promedio se ha reducido de más de dos goles en contra por partido a uno. El ataque posicional era otro de los lunares del Villarreal, y también ha mejorado con Marcelino en este sentido. Ante el Atlético, los castellonenses dejaron tramos de muy buen fútbol en los que lograron someter a su rival y encerrarlo en su propio campo. Las transiciones son situaciones contradictorias para el submarino, pues si bien disfrutan cuando roban y pueden salir con velocidad, sufren mucho cuando son ellos los que pierden el balón con espacio a la espalda de su defensa. Lo mismo sucede en el balón parado, donde son al mismo tiempo el equipo que más goles ha realizado y el que más ha encajado de toda la liga.
Filip Jørgensen (13) comenzó la temporada dejando muchas dudas, pero se ha destapado como un portero de mucho nivel, y sus actuaciones han permitido al Villarreal seguir vivo en muchos encuentros. En la derecha Marcelino ha tenido que arreglárselas sin Foyth (8) y ha utilizado a Kiko Femenía (17) y al colombiano Mosquera (2). En la izquierda Pedraza (24) regresó en el último partido tras casi dos meses de baja y Alberto Moreno (18) vuelve después de cumplir sanción. En el centro de la zaga se mantiene el capitán Albiol (3). Junto a él, ante la baja de Bailly (12), Marcelino cuenta con las opciones de Mandi (23) y Jorge Cuenca (5).
Aunque llegaron a estar discutidos durante la etapa de Setién, Parejo (10) y Capoue (6) han sido fundamentales tanto con Pacheta como con Marcelino. Ambos son dos futbolistas de mucha jerarquía, pero a los que la edad empieza a pesar. Santi Comesaña (4) ha crecido con la llegada del asturiano y Coquelin (19), ya recuperado de su larga lesión, vuelve a ser importante. Ubicado normalmente como interior, Alex Baena (16) es otro de los jugadores que ha mejorado bajo la batuta de Marcelino, aunque fue suplente en el último partido ante el Atlético. Denis Suárez (22) y Manu Trigueros (14) son otras opciones para esas posiciones, pero su participación ha sido testimonial.
La temporada pasada en la Real tuvo buenas cifras, pero la explosión definitiva de Alexander Sørloth (11) ha llegado esta campaña. El noruego suma 17 goles y cinco asistencias entre todas las competiciones y todavía sueña con el título de pichichi. Junto a él ha actuado Gerard Moreno (7) al que las lesiones han respetado más que en lás últimas dos temporadas. En las bandas, la baja de Yeremi Pino (21) obligó al Villarreal a acudir al mercado invernal, donde llegaron Guedes (9) y Traoré (25). Ambos han sido importantes para Marcelino, aunque todavía se espera más de ellos. El joven Ilias (27) ha crecido mucho bajo el mando del asturiano y Morales (15) se ha mantenido como un revulsivo habitual.
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