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El Athletic e Iñigo Martínez habían capeado sin ninguna controversia la última campaña en el club de un central que firmará por dos años con el Barcelona y que este martes ya estaba en la capital catalana para cerrar los últimos detalles de su acuerdo. ... Hasta el momento ambas partes habían guardado un respetuoso silencio que tenía aroma de pacto de no agresión. El jugador se agarraba a un «no toca» y el presidente a un «no hablamos de cuestiones internas» para quitarse el asunto de encima.
A las dos partes parecía convenirles el armisticio. A la junta, porque su empeño es ahorrar en fichas y con Iñigo se desprende de una de las más importantes. Al jugador, porque no le pasaba factura su marcha al Barcelona.
Sin embargo, todo saltó por los aires con un acto tan simple como que el club hiciera oficial lo que todo el mundo sabía, que no sigue. Hubo una guerra de comunicados con duros reproches entre las partes. Es una situación inédita en la historia reciente del club, ni siquiera vista en las marchas más controvertidas como fueron las de Llorente, Javi Martínez, Amorebieta y Herrera.
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Carlos Nieto
La junta directiva abrió el fuego a las 09.38 con el comunicado en el que revelaba haber realizado sin éxito «diferentes intentos de negociación» con el jugador y que el ondarrutarra «ha mantenido su rechazo a la oferta del club para ampliar su contrato».
La junta eludía especificar si era esta directiva la que había colocado encima de la mesa de Martínez la oferta de la que se habla. Uriarte se cuidó muy mucho de asegurarlo, porque no ha sido así.
El jugador no se esperaba una andanada que le dejaba en una posición incómoda. Había hablado con el club sobre la fórmula de salida y comunicó a la entidad que había rechazado la posibilidad de irse con una rueda de Prensa en la que podía dar respuestas incómodas para la directiva, entre ellas que no había tenido una oferta.
Añadió que había preferido un vídeo con palabras amables hacia la entidad y sus seguidores. Las imágenes y el mensaje se grabaron la pasada semana y se hicieron públicos un par de minutos después del comunicado del club. «Ha sido un placer defender este escudo. Es el momento de emprender nuevos retos», indicó con tono emotivo.
Pero con lo que no contaba el defensa internacional es con que Uriarte necesita justificar su polémica gestión del caso. La presión en torno al presidente es muy fuerte. La junta atraviesa su momento más comprometido tras no cumplir con el objetivo de Europa y el hundimiento del Bilbao Athletic a la cuarta categoría. Su respuesta fue dar por primera vez su versión de lo sucedido tras un año de pertinaz silencio.
El final de la tregua
Y, de repente, la tregua saltó por los aires. La primera respuesta del jugador llegó dos horas después. Una fuente autorizada del entorno de Martínez hizo una declaración pública a EL CORREO. «Desmiento radicalmente que esta junta le haya hecho una oferta de renovación», indicó.
Y media hora después, la agencia de comunicación que trabaja para el central dio a conocer un durísimo comunicado contra la junta directiva que encabezaba con la advertencia de que era emitido por «el entorno de Iñigo Martínez».
El texto arranca con un «queremos desmentir categóricamente» que el equipo de Gobierno de Jon Uriarte «le haya presentado oferta alguna al jugador». Y, aclara, «ni siquiera asumiendo el punto de partida en el que se había quedado la anterior directiva».
La versión de la parte del futbolista es que se sentó a negociar con Aitor Elizegi, pero que las conversaciones se interrumpieron cuando se acercaba la campaña electoral porque el jugador quería conocer qué presidente iba a dirigir el club y qué entrenador se iba a sentar en el banquillo.
Poco después, el Barcelona hizo llegar al Athletic por una persona autorizada una oferta de quince millones más cinco en variables que el Athletic rechazó. Según la versión de fuentes cercanas al jugador, el presidente no ha llamado en ningún momento ni al futbolista ni a su agente, su tío, para ofrecerle renovar pese a que en campaña dijo que era una «prioridad». Iñigo Martínez, añade el comunicado, «nunca ha rechazado una oferta del club porque dicha oferta nunca ha existido».
«Acto deshonesto»
La nota de la agencia de comunicación reserva su munición de mayor calibre para juzgar la actuación de la directiva de Jon Uriarte, que tilda de «acto deshonesto» porque el jugador daba por hecho que el tono de la nota de despedida oficial sería elegante. Por eso, el texto dice que el entorno del jugador asiste «con asombro e incredulidad a la comunicación del club». Y aquí se emplea con toda su furia cuando lo tilda de «acto deshonesto para evitar responsabilidades».
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En el tramo final del texto aparece por primera vez una referencia al ondarrutarra y su estado de ánimo. «Queremos trasladar el malestar del jugador ante esta situación» porque su silencio hasta este martes ha tenido como objetivo evitar «desestabilizar y perjudicar al club».
La polémica puede dar otra vuelta de tuerca el viernes. Tras más de medio año de silencio ante los medios vizcaínos, el presidente ha convocado una rueda de prensa en San Mamés para analizar la temporada. Tendrá la oportunidad de contestar al comunicado del «entorno» de Iñigo Martínez y a las preguntas de los periodistas.
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